Ayuso y Almeida cultivan su perfil católico ante el Papa en pleno pulso electoral con Vox

La agenda internacional de Isabel Díaz Ayuso hace escala este sábado en el Vaticano. La presidenta de la Comunidad de Madrid, ahora acompañada por José Luis Martínez-Almeida, se reunirá con el papa Francisco en el marco del IV centenario de la canonización de San Isidro Labrador. Pero la visita, al margen de los honores al patrón de la capital, sirve también para cultivar los perfiles católicos de los dirigentes populares en un momento clave, a poco más de dos meses para las elecciones del 28 de mayo y con la mayoría absoluta como objetivo prioritario. No es una cuestión menor, sobre todo por la rivalidad con Vox para liderar el voto conservador. Según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la inmensa mayoría de los electores de ambos partidos se declara como creyente.

El viaje, inédito hasta la fecha, se produce en la recta final de la legislatura. Todas las encuestas prevén la victoria de Ayuso y Almeida en los próximos comicios, pero ninguna avanza una mayoría absoluta del PP. Y aunque los candidatos populares repiten una y otra vez que no manejan otro escenario que gobernar en solitario, la realidad es que seguramente necesiten de nuevo el apoyo de Vox. Fuentes cercanas a los equipos de campaña reconocen que el crecimiento hacia el centro es muy limitado y por eso la estrategia se centra en tratar de fagocitar a sus socios naturales. La relación entre los dirigentes de ambos partidos en Madrid, inexistente desde hace meses, da una pista del pulso que mantienen. Ni siquiera se hablan.

El PP y Vox, salvo algunas excepciones, se dirigen al mismo público. Y el CIS ejemplifica los puntos en común de sus respectivos electorados en cuanto a creencias religiosas. Los datos en intención de voto más simpatía reflejan que el 81,6% de los votantes del PP son católicos, sumando practicantes y no practicantes; mientras que en el caso de Vox el porcentaje se sitúa en el 77,4. Las cifras casi duplican los apoyos de este grupo poblacional a los partidos de izquierdas. El PSOE no llega al 50% de los sufragios entre los entrevistados declarados como creyentes y Unidas Podemos apenas supera el 40%. En ambos casos el número de feligreses es mucho más bajo que en la derecha, con el 12,9% entre los socialistas y el 2,3% en los morados.

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EFE El Confidencial

El encuentro, programado a las 10 horas en el Palacio Apostólico, ha movilizado a una variada delegación madrileña, con representación de la Iglesia, las dos administraciones madrileñas y el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Además de Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, asistirán el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro; la delegada del Gobierno en la Comunidad, Mercedes González; el concejal del distrito de Carabanchel (donde se ubica la ermita de San Isidro), Álvaro González; y la coordinadora general de la alcaldía, Matilde García. La expectación es máxima. "Es la primera vez que voy a conocer personalmente al Santo Padre y para mí, que como todo el mundo sabe soy católico practicante, va a ser un momento también muy emocionante", declaró el alcalde de la capital, que llevará al Pontífice varios regalos relacionados con San Isidro. También camisetas firmadas de los tres equipos de fútbol de la ciudad, Real Madrid, Atlético y Rayo, en un guiño a la afición de Francisco a este deporte, hincha declarado de San Lorenzo de Almagro.

Desde el equipo de Ayuso limitan la visita a Roma a la canonización de San Isidro, sin demasiados detalles sobre los temas a tratar en la reunión. Pero a nadie se le escapa el trasfondo político del viaje. La dirigente madrileña, de hecho, ya hizo la pasada Navidad una defensa a ultranza de los valores cristianos como un pilar fundamental del mundo occidental. La presentación del Belén de la Puerta del Sol se convirtió en un alegato improvisado. "El Evangelio es parte de la historia de todos. Por eso propongo un pacto por la Navidad. Recuperar la cultura religiosa, que es inseparable de la cultura, con mayúscula, de la que venimos, y que necesitamos para saber a dónde ir", dijo Ayuso. "¿De verdad creyentes y no creyentes vamos a renunciar a este legado que lleva en sí lo mejor de nosotros? La propia Historia de España, desde la Hispania romana, y desde la misma monarquía de los visigodos, no se explica sin su raíz cristiana. ¿Nos lo vamos a negar? ¿Qué gana nadie con esa falsificación? Pocos países están tan vinculados en su Historia entera y en su labor en el mundo a la concepción católica", subrayó.

Opinión

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El partido liderado por Santiago Abascal hace la misma defensa del concepto de la Navidad y de los valores católicos como base de nuestro modelo de sociedad. En su caso, además, con una crítica feroz al islamismo radical. Su argumentario, además, tiene mucho que ver con convicciones morales, como su postura respecto al aborto, la educación a los hijos o las denominadas como leyes LGTBI. Incluso ha llegado a plantear la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) de las cruces cristianas, algo que ya ha apoyado en la Comunidad de Madrid a través de la Ley de Patrimonio Cultural, aprobada esta semana en la Asamblea.

Religión y política

Los gestos hacia la Iglesia esta legislatura no se limitan a la derecha. El acercamiento con el Vaticano ha sido más bien transversal, con viajes de varios ministros del Gobierno de Pedro Sánchez, tanto del ala socialista como de la morada. La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, fue la primera en citarse con el Papa Francisco a título privado; mientras que poco después hizo lo propio el titular de Presidencia, Félix Bolaños. Los dos dirigentes pusieron en valor la naturaleza del encuentro, calificado como "emocionante" e "inspirador", respectivamente. Estos movimientos también se reconocieron entonces como un intento de acercar a una parte del electorado, pese a que algunas acciones o declaraciones de sus partidos en el pasado iban en la dirección contraria.

La realidad es que la figura del Papa ha motivado una especie de conflicto entre la religión y la política. La propia Isabel Díaz Ayuso criticó abiertamente a su Santidad cuando pidió perdón por los supuestos pecados y crímenes de la Iglesia en México, en una tendencia compartida por José María Aznar o Iván Espinosa de los Monteros, entre otros. "A mí me sorprende que un católico que habla español hable así a su vez de un legado como el nuestro, que fue llevar precisamente el español, y a través de las misiones, el catolicismo y, por tanto, la civilización y la libertad al continente americano", dijo la presidenta madrileña en octubre de 2021. La líder de la oposición en la región, Mónica García, tampoco desaprovechó la oportunidad para alimentar el debate. "Igual lo que le sorprende a Ayuso del Papa es que es humano, humilde y empático y no va insultando allá por donde pasa", subrayó. Casi dos años después, la atención mediática de la región apuntará de nuevo al Vaticano.