Vox se planta en Madrid y anuncia que no apoyará los presupuestos de Díaz Ayuso
Rocío Monasterio asegura que durante las negociaciones con el PP se han hecho propuestas que son una “humillación” para sus votantes. La formación exige derogar la ley trans, rebajar impuestos o subir el sueldo de los médicos
El final de la legislatura en la Comunidad de Madrid se ha complicado hasta el extremo. Vox anunció este jueves que no apoyará los presupuestos de Isabel Díaz Ayuso para 2023, lo que multiplica los problemas del Gobierno regional a seis meses de las elecciones autonómicas, en plena crisis por la huelga de médicos de atención primaria y con varios frentes abiertos. La líder de la formación, Rocío Monasterio, aseguró que las propuestas que han recibido por parte del PP son una "humillación" para sus votantes, sin atender ninguna de sus reclamaciones, como una nueva rebaja de impuestos o la derogación de la ley trans.
"A día de hoy no podemos apoyar estos presupuestos", dijo Monasterio a los periodistas en los pasillos de la Asamblea de Madrid, donde se celebraba el pleno sobre las enmiendas a la totalidad de las cuentas presentadas por Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos. Fuera de la Cámara, para elevar aún más la tensión, el sindicato Amyts se concentraba en una nueva protesta para reclamar una mejora de sus condiciones laborales.
La postura de Vox ha dado un giro radical en apenas unos meses. A la vuelta del verano, tras las reuniones de Ayuso con los portavoces políticos, Monasterio dio por hecho su apoyo a las cuentas siempre que se cumplieran alguna de sus exigencias, centradas sobre todo en la carga fiscal y en la protección de los autónomos. "No hacerlo sería una irresponsabilidad", señalaban desde el partido ultraconservador. El PP no puso ninguna objeción a estas reclamaciones y todo parecía allanado de cara a un año clave, con las elecciones del 28 de mayo y ante un contexto de enorme incertidumbre económica. Pero hasta hoy.
Rocío Monasterio irrumpió en uno de los momentos más delicados de Isabel Díaz Ayuso, asediada por la marea blanca, y se plantó. “Hemos sido muy generosos: apoyamos la investidura, aprobamos 19 leyes a cambio de nada y hemos facilitado la negociación reduciendo nuestras propuestas de 100 a 87 y destacando 25 principales”, dijo la líder del partido para justificar su negativa.
Próximamente, añadió la portavoz de Vox, expondrá cuáles son sus 87 propuestas. "Mañana tendremos que registrar nuestras enmiendas para que los madrileños vean qué es lo que defiende Vox", añadió, en alusión al registro de sus enmiendas, cuyo plazo expira este mismo viernes. Entre los aspectos que defienden destacan políticas y actuaciones inherentes al argumentario de Vox, como la derogación de la ley trans, la reducción del gasto público o la supresión de las subvenciones a sindicatos y patronal. También la eliminación de subvenciones a ayuntamientos para implantar zonas de bajas emisiones o una nueva reducción del IRPF en todos los tramos. Aunque algunas se plantearon el año pasado, no se incluyeron y finalmente las cuentas salieron adelante.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, no obstante, abrió un resquicio para retomar la negociación con un asunto clave para Vox como la ley trans. Ayuso anunció durante el Pleno de la Asamblea que derogará el artículo 4 de la Ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación sobre la autodeterminación de género, que regula el derecho a "construir para sí una autodefinición con respecto a su cuerpo, sexo, género y su orientación sexual" sin necesidad de que quede acreditada "mediante informe psicológico o médico".
Aunque lo eliminará, esperará a ver la norma estatal para articular una respuesta. "Vamos a ver qué engendro nos fabrican desde los escaños de la izquierda y la ultraizquierda. Vamos a ver primero qué pergeñan antes de tomar una decisión equivocada en esta Cámara para desviar el centro. Imagínese si han puesto en marcha una ley que se supone que va contra las violaciones y pone directamente a violadores y abusadores sexuales en la calle, qué no harán con el resto de las leyes", dijo la líder del PP.
Crisis sanitaria
Entre las propuestas, sin embargo, figura una reclamación para nada casual. Vox exige también un aumento de los salarios de los médicos madrileños, una mejora en las condiciones laborales de los pediatras y un protocolo de atención primaria para las embarazadas en riesgo de aborto, unido a un plan de apoyo a las adolescentes embarazadas. Las dos primeras encajan a la perfección con la madre del cordero en la crisis abierta en la Comunidad de Madrid, tras 10 días de huelga de los sanitarios.
Lo cierto es que el rechazo a los presupuestos y las peticiones en materia sanitaria no es nuevo. Vox ya amenazó con retirar su apoyo a Isabel Díaz Ayuso y hurgó en la herida abierta, posicionándose de lado de los facultativos. Aunque a su manera, con un discurso muy politizado (piden destinar el dinero de los sindicatos a los profesionales), la formación también trata de sacar rédito de una situación que lleva tiempo enquistada en la región y que ahora se ha convertido en un problema político de primer orden. Y no hay visos de que vaya a cambiar a corto plazo.
La Comunidad de Madrid presentó este miércoles un plan para atención primaria, centrado en acabar con la eventualidad de los médicos y pediatras, que ha sido rechazado por Amyts. Lo consideran una recopilación de anuncios incumplidos que no arreglan la situación. El sindicato y la Consejería de Sanidad mantendrán este viernes una nueva reunión para acercar posturas, aunque las expectativas de que haya un acuerdo son remotas.
El final de la legislatura en la Comunidad de Madrid se ha complicado hasta el extremo. Vox anunció este jueves que no apoyará los presupuestos de Isabel Díaz Ayuso para 2023, lo que multiplica los problemas del Gobierno regional a seis meses de las elecciones autonómicas, en plena crisis por la huelga de médicos de atención primaria y con varios frentes abiertos. La líder de la formación, Rocío Monasterio, aseguró que las propuestas que han recibido por parte del PP son una "humillación" para sus votantes, sin atender ninguna de sus reclamaciones, como una nueva rebaja de impuestos o la derogación de la ley trans.