Almeida asume ya que Vox volverá a bloquear los presupuestos en Madrid

José Luis Martínez-Almeida parece resignado ya a que Vox vuelva a bloquear los presupuestos del Ayuntamiento de Madrid para 2023. La realidad es que llueve sobre mojado. El planteamiento de la formación ultraconservadora es idéntico al de hace un año, de nuevo con las restricciones de circulación de Madrid 360 como el gran (y único) argumento. El cambio respecto al ejercicio anterior es que el alcalde no cuenta con el comodín de los ediles carmenistas y está abocado a una prórroga en el peor momento posible: en año electoral y ante un escenario de enorme incertidumbre por la crisis económica. La estrategia de Javier Ortega Smith es la misma que la desarrollada por los partidos de izquierdas en Cibeles, convencidos de que el líder popular es "vulnerable" pese a que todas las encuestas hasta la fecha lo dan como ganador el 28 de mayo, aunque supeditado a una nueva coalición.

El alcalde ya no es que desconfíe de Javier Ortega Smith, directamente lo responsabiliza de ser el único culpable de este boicot a las cuentas y de impedir cuestiones como la bajada del IBI. "Va a impedir que los madrileños se ahorren 120 millones de euros en impuestos porque no puede circular con su coche por la Gran Vía", dijo Almeida sobre el líder de Vox, de quien dice que "ni está ni se le espera" en la capital. "Es el verdadero problema", declaró este jueves en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno.

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El origen del conflicto, como en 2021, está en las restricciones de circulación impuestas por el Ayuntamiento de Madrid en el distrito Centro y otros puntos de la ciudad, como el entorno de la plaza Elíptica. Ortega Smith situó entonces la derogación de Madrid 360 como una línea roja inexcusable y ahora no cambiará su estrategia ni un solo milímetro. Desde el equipo de Almeida, enmarcaron esta actitud en un plan nacional de Santiago Abascal para desgastar los perfiles más moderados del PP, a las puertas del adelanto electoral en Castilla y León y ante la expectativa de que ocurriera lo propio en Andalucía. En este momento, a seis meses de las elecciones, la historia se repite y Ortega Smith niega incluso que vaya a dar su apoyo a Almeida si lo necesita para gobernar.

Ortega Smith asegura que no apoyará a Almeida tras las elecciones si necesita sus votos. Exige que se deroguen las restricciones de tráfico

La postura del equipo de gobierno del PP y Ciudadanos tampoco ha cambiado. Si el año pasado se negaron a modificar una sola coma de Madrid 360, en esta ocasión será exactamente lo mismo, al considerar que las exigencias de Ortega Smith son inasumibles, aún más cuando ni siquiera se abre a negociar sus reclamaciones. "Este Gobierno podrá sentarse a hablar, pero no va a ceder ante lo que consideramos que es un chantaje", añadió José Luis Martínez-Almeida sobre la actitud de Javier Ortega Smith.

Ante este escenario, el futuro de los presupuestos no atisba otro futuro que la prórroga, habida cuenta de que Más Madrid y el PSOE no salvarán al alcalde en ningún caso. Tampoco los ediles que conforman el Grupo Mixto, ahora divididos entre Marta Higueras, que actúa como independiente, y los concejales de Recupera Madrid (José Manuel Calvo y Luis Cueto). Que logren un nuevo acuerdo es altamente improbable. Lo primero, porque denuncian que lo pactado no se ha cumplido. Pero sobre todo porque la proximidad de las urnas condiciona cualquier decisión, según reconocen algunas fuentes.

Negociaciones

La relación entre Almeida y Ortega Smith ha estado trufada de altibajos desde 2019. La legislatura empezó con cierta cordialidad, pero el trato se ha deteriorado hasta el extremo, acaso condicionado por la influencia de Ciudadanos, que siempre trató de distanciarse de su socio externo. La votación de cada uno de los presupuestos es el mejor ejemplo. Vox se ha posicionado de todas las formas posibles, apoyando las cuentas, absteniéndose y con un no rotundo junto a los partidos de la izquierda.

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Es una situación antagónica a la que vive Isabel Díaz Ayuso con Rocío Monasterio en la Asamblea de Madrid, aunque ahora se haya elevado la tensión por episodios como la comisión de residencias de mayores o la crisis por la sanidad. El alcalde de la capital, de hecho, no oculta algo de envidia por la interlocutora de su jefa, que prescinde de líneas rojas en la negociación. También es cierto que la situación en ambas administraciones es completamente distinta y la dependencia del PP es mucho mayor en Cibeles.

El Ayuntamiento de Madrid, pese a todo, mantiene la esperanza de que haya un giro de última hora. La estrategia en este momento es tender la mano a todos los grupos municipales, incluido Vox. Fuentes de la Concejalía de Hacienda, que dirige Engracia Hidalgo (PP), detallan que ya se ha hablado por teléfono con los diferentes portavoces y se les ha remitido la información por correo. Aunque no han trascendido las fechas, se prevé que haya reuniones presenciales los próximos días.