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La 'laguna Negra' que dejará de serlo: Arganda recupera más de 50.000 toneladas de alquitrán
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La 'laguna Negra' que dejará de serlo: Arganda recupera más de 50.000 toneladas de alquitrán

El enclave aún almacena casi 20.000 toneladas de residuos tóxicos vertidos durante los años 80 por una fábrica de tratamiento de aceites. El objetivo: renaturalizar la zona

Foto: Extracción del alquitrán en Arganda del Rey. (Comunidad de Madrid)
Extracción del alquitrán en Arganda del Rey. (Comunidad de Madrid)

La mayor restauración ejecutada en Europa en un espacio natural protegido contaminado por hidrocarburos finalizará en 2026 y se está desarrollando en la madrileña localidad de Arganda del Rey. Conocida entre el vecindario como la Laguna Negra o del Aceite, el paraje se encontraba asolado hasta el inicio de estos trabajos de recuperación, iniciados en 2014. Desde entonces, unas 53.000 toneladas de residuos han sido extraídas, totalmente contaminadas por derivados del petróleo, y han sido reutilizadas en otras industrias. Un ejemplo de economía circular que, aunque haya alargado los plazos de finalización, supone un gran paso en la renaturalización del espacio.

Foto: Los vecinos sufren las consecuencias de un problema medioambiental que no atajan sus responsables. (Enmienda, limpia tu mierda)

Se trata de dos lagunas artificiales creadas tras el desempeño de una gravera ubicada en lo que ahora es el Parque Sureste de la Comunidad de Madrid. “Algo impensable hoy en día, pero que en el siglo pasado aún se hacía”, señala Cristina Aparicio, directora general de Economía Circular en la región. Esos enclaves, después, fueron utilizados como lugar de desecho para otra factoría localizada en las inmediaciones y que se dedicaba al tratamiento de residuos, como alquitranes y aceites. Fueron años de litros y litros de vertidos tóxicos sin control que encontraron dichas lagunas como establecimiento final.

Esos residuos, altamente contaminantes, se acumularon en dos balsas. La más grande, con una superficie de 12.750 metros cuadrados, albergaba 50.000 metros cúbicos de alquitranes. La menor, de 2.000 metros cuadrados, tenía un volumen de desechos de 10.000 metros cúbicos. “Aquella empresa cesó su actividad en 1992, quebró en 1998, y hasta 2009 la Comunidad no compró las parcelas”, admite Aparicio. Es ella misma la que explica que el delito ecológico perpetrado por la factoría prescribió el mismo año que su quiebra sin que nadie lo denunciara, por lo que a nivel legal poco se podía hacer. Cinco años después empezaron las labores de recuperación de este espacio que se encuentra dentro de la Red Natura 2000.

Reutilizar el chapapote

Según la directora general, la situación se podía abordar de dos formas: “Por un lado, de manera urgente, que no nos permitiría haber dado una segunda vida al chapapote retirado y lo tendríamos que haber eliminado. Por otra parte, podíamos hacerlo desde un punto de vista medioambientalmente más correcto”. Desde la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid se decantaron por esta última opción, dando así un segundo valor a las miles de toneladas de alquitrán que ya llevan retiradas.

Foto: Río Manzanares. (A.F.)

Con ese combustible alternativo, que ha ido a parar a industrias como la cementera, se han obtenido 320 millones de kilovatios hora, el equivalente a la energía térmica y eléctrica consumida por 92.000 hogares españoles en un año, cifran desde la institución. En este sentido, Aparicio afirma que la Comunidad no recibe ningún tipo de pago por esos residuos que transportan a otras fábricas para que sean utilizados, pero sí detalla que “sería mucho más caro llevarlos a la incineradora de Tarragona, el precio se multiplicaría por siete u ocho, así que desde el punto de vista medioambiental esto tiene más sentido pero también desde el económico”.

En estas industrias cementeras, para elevar la temperatura de sus hornos, utilizan gran cantidad de energía producida a través de derivados del petróleo. Así, la energía contaminante es sustituida por combustible alternativo. Un logro de economía circular que, sin embargo, ha tenido que superar algunos baches: “Hemos tenido que prolongar la duración del proyecto por el cuello de botella que se formaba. No estaba en la extracción del alquitrán, pese a que es una actividad complicada desde el punto de vista técnico, sino en encontrar industrias capaces de recibir y reutilizar este residuo”, apunta Aparicio.

Ni vertidos ni incineración

La primera fase de extracción comenzó en 2014, pocos años después del estallido de la crisis económica que afectó a grandes sectores de la economía. “La mayor parte de la industria cerró en ese momento y no había quien necesitara combustible, así que tuvimos que esperar un poco a que la situación mejorara a nivel estatal, porque los residuos no solo van a parar a factorías de la región, para dar salida al material”, explica la directora general. Su objetivo, a tenor de las informaciones presentadas, parece que se está cumpliendo: “Vertido 0, incineración 0”, recalca.

placeholder Extracción de alquitrán en la laguna. (Comunidad de Madrid)
Extracción de alquitrán en la laguna. (Comunidad de Madrid)

El estado de abandono y alta contaminación en la que se encontraban las lagunas no ha afectado a la salud humana, añade Aparicio. Además, los vertidos tampoco se han filtrado a otras lagunas que hay en la zona ya que no han pasado del nivel freático y la base de las mismas es de arcilla. Sí sorprende, en este sentido, la existencia de vegetación arbolada alrededor de ellas, que sí se debe haber visto afectada, apuntilla Aparicio. Es ella quien se refiere a la situación con los animales: “Había algunos pájaros que quedaban enganchados en el chapapote, porque la sustancia es muy viscosa, así que desde que la Comunidad de Madrid es dueña de las parcelas hemos puesto un sonido que imita un disparo de escopeta para ahuyentarles”.

Recuperar la zona natural: el objetivo

Mónica García, presidenta de la Asociación de Vecinos de Arganda, considera que se ha actuado tarde y que “no haber intervenido antes implica mayor riesgo medioambiental, sobre todo en una zona próxima al río Jarama”. "No se puede permitir que las empresas viertan residuos tóxicos de esta manera en ningún lugar, pero mucho menos en un parque natural como el del Sureste”. Desde su colectivo era un tema que solían tratar con el Ayuntamiento de la ciudad, pese a que todas las competencias recayeran en la Comunidad de Madrid.

“La cuestión es autonómica, así que puedes pedir lo que quieras que ellos también harán lo que quieran”, sostiene la vecina. Su anhelo, en este sentido, es ver recuperadas las dos lagunas gravemente perjudicadas por una contaminación descontrolada. “Es una zona recreativa a la que le damos mucho uso y disfrute con un valor ecológico muy importante”, concede.

placeholder Laguna de Arganda del Rey. (Comunidad de Madrid)
Laguna de Arganda del Rey. (Comunidad de Madrid)

Eso es lo que pretenden desde la Comunidad, pues una vez que hayan retirado las 19.000 toneladas que calculan que quedan mediante extracción mecánica, pasarán a la segunda fase, entre 2023 y 20205, en la que se adecuarán los suelos contaminados. Por último, entre 2025 y 2026 acometerán la última fase, centrada en la restauración ecológica del lugar. “Estas tres etapas suponen la extracción y posterior valorización de aproximadamente 60.000 toneladas de alquitranes, el tratamiento de 100.000 metros cúbicos de suelos contaminados y el relleno con 100.000 metros cúbicos de tierras y piedras exentas de contaminación”, explican desde la Consejería.

Jorge Canto, concejal de Medio Ambiente en Arganda, agrega que es muy importante la restauración de la laguna del Aceite: “Una zona tan degradada y contaminada quedará libre de estos contaminantes y también se incorporará ese nuevo entorno a la zona de ocio que ya tenemos con la laguna de Las Madres dentro del Parque Regional del Sureste”. Y concluye: “Reconocemos que los trabajos van demasiado lentos, pero no dejamos de reconocer la dificultad de la restauración. Por lo tanto, estamos preocupados por la situación, pero felizmente contentos porque esto vaya hacia delante".

La mayor restauración ejecutada en Europa en un espacio natural protegido contaminado por hidrocarburos finalizará en 2026 y se está desarrollando en la madrileña localidad de Arganda del Rey. Conocida entre el vecindario como la Laguna Negra o del Aceite, el paraje se encontraba asolado hasta el inicio de estos trabajos de recuperación, iniciados en 2014. Desde entonces, unas 53.000 toneladas de residuos han sido extraídas, totalmente contaminadas por derivados del petróleo, y han sido reutilizadas en otras industrias. Un ejemplo de economía circular que, aunque haya alargado los plazos de finalización, supone un gran paso en la renaturalización del espacio.

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