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Estas mujeres han parado los pies a la Iglesia, Iberdrola y Nacho Cano: "Vamos a seguir así"
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AÑO HISTÓRICO DE LA AAVV VILLA ROSA

Estas mujeres han parado los pies a la Iglesia, Iberdrola y Nacho Cano: "Vamos a seguir así"

En la asociación de vecinos de Villa Rosa en Hortaleza llevan un tiempo de celebración. En los últimos meses, han conseguido frenar varios macroproyectos en el barrio gracias a la presión y movilización vecinal

Foto:  Mari Carmen Lostal y Angelines Fuentes, en la AAVV Villa Rosa. (C. B.)
Mari Carmen Lostal y Angelines Fuentes, en la AAVV Villa Rosa. (C. B.)

Un hombre que ronda los setenta años se está quejando porque le han puesto un circo al lado de su casa. "Yo no tengo ningún problema con los payasos", les explica a las integrantes de la asociación de vecinos de Villa Rosa (Hortaleza), "¡mi problema es el ruido!". En pleno calentón contra el ayuntamiento de Madrid, el vecino asegura que esto no les pasa "a los ricos de la calle Conde Orgaz". Pero cuando Mari Carmen Lostal escucha esa afirmación no puede contenerse.

"No, perdona, no", le contesta esta histórica del asociacionismo. "La pirámide de Nacho Cano no es una cuestión de ricos o pobres, la han quitado de Hortaleza gracias a la presión vecinal y, en concreto, a la acción de nuestra asociación de vecinos que ha sido la primera que lo denunció". Y, ante la atónita mirada del vecino, culmina: "Que nadie se tire el folio diciendo que ellos han conseguido acabar con el proyecto de la pirámide".

Foto: Recreación de la pirámide de Malinche.

En la asociación de vecinos de Villa Rosa, que no es más que una casa baja en Canillas, están viviendo un año histórico. En los últimos meses, han conseguido frenar varios macroproyectos en el barrio gracias a la presión y movilización vecinal, desde la pirámide —que antes consiguieron rebajar a carpa— de Nacho Cano hasta el macroparking de Mar de Cristal, pasando por otro aparcamiento de Iberdrola o un gigantesco gimnasio. Pero también gracias al liderazgo y los 40 años de experiencia de Lostal, una veterana del movimiento vecinal del distrito y fuel vicepresidenta de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).

"Este año vamos 4-0 ganando… y que no se confíen, porque vamos a seguir tumbando todos los macroproyectos que no sean beneficiosos para los vecinos de Hortaleza", afirma Carmen, quien lidera una de las asociaciones más activas de la zona norte de Madrid. Cuesta creer que desde un pequeño local de las afueras, pintado de color pistacho radioactivo y adornado con motivos castizos, dos mujeres cerca de la jubilación sean capaces de descarrilar proyectos millonarios. En Madrid, la ciudad de la libertad y el ladrillo, donde un render cotiza más alto que la atención primaria, un puñado de vecinos enfadados son el mejor tope del capitalismo.

Hace unos días, Nacho Cano anunció que finalmente no iba a instalar su festival en Hortaleza. Apenas habían pasado dos meses desde que el 'Periódico de Hortaleza' dejara a media capital con la boca abierta con el siguiente titular: "Una pirámide azteca con teatro y parking: así es el proyecto de Nacho Cano en Hortaleza". "A mí lo que me contaron es que Nacho viene a perder dinero”", se justificó el concejal del ayuntamiento en el distrito, Alberto Serrano, de Ciudadanos, en el pleno municipal.

Cuando recibieron la noticia de la pirámide maya, muchos de los vecinos se movilizaron y, con la asociación Villa Rosa a la cabeza, reunieron a más 200 personas en una concentración en la parcela pública de 20.000 metros cuadrados. Al grito de "Malinche no", en referencia al festival, los vecinos de Hortaleza exigieron que se llevaran las carpas a Ifema. Y lo lograron. Ahora luchan por conseguir una biblioteca o un centro de formación profesional, las dos grandes exigencias del barrio.

Estas mujeres, sentadas en un pequeño despacho en el que cuelga un cuadro con el oso y el madroño y otro con un hombre sujetando la bandera republicana, recitan el proceso para frenar un macroproyecto de carrerilla. El primer paso es juntarse todas las asociaciones vecinales del distrito para marcar una hoja de ruta. Después, diseñan el resto de la estrategia, recogen firmas y difunden información a través de los medios. Y, por último, llega el momento de hacer ruido y convocar a los vecinos. Sin innovaciones, tan sencillo como efectivo. "Mari Carmen es una histórica del movimiento vecinal. Si hay alguien que lidere las protestas en la ciudad, es sin duda ella", dicen fuentes de la oposición en el ayuntamiento.

"Hemos organizado concentraciones, nos fuimos a la hora de la misa y repartimos folletos a la salida de las iglesias, hemos reunido más de 20.000 firmas contra la pirámide…", asegura Carmen. "Pero todo ha sido gracias al apoyo de los vecinos. Porque si quieres parar macroproyectos y que no hagan con tu barrio lo que quieran, necesitas a los vecinos".

placeholder Una de las movilizaciones contra el parking de Mar de Cristal. (Alberto Moratinos/El Periódico de Hortaleza)
Una de las movilizaciones contra el parking de Mar de Cristal. (Alberto Moratinos/El Periódico de Hortaleza)

En marzo lograron la paralización del macroparking disuasorio en Mar de Cristal. Una veintena de asociaciones vecinales, culturales, deportivas, juveniles y Ampas del distrito salieron a la calle para protestar contra la creación de 284 plazas para coches y 9 para motos en Mar de Cristal demandando la construcción de una biblioteca y zonas verdes. El parking, aseguraban los vecinos, atraería más coches y contaminación. Y, en las protestas, de nuevo, también estaba presente la Asociación de Villa Rosa.

El siguiente pulso se lo ganaron a la iglesia católica. La congregación religiosa de San Vicente de Paúl —conocida en el barrio como los Padres Paúles— quiso vender los terrenos de la centenaria plaza a la empresa Ingesport para levantar un macrogimnasio GoFit. Pero la presión vecinal y un informe desfavorable de la Comisión Local de Patrimonio frenó la venta de los edificios centenarios que rodean la plaza de la Iglesia. "Querían tirar la tapia y a los Paúles les daba igual porque iban a sacar un buen dinero", recuerda Carmen. "Justo cuando pedimos peatonalizar el casco antiguo, sugieren meter un parking subterráneo con otras 200 plazas de aparcamiento para el gimnasio. Con la Iglesia habíamos topado… ¡pero también ganamos!". Durante aquellas protestas, los vecinos se agolpaban a la entrada y salida de las misas de la iglesia para convencer a los fieles y mantener una de las joyas de la corona del barrio.

La congregación quiso vender un terreno para levantar un macrogimnasio GoFit. "Con la Iglesia habíamos topado… ¡pero también ganamos!"

La última gran victoria fue contra una empresa del Ibex: Iberdrola, la misma a la que ni el Gobierno consigue doblegar. Antes del inicio del estado de alarma, el ayuntamiento cedió un terreno de 6.500 metros cuadrados en la calle Tomás Redondo a Iberdrola para un parking privado destinado a sus trabajadores del parque empresarial Cristalia. Pero la concesión duró poco tiempo. "Un parking al lado de un colegio y en una zona con una movilidad complicadísima, de verdad que se le ocurren unas cosas a este ayuntamiento", bufa Mari Carmen.

Pese a estas recientes victorias, desde la asociación de vecinos Villa Rosa rechazan la idea de que Hortaleza sea una especie de aldea gala contra las grandes corporaciones y los macroproyectos. "Nuestra asociación de vecinos no es distinta a la del resto de Madrid, siempre estamos ahí", afirma esta vecina de Hortaleza de 68 años. "En algunos momentos ha habido bajones, pero creo que seguimos con la misma fuerza. Se ha visto que en Filomena y durante la pandemia quien ha estado a la altura han sido las asociaciones de vecinos. La administración no está o llega tarde; nosotros vamos siempre por delante".

placeholder Lostal posa en un parque que también consiguió a base de movilizaciones. (C. B.)
Lostal posa en un parque que también consiguió a base de movilizaciones. (C. B.)

Es innegable que en estos movimientos abundan perfiles cercanos o insertos en la jubilación pero Carmen, optimista, da por hecho que el relevo generacional en las asociaciones está garantizado. "Sí, es más difícil contar con ellos, pero desde luego que tenemos jóvenes en la asociación". Después de este buen año en el que se han conseguido tantas cosas cree que muchos vecinos van a ver que las asociaciones sirven para algo porque han conseguido mandar un mensaje potente: si se juntan, nada es imparable. Pero, por desgracia, lleva cuarenta años viendo el mismo proceso reproduciéndose en bucle. "He vivido ayuntamientos de todo tipo: algunos se presentan aquí y consultan las ideas, pero otros, como el actual, deciden sin contar con nadie. Para todos es la misma estrategia: echarse a la calle", dice.

"Ha sido una buena goleada, 4-0. Somos como la Selección, ¿no?", termina Lostal con una sonrisa. "¿La Selección? ¿Qué Selección? Será la de hace unos años, ¿no?", le replica su compañera Angelines, secretaria de la asociación. "No sé, en cualquier caso no podemos parar, porque los políticos seguirán haciendo lo que quieran. Si cuela, cuela. Y si no, pues a otra cosa. Pues ahí nos tendrán, nosotras vamos a seguir haciendo lo mismo", remata la activista.

Un hombre que ronda los setenta años se está quejando porque le han puesto un circo al lado de su casa. "Yo no tengo ningún problema con los payasos", les explica a las integrantes de la asociación de vecinos de Villa Rosa (Hortaleza), "¡mi problema es el ruido!". En pleno calentón contra el ayuntamiento de Madrid, el vecino asegura que esto no les pasa "a los ricos de la calle Conde Orgaz". Pero cuando Mari Carmen Lostal escucha esa afirmación no puede contenerse.

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