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El desconocido calvario de Justo Gallego, el hombre que levantó una catedral con sus manos
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MEJORADA DEL CAMPO NO LE RECIBIÓ BIEN

El desconocido calvario de Justo Gallego, el hombre que levantó una catedral con sus manos

Mejorada del Campo ha decretado tres días de luto por el fallecimiento de su 'hijo predilecto'. Pero cuando Justo Gallego empezó a construir la catedral, su relación con el pueblo era mucho más tensa

Foto: Justo Gallego, en 2014. (Getty/Denis Doyle)
Justo Gallego, en 2014. (Getty/Denis Doyle)

Tras el fallecimiento este domingo de Justo Gallego a sus 96 años, el pueblo de Mejorada del Campo despedía a su 'hijo predilecto' decretando tres días de luto. Los ciudadanos del pueblo se deshacían en elogios, el alcalde aseguraba que Mejorada “jamás iba a poder devolverle lo que les había dado” y el libro de visitas del templo se llenaba de frases como “siempre serás un ejemplo para el pueblo”.

El consenso en este municipio a 30 kilómetros de Madrid era apabullante. Todo eran buenas palabras tanto para Justo como para su impresionante catedral, construida a base de materiales reciclados. Pero como suele suceder con los personajes excéntricos con historias singulares, lo que ahora son alabanzas antes fueron críticas o insultos. Hace 40 años, muchos de los habitantes de Mejorada del Campo le tomaban por "un loco" al que despreciaban o increpaban cuando paseaba con su tractor. Algunos, recuerdan varios vecinos, incluso le tiraban piedras.

“Justo siempre ha estado solo, le insultaban y le gritaban, pero él era capaz de ignorar a todo el mundo”, afirma Ángel López, mano derecha de Justo en los últimos 25 años y quien ha recibido el edificio en herencia, junto a Mensajeros de la Paz (padre Ángel), con el objetivo de completar su legado. “Él iba a lo suyo, le daba igual lo que pensara la gente, tan solo tenía un objetivo: satisfacer a Dios. Y diría que lo ha conseguido”.

Foto: Justo Gallego. (EC)

Este martes, en la catedral que Justo decidió empezar a construir hace 60 años, Ángel López da órdenes con el rostro visiblemente cansado. Se ha despertado a las siete de la mañana preocupadísimo porque no había ido a ver si Justo estaba bien, pero después se ha acordado de que su amigo del alma había fallecido. Cuando se le pregunta por qué le increpaban hace años si él no hacía mal a nadie, Ángel López se encoge de hombros y responde: “La gente es así”.

López prefiere no hablar mucho del tema. Durante años, la historia siempre se ha centrado en cómo Justo Gallego consiguió poner Mejorada del Campo en el mapa nacional e internacional, pero nunca cómo algunos de sus vecinos recibieron su propuesta de la catedral durante los últimos años del franquismo. Sin embargo, otros habitantes de Mejorada sí se acuerdan bien de aquella época.

Cuando veían a Justo con su tractor, le tiraban piedras, le insultaban y le llamaban de todo

“Hace 40 años, cuando Justo empezaba a construir su catedral, cada vez que algunos del pueblo veían a Justo con su tractor, le tiraban piedras, le insultaban y le llamaban de todo por ser religioso y venir de familia con terrenos”, explica un vecino que lleva viviendo en el pueblo desde los años setenta. “Es un tema que no le gusta a la gente recordar, pero Mejorada, como la gran mayoría de los pueblos en España tras la Guerra Civil, era muy cerrado y sectario”.

Durante años, Justo ha evitado recordar aquellos incidentes en los medios, pero en alguna entrevista se puede entrever su turbulento pasado. "Todos los años dicen calumnias acerca de mí y de mi trabajo. Es todo mentira y existen personas que son diablos", decía en una conversación con 'Madrid Diario' en 2018. "Todo lo que tengo es para la iglesia. El amor a Dios me llevó a construir esto. Y me da lo mismo que me vean como un loco. San Juan hizo un hospital y yo he hecho una catedral".

Una vida de desgracias y mucha fe

La vida de Justo Gallego Martínez está llena de desgracias a las que, una a una, ha conseguido sobreponerse. A los 12 años su padre fallece, por lo que desde muy pronto tiene que ayudar a su madre en el campo. Durante la Guerra Civil se dedica a leer “libros de castillos”, como él contará más adelante, y a trabajar como labriego.

Con 27 años, Justo Gallego ingresa en el monasterio soriano de Santa María de Huerta. Ocho años más tarde, sin embargo, es expulsado del centro por haber contraído la tuberculosis. Durante años, ha asegurado que fue en ese momento cuando prometió que, si se curaba, construiría una catedral a Dios. Pero su escudero lo desmiente. “Él simplemente lo hizo para congraciarse con Dios”.

placeholder Ángel López, junto al busto de Justo Gallego. (C. B.)
Ángel López, junto al busto de Justo Gallego. (C. B.)

Justo volvió a Mejorada y, valiéndose del patrimonio familiar del que disponía, empezó a levantar su catedral por su propia cuenta y riesgo. Vendió tierras heredadas y, gracias a la recaudación y a las donaciones privadas de los peregrinos, financió la obra que más tarde tendría 4.700 metros cuadrados, 35 metros de altura, una planta central de 50 metros, una cripta subterránea, dos claustros, un baptisterio, 12 torreones de 60 metros, 28 cúpulas y más de 2.000 vidrieras. Todo esto daría lugar a la catedral de Justo o, como se llama también en el pueblo, la catedral del loco.

“Ahora nos lo tomamos a risa lo de 'loco', pero entre los sesenta y los ochenta hubo mucha agresividad contra Justo”, recuerda otro ciudadano de Mejorada que prefiere no ser identificado por las rencillas locales. “Si no llega a ser porque nosotros nos poníamos delante del tractor de Justo cuando le tiraban piedras yo creo que un día lo matan”, afirma el primer vecino.

Justo Gallego se levantaba de madrugada, cogía el tractor y el remolque y se iba a buscar ladrillos rotos o todo tipo de desperdicios que le pudieran valer para la construcción. En el mismo cartel que da la bienvenida en la catedral se asegura eufemísticamente que los primeros años de Justo en Mejorada no fueron fáciles. “Le llamaron loco. Siempre ha hecho lo que ha querido y ha tenido tanta fuerza que nadie le ha parado”. Ni siquiera las piedras.

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Texto, foto y vídeo: Ernesto Torrico

A finales de los años setenta empiezan a llegar los primeros turistas de todo el mundo a ver y admirar la obra de este labriego. “Yo recuerdo ver a televisiones japonesas o alemanas para entrevistar a Justo”, destaca Roberto, otro lugareño que ayudó en la construcción de la catedral recogiendo chatarra y conocía a Justo de vista. Por aquel entonces, con la llegada de la Transición se acrecentaron los enfrentamientos. Incluso hubo unos días en los que para evitar que pasara algo, Justo tuvo un escolta informal.

Todo cambia en la vida de Justo cuando conoce en la década de los noventa a Ángel López. En el pueblo el ambiente ya es más distendido y poco a poco se empiezan a olvidar los rifirrafes. “Vine a visitar la catedral hace más de 25 años y le conocí y un día le dije: '¿Te puedo ayudar?”, explica López dentro de la catedral. “Me dijo que sí y así se forjó nuestra amistad”.

Pero si hay un año clave en la vida de Justo Gallego es 2005, cuando sale en televisión un anuncio de Aquarius (Coca-Cola) que lo llevaría más tarde al MoMa de Nueva York. “Construye una catedral desde hace 40 años sin ayuda oficial. Hoy se le conoce en todo el mundo. El ser humano es imprevisible”, decía la voz en ‘off’ que narraba el anuncio. En ese año, el pueblo recibe una segunda oleada de turistas gracias al anuncio.

"No hay planos, no hay proyecto, no hay nada. Yo tengo unas cualidades que Dios me ha dado con las que resuelvo todo. Eso no se estudia, es lo tengo porque está innato en mí. Yo no he hecho nada del otro mundo", aseguraba Justo.

"Justo siempre ha luchado contra el mundo"

“Justo es único, único en el planeta”, reitera López, quien lo compara como una cebolla. “Su intimidad era inviolable, muchas veces no hablaba mucho salvo para proclamar la palabra de Dios. Le hacías preguntas y le quitabas capas de cebolla, pero nunca ibas a llegar a lo que realmente querías saber”, afirma. Él mismo fue quien se dirigió al padre Ángel y a Mensajeros de la Paz para tratar de lograr financiación y ayuda para terminar el edificio y cumplir el sueño de Justo, ya que la Iglesia se negaba a que la catedral fuera patrimonio eclesiástico.

Ahora, la catedral queda en manos de López y de Misioneros por la Paz. Han contratado a la firma de ingeniería de estructuras Calter para evaluar la edificación. "Este edificio es un auténtico reto para los ingenieros en España, no podemos cruzarnos de brazos y decir: vamos a tirarlo", explica en conversación telefónica Juan Carlos Arroyo, ingeniero de Caminos, doctor en Arquitectura y presidente de la empresa. Van a llevar a cabo tres fases para garantizar la seguridad del edificio: primero obtendrán datos de la estructura de la nave, después tratarán de detectar las debilidades y fortalezas de la estructura y, en último lugar, definirán los procesos de actuación para catalogar el edificio como seguro.

Este edificio es un auténtico reto para los ingenieros en España, no podemos cruzarnos de brazos y decir: vamos a tirarlo

De momento, nadie tiene muy claro qué va a pasar con la catedral. Ángel López quiere acabar la obra de Justo y convertirlo en lugar de culto. En el funeral, celebrado este lunes, el alcalde de Mejorada Jorge Capa aseguró que tratarán de declarar la catedral como bien de interés cultural. “Todos lo recordamos como una buena persona, ejemplar, que con sus creencias levantó una catedral, un inmenso patrimonio y siempre tendrá nuestro respeto”, afirmó el regidor del PSOE. En 2011, la alcaldesa del PP Cristina Carrascosa le entregó el título de Hijo Predilecto y en 2014 se nombró un parque municipal en su honor gracias a una plataforma popular que le apoya.

Pese a que Justo Gallego ha conseguido poner en el mapa a Mejorada del Campo y ahora es difícil encontrar a alguien que ponga en duda su obra, apenas unas pocas decenas de personas acudieron a los cinco minutos de silencio que se celebraron este lunes en la plaza del Progreso. “Al Ayuntamiento casi no ha ido nadie, y para la persona que ha dado a Mejorada a conocer ha sido un poco triste la falta de asistencia”, se quejaba una vecina en Facebook. Otro de ellos, en conversación con El Confidencial, critica la hipocresía del pueblo. “Justo siempre ha luchado contra las adversidades y contra el mundo, durante mucho tiempo lo pasó fatal porque no tenía la ayuda de nadie y medio pueblo estaba en su contra”.

Tras el fallecimiento este domingo de Justo Gallego a sus 96 años, el pueblo de Mejorada del Campo despedía a su 'hijo predilecto' decretando tres días de luto. Los ciudadanos del pueblo se deshacían en elogios, el alcalde aseguraba que Mejorada “jamás iba a poder devolverle lo que les había dado” y el libro de visitas del templo se llenaba de frases como “siempre serás un ejemplo para el pueblo”.

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