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El pulso soterrado de Ayuso y Génova por el control territorial de la Comunidad de Madrid
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Guerra por el poder del PP

El pulso soterrado de Ayuso y Génova por el control territorial de la Comunidad de Madrid

Los municipios y distritos de la capital dibujan un mapa completamente dividido en torno a la guerra interna en el PP regional, con 55 de ellos supervisados por gestoras

Foto: Martínez-Almeida, Ayuso y Casado. (EFE/Javier Lizón)
Martínez-Almeida, Ayuso y Casado. (EFE/Javier Lizón)
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La guerra interna en el PP de Madrid se plasma en un mapa de la Comunidad de Madrid dividido en dos. De la discusión sobre cuándo ha de celebrarse el congreso regional se descuelga una de las claves del pulso entre Isabel Díaz Ayuso y Génova: el control territorial a través de los municipios. El escenario trasciende del habitual tanteo a la militancia, con las 55 gestoras ya implantadas como principal punto de fricción. El sector más afín a la presidenta regional dentro del partido señala esta situación de interinidad como una anomalía que urge finiquitar, con la denuncia de que una de cada cuatro agrupaciones bajo esta situación es algo que va más allá de cualquier excepcionalidad. Un diagnóstico en las antípodas de las direcciones nacional y regional, que niegan cualquier injerencia o estrategia.

La renuncia de Cristina Cifuentes en abril de 2018 propició que la dirección nacional del partido, entonces presidido por Mariano Rajoy, asumiera el control de Madrid y pusiera al frente a Pío García-Escudero. La maniobra se interpretó entonces como un parche, con las elecciones de 2019 en el horizonte. Pero nada más lejos de la realidad, aun con la llegada de Pablo Casado. La situación no se ha resuelto y tanto la cúpula del PP de Madrid como muchos de los municipios y distritos de la capital siguen en una suerte de limbo y a la espera. "Lo ideal sería que los mandos los ratificara la militancia", dice a El Confidencial un cargo municipal. El mando de la formación está ahora en manos del propio García-Escudero y de la secretaria general, Ana Camins.

Foto: Isabel Díaz Ayuso, con José Luis Martínez-Almeida y Pablo Casado detrás. (EFE/David Fernández)

La exigencia de preguntar a los afiliados se alinea con lo defendido por el sector más cercano a Ayuso dentro del partido. Y también ella ha hecho declaraciones en ese sentido. Todos defienden la necesidad de adelantar el congreso regional lo máximo posible, con marzo como muy tarde. "Urge acabar con esta interinidad porque necesitamos consolidar los liderazgos de cara a 2023", apuntan, en referencia a los próximos comicios.

Su reflexión se basa en criterios técnicos, pero también completamente subjetivos y obviamente partidistas. Por un lado, porque si el congreso se demora hasta junio del año que viene, como defienden Génova, los cuadros en municipios y distritos no estarán plenamente dispuestos hasta apenas unos meses antes de las elecciones. Por el otro, sin embargo, porque no ven de recibo que la dirección regional, que también está en situación de excepcionalidad, decida sobre el resto. "Es válido, pero no parece lo más legítimo y estético", exponen fuentes del partido cercanas a la presidenta de la Comunidad de Madrid. "No es lo correcto", añade un concejal en un gran municipio.

Si bien Isabel Díaz Ayuso no ha hecho ninguna declaración en firme sobre las gestoras, las agrupaciones más próximas a ella insisten en que estas esconden un interés de la dirección por controlar la región "por imposición". Destacan, además, como uno de los elementos de controversia con el secretario general del partido, Teodoro García Egea. "Se ha hecho de todo para colocar a sus afines, a veces diría que más allá de los estatutos", añaden las mismas fuentes. Desde algunos municipios argumentan que en el último año y medio esta fórmula ha crecido notablemente, y ponen como ejemplo el intento de imponer otras cuatro en Miraflores de la Sierra, Pedrezuela, Ribatejada y Torres de la Alameda, tratadas en el Comité Regional del pasado viernes, el día que se desató la tormenta definitivamente. No obstante, finalmente se optó por otra fórmula y se puso al frente a los secretarios de estas localidades.

El PP de Madrid niega injerencias y asegura que valorará implantar nuevas gestoras si la situación lo requiere: "Hay que seguir con normalidad"

El PP de Madrid, por su parte, niega tajantemente cualquier maniobra y precisamente utiliza esos cuatro pueblos, todos pequeños, para desmontar las críticas y acusaciones. La dirección advierte de que los cambios fueron una respuesta a dimisiones por diferentes cuestiones, y añaden que sus afiliados apenas suponen un 0,01 de la militancia en la región, con apenas una decena de afiliados. "Con este porcentaje, difícilmente se puede influir en cualquier votación", explican. Pero no solo eso. Aunque el frente 'ayusista' consideró entonces que habían frenado el golpe de mano de Génova, y que incluso sentaba un precedente, al otro lado de la trinchera no se ve igual. "Vamos a seguir actuando con normalidad y si las circunstancias lo exigen, se hará", indican a este diario.

División en la región

Sea como fuere, lo cierto es que la división en la Comunidad de Madrid está al nivel de la tensión en los últimos días. Entre las 55 gestoras figuran algunos de los municipios más grandes de la región, como Fuenlabrada, Alcalá de Henares, Getafe o Parla, con cierto peso en el partido por su volumen. Y aunque el sector cercano a Ayuso está convencido de que las bases están con ella de forma generalizada, también hay voces que indican lo contrario en estas plazas, convencidos de que la mejor opción es respetar el calendario marcado por Génova para el congreso, emplazado al primer semestre del año que viene, con junio como fecha más probable. "Es una cosa que ya sabemos todos, no hay que darle más vueltas", valora un afiliado de una de estas agrupaciones.

La brecha es evidente también en los distritos de la capital, donde 11 de los 21 está en la misma situación de interinidad (Centro, Chamartín, Ciudad Lineal, Latina, Moratalaz, Puente de Vallecas, Villa de Vallecas, Retiro, San Blas-Canillejas, Usera y Tetuán). El balance de la región es extrapolable a la ciudad de Madrid, con una división más o menos equilibrada. Fuentes del partido aseguran que la posibilidad de que el alcalde José Luis Martínez-Almeida sea el candidato de Génova para frenar a Ayuso ha hecho que ya se hayan tanteado las preferencias en estas agrupaciones, que funcionan igual que los municipios.

La guerra interna en el PP de Madrid se plasma en un mapa de la Comunidad de Madrid dividido en dos. De la discusión sobre cuándo ha de celebrarse el congreso regional se descuelga una de las claves del pulso entre Isabel Díaz Ayuso y Génova: el control territorial a través de los municipios. El escenario trasciende del habitual tanteo a la militancia, con las 55 gestoras ya implantadas como principal punto de fricción. El sector más afín a la presidenta regional dentro del partido señala esta situación de interinidad como una anomalía que urge finiquitar, con la denuncia de que una de cada cuatro agrupaciones bajo esta situación es algo que va más allá de cualquier excepcionalidad. Un diagnóstico en las antípodas de las direcciones nacional y regional, que niegan cualquier injerencia o estrategia.

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