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La guerra interna consume al PP de Madrid: "Esto tiene que acabar"
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Desgaste a todos los niveles

La guerra interna consume al PP de Madrid: "Esto tiene que acabar"

Las bases, cargos municipales, dirigentes y diputados alertan de la erosión a todos los niveles de la pugna por controlar el partido, con un mensaje de unidad que sin embargo no termina de imponerse

Foto: Isabel Díaz Ayuso, con José Luis Martínez-Almeida y Pablo Casado detrás. (EFE/David Fernández)
Isabel Díaz Ayuso, con José Luis Martínez-Almeida y Pablo Casado detrás. (EFE/David Fernández)

Si en algo coinciden los dos bandos enfrentados en la guerra interna del PP de Madrid, es en la necesidad de que todo llegue a su fin. Las bases, cargos municipales, dirigentes y diputados regionales alertan de la enorme erosión que la disputa entre Isabel Díaz Ayuso y Génova supone a todos los niveles, con el foco desviado de lo realmente importante. "Esto tiene que acabar, no beneficia a nadie", detalla a El Confidencial un parlamentario popular, en la misma línea que el encuentro que tuvieron la semana pasada la presidente regional y el alcalde José Luis Martínez-Almeida.

El sentir generalizado, aunque con matices, es que mientras el partido se desangra en esta lucha fratricida se pierde la perspectiva de lo que hay más allá de Génova. "No nos damos cuenta de que el enemigo está fuera", apunta otro miembro del PP. No obstante, el fuego amigo juega también un papel capital y todos lo saben. "Se resiente todo. Hay filtraciones que van en contra de la marca y que hacen mucho daño", desliza un cargo de relevancia en la estructura del partido en Madrid.

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Esos matices son varios. Ninguna de las dos partes cede, más allá de comentarios y deseos. Sobre todo en público. Y aunque la pretensión es lanzar un mensaje de unidad y de remar en la misma dirección, lo cierto es que este tampoco termina de imponerse en ninguno de los frentes. Las palabras que se utilizan alrededor de esta idea parecen decir lo mismo a ambos lados, pero a la vez se hallan en las antípodas. Dos de las reflexiones recogidas por este diario son un ejemplo.

"Que se solucione todo cuanto antes" es una de las conclusiones a nivel interno. Pero ese 'cuanto antes' esconde la reclamación de que lo más adecuado es adelantar el congreso regional a marzo como muy tarde, un extremo defendido por la presidenta regional y sus afines. Acaso por haber advertido esta cuestión, desde el sector alineado con la dirección nacional del partido lo corrigen sin ambages. "Cuanto antes no, cuando tiene que ser, que es lo que marca el calendario marcado por la Junta Directiva Nacional", aseveran las mismas fuentes del PP de Madrid.

Foto: Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado. (EFE/Manuel Bruque)

Las diferencias sobre estos plazos son uno de los principales puntos de fricción, y así quedó plenamente demostrado el pasado viernes en las reuniones del comité de dirección del partido. Ayuso reiteró su propósito de presentarse a la presidencia del partido en la región y añadió que su apuesta es que se haga con marzo como fecha límite para dar cumplimiento "en tiempo y forma" a lo que marcan los estatutos de la formación. El mismo argumento fue empleado por antiguos dirigentes populares como Esperanza Aguirre o varios consejeros de la Comunidad de Madrid, hasta el punto de que el presidente de la gestora que controla el PP en Madrid, Pío García-Escudero, dio por concluidas las intervenciones y anunció que daría traslado a la dirección nacional de la situación. Desde Génova, sin embargo, insisten en que el congreso se celebrará el primer semestre del año que viene, con junio como fecha más probable. Públicamente, los ayusistas aseguran que lo acatarán.

En la reunión de Ayuso con sus diputados, no estuvieron la secretaria general del PP de Madrid ni el jefe de gabinete de Casado

A ese sentimiento de unión, precisamente, apeló Ayuso este jueves, antes de la celebración del Pleno en la Asamblea de Madrid. La dirigente autonómica acudió a la reunión de su grupo parlamentario para lanzar un mensaje de "unidad, confianza e ilusión" a su equipo, horas después de que Casado cenara con los suyos tras la sesión del Congreso. Si bien es relativamente habitual que acuda a este tipo de encuentros, a nadie se le escapa que su presencia esta vez no era para nada casual. De hecho, tanto el entorno de la presidenta como sus diputados más afines destacaron que fue ovacionada tanto en el inicio de su intervención como al final, aunque según los presentes no profundizó en la guerra abierta.

Sin embargo, en ese supuesto bloque en torno a ella hay otro matiz, y es que no acudieron todos los diputados del Grupo Parlamentario Popular en la Cámara de Vallecas. Entre los ausentes, destacaban dos figuras de una relevancia notable en el cuadro del partido: la secretaria general de la gestora que controla el PP de Madrid, Ana Camins, y el jefe de gabinete de Pablo Casado, Diego Sanjuanbenito.

Control con gestoras

Tampoco existe consenso en el papel de las gestoras en la Comunidad de Madrid, que ya van por 55. Desde el frente más cercano a Ayuso lo consideran como una herramienta para controlar el partido. El pasado viernes, de hecho, frenaron la imposición de otras cuatro en sendos municipios de la región. El PP de Madrid lo niega y alude a que el peso de las localidades no llega ni al 1% de los afiliados, lo que desmonta la teoría de la influencia o el 'golpe de estado'. Aun así, algunos de los cargos municipales controlados por estos órganos, teóricamente provisionales, tienen claro que este es uno de los orígenes del conflicto y que tendrá consecuencias. "Esa jugada no le va a salir bien a Génova", apunta una fuente de estas agrupaciones, en alusión a que el apoyo a Ayuso en estos frentes será masivo.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE) Opinión
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La situación interna deriva inevitablemente en una rivalidad entre Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida y, por ende, entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Aunque algunas voces han puesto el foco en las posibles consecuencias que esto conllevaría para el normal funcionamiento entre las dos administraciones, los dos bandos también parecen ponerse de acuerdo en que el desarrollo "es normal y lo seguirá siendo". Diferentes miembros de ambos gobiernos así lo han certificado hasta la fecha tanto en público como en privado. También en el caso de Cibeles, donde Almeida está en coalición con Begoña Villacís.

Si en algo coinciden los dos bandos enfrentados en la guerra interna del PP de Madrid, es en la necesidad de que todo llegue a su fin. Las bases, cargos municipales, dirigentes y diputados regionales alertan de la enorme erosión que la disputa entre Isabel Díaz Ayuso y Génova supone a todos los niveles, con el foco desviado de lo realmente importante. "Esto tiene que acabar, no beneficia a nadie", detalla a El Confidencial un parlamentario popular, en la misma línea que el encuentro que tuvieron la semana pasada la presidente regional y el alcalde José Luis Martínez-Almeida.

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