Ayuso y Almeida almorzaron en Sol en plena batalla: "No podemos matarnos, el tique funciona"

Génova se preparaba para el pulso de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la reunión de la junta directiva regional prevista para el pasado viernes. En la Puerta del Sol, 24 horas antes de esa cita, Díaz Ayuso almorzó con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. El tercero en discordia en esta batalla por el poder en el partido. Las comidas entre la presidenta y el alcalde son "frecuentes", según confirman sus equipos, que las enmarcan dentro de la "colaboración entre administraciones".

En este último encuentro, sobre el mantel también estaba el tema de la presidencia del PP de Madrid, aunque desde el entorno de la presidenta niegan que se abordase. La dirección nacional asegura que estaba al tanto de este encuentro.

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La conversación entre ambos dirigentes fue "cordial" en las formas, pero al llegar al fondo evidenciaron que sus posturas sobre cómo debe gestionarse el partido en Madrid son opuestas, según han confirmado a El Confidencial. Díaz Ayuso habría trasladado al alcalde en privado lo que ya había hecho público hace meses: su intención es presentarse a presidir el partido porque se siente legitimada tras los resultados del 4 de mayo. También se quejó de lo que ella entiende como "maniobras" del secretario general del PP, Teodoro García Egea, para "perjudicarla".

Por su parte, el alcalde de Madrid no le ocultó que él prefiere un "reparto de poder" y que no “ve conveniente” que se unifique todo en torno a ella. La reflexión fue acompañada de dos argumentos cuyo antecedente está en la etapa de Esperanza Aguirre. Martínez-Almeida expresó a Ayuso su temor de que se puedan acabar favoreciendo "prácticas corruptas" como ocurrió en otros tiempos y que en caso de un conflicto entre comunidad y ayuntamiento desde la planta uno de Génova no se actúe con imparcialidad. Sonadas fueron las disputas entre Aguirre y Gallardón.

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Tras dibujar estos escenarios, que Díaz Ayuso no comparte, el alcalde volvió a sugerir su ya conocida 'tercera vía'. Es decir, poner al frente del partido a otra persona. Esta opción busca evitar “partir en dos el partido”, según sus defensores, o “cerrar el camino a Ayuso”, según sus detractores. En la dirección nacional, también gusta esta opción, si bien tampoco ocultan su predilección por Martínez-Almeida como futuro presidente del PP. Pero, como se repite en Génova: eligen los militantes. A los militantes los carga el diablo y quizás en este miedo estriba el hecho de que el alcalde de Madrid siempre se haya mantenido en un segundo plano en esta lucha, que ya muchos reconocen a nivel interno que "acabará desgastando a Casado".

Entre los ayusistas, la teoría es que la llamada 'tercera vía' esconde la intención de Almeida de presentarse y ponen de manifiesto que forma parte de aquellos que buscan "truncar" la carrera de la nueva lideresa. El alcalde se limita a decir lo que no quiere y se muestra mucho menos claro sobre lo que quiere, pero en Génova saben que, como ocurrió cuando se le pidió ser portavoz del PP a nivel nacional, Martínez-Almeida hará lo que Pablo Casado le pida; entre sus allegados, matizan: "Menos un suicidio".

El terremoto de Madrid tiene réplicas en otras baronías, donde se avisa de que la batalla perjudica las expectativas electorales

El terremoto de Madrid empieza a tener réplicas en las otras baronías, donde se advierte de que el enfrentamiento perjudica las expectativas electorales. "Cada vez que hay un choque con Ayuso, se baja dos puntos en las encuestas". La clave está en “bajar el suflé”, pero ahora parece difícil. Teodoro García Egea no va a adelantar el congreso a antes de marzo porque se interpretaría como una derrota frente a Ayuso y sentaría, dicen, un "peligro precedente" para otros territorios en su relación con Génova.

Más allá de la capital, el mensaje en los cuadros del partido es que hay que hacer oposición a Sánchez y "no a nosotros mismos" para ganar. Ganar, constataron en su almuerzo en Sol el pasado jueves, es lo que une a Ayuso y Almeida. Ambos son conscientes de que no pueden llegar divididos a la campaña electoral. Un enfrentamiento en unas primarias a cara de perro puede ser nefasto para la marca. Ayuso-Almeida, Almeida-Ayuso saben que el tique funciona.