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¿Dónde van los árboles de Madrid cuando la nieve los troncha? A un gran cuello de botella
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SE AVECINA CAOS VEGETAL

¿Dónde van los árboles de Madrid cuando la nieve los troncha? A un gran cuello de botella

Tras el paso de Filomena, hay mucha más materia vegetal en descomposición en las calles de la que la capital es capaz de procesar con sus instalaciones de compostaje

Foto: Vista de las ramas caídas de varios árboles como consecuencia de la nevada. (Chema Moya / EFE)
Vista de las ramas caídas de varios árboles como consecuencia de la nevada. (Chema Moya / EFE)

Madrid siempre ha presumido de ser una de las capitales más arboladas del mundo e incluso tiene inventariada la mayor parte de su arbolado viario. Ahora, la borrasca Filomena ha sacudido las raíces de todos ellos dejando avenidas y calles bloqueadas con ramas caídas o troncos tronchados de tilos, alcornoques, acacias o aligustres del Japón, que sucumbieron ante el peso de la nieve caída entre los días 8 y 10 de enero.

Parte de esta materia vegetal en descomposición ha sido apartada para permitir el paso de los coches, pero casi toda sigue aún en el pavimento de la capital. ¿Qué destino les espera a estos árboles que han dado sombra a los madrileños durante décadas?

Foto: La Puerta de Alcalá, al fondo, entre nieve y hielo. (Reuters)

En condiciones normales, cuando un árbol en Madrid pierde una rama o sufre algún tipo de daño, el ayuntamiento dispone de un comando de especialistas agrupados en el Servicio de Evaluación y Revisión Verde (Server) que salen a las calles de la capital equipados con tomógrafos y otras herramientas para comprobar de forma periódica y con minuciosidad el estado de muchos árboles viejos. La idea de este servicio, que se estrenó en 2018, era evitar sucesos desgraciados como los que se producen aproximadamente una vez cada año desde que en 2014 un hombre falleciera por la caída de una rama en Moratalaz o en 2017 una rama de 400 kilos acabara con la vida de un hombre de 38 años en El Retiro.

El paso de Filomena ha hecho saltar por los aires todas estas previsiones. La Dirección General de Aguas y Zonas Verdes ha cifrado en una estimación preliminar que "más de 150.000 árboles de los 800.000 que se ubican en zonas verdes y el eje viario sufren afecciones por los efectos del temporal". En un primer momento se habló de que un 10% de los ejemplares de la ciudad podrían haber sido derribados, pero probablemente sean muchos más dado que existen otro millón y pico de árboles en parques históricos, singulares o forestales como la Casa de Campo o la Dehesa de la Villa que aún no han sido estudiados.

placeholder Un hombre camina junto a varios árboles caídos como consecuencia de la nevada provocada por la borrasca Filomena, este miércoles en la calle de Arturo Soria en Madrid(EFE / Chema Moya)
Un hombre camina junto a varios árboles caídos como consecuencia de la nevada provocada por la borrasca Filomena, este miércoles en la calle de Arturo Soria en Madrid(EFE / Chema Moya)

En función del conteo preliminar realizado por técnicos municipales "se ha extrapolado al total de los ejemplares de la ciudad", explican desde el consistorio. Aún está por determinar cuáles se quedarán en sus alcorques y cuáles serán retirados.

"En esa inspección, obligatoria para poder analizar y pronosticar la viabilidad de cada árbol, habría que ver si tiene potencial de mantenerse y de que vuelva a crear una nueva copa que mantenga unas condiciones de estabilidad similares a las que presentaba la copa original, ahora perdida", explica a El Confidencial el jefe de proyectos de la Asociación Española de Arboricultura, Enrique Conde, especializado en arboricultura urbana. "El árbol ahora lo que necesita es tiempo para reponer su estructura perdida, ¿podemos esperar dos, tres, cinco años hasta que esto ocurra? Además, estas intervenciones deben de ir acompañadas de una buena campaña de comunicación con los vecinos, evitando quejas como: es que en la calle de al lado se ha hecho una intervención diferente a donde yo vivo".

Dónde irán esos árboles

Madrid tiene un protocolo para cualquier tipo de residuo que uno pueda imaginar, desde animales muertos a medicamentos caducados. Y, por supuesto, para los restos vegetales que aparecen en el barrido de hojas o en la poda de árboles. En este caso los residuos van a dos lugares: al Parque Tecnológico de Valdemingómez y a la Planta de Compostaje de Migas Calientes, situada en un margen del río Manzanares junto a los Viveros de la Villa.

placeholder Estrategia del residuos del Ayuntamiento de Madrid. (EC)
Estrategia del residuos del Ayuntamiento de Madrid. (EC)

La ciudad cuenta con un proyecto de 42 millones de euros para construir una planta de biodigestión capaz de tratar más de 102.000 toneladas anuales de materia orgánica y convertirla en compost de alta calidad, pero esta instalación no se empezará a construir hasta mediados de 2021. Hasta ahora, los restos de poda o las ramas recogidas por los servicios municipales han ido tradicionalmente a Migas Calientes, una plataforma de 14.000 metros cuadrados donde se elabora compost para fertilizar suelos de parques y jardines.

El cuello de botella que se le viene encima a esta instalación puede ser monumental. Desde el ayuntamiento explican que tienen una capacidad de trabajo para retirar unos 325 árboles caídos al día —contando, además, con los 64 equipos de Zonas Verdes, el citado Server y las empresas concesionarias— aunque al principio el ritmo será menor dado que aún "no se pueden realizar trabajos de poda en altura por la nieve y el hielo y la inestabilidad que producen en las plataformas de trabajo". Si todos los árboles que calculan afectados tuvieran que ser retirados esto les llevaría más de un año, aunque aún es pronto para saber exactamente cuántos tendrán que abandonar su lugar en las calles de la capital.

Por otro lado, la capacidad de Migas Calientes de procesar restos de árbol para convertirlo en compost es limitada. Aunque hace una década el ayuntamiento calculaba la cantidad de residuos depositados en la planta entre 3.032 y 6.510 toneladas anuales (capaces de ser convertidas en una cantidad de compost de entre 1.900 y 4.500 toneladas) los últimos datos que ofrece el Portal de Transparencia del consistorio capitalino, de entre 2017 y 2020, reducen la capacidad de la planta a unas 600 toneladas anuales de residuo vegetal.

En resumen, José Luis Martínez-Almeida y su equipo tienen ante sí un fenomenal cuello de botella para tratar de procesar todos estos árboles en descomposición. Una posible solución es enviar una gran cantidad de ellos a un parque periurbano como los ya citados.

"Parece que siempre tenemos que hacer algo y que con la poda lo arreglamos todo, pero no hacer nada, dejar a la naturaleza que siga su camino, es muy difícil en un arbolado viario", indica Conde. "Otra cosa son zonas como Casa de Campo o cualquier otro espacio verde naturalizado,en función de la frecuencia de paso y del uso del entorno, pueden ofrecer o brindar al árbol esta tregua de tiempo, para encontrar el equilibrio, sin apenas intervenir".

placeholder Ramas caídas de varios árboles como consecuencia de la nevada provocada por la borrasca Filomena. (EFE)
Ramas caídas de varios árboles como consecuencia de la nevada provocada por la borrasca Filomena. (EFE)

De nuevo, será necesario advertir de todas estas intervenciones a los vecinos para evitar que se quejen en el futuro o provoque percances. "Se podría no intervenir sobre ciertos árboles en zonas donde no haya paso de usuarios, o cercar ciertas zonas con carteles de: "Este árbol sufrió la borrasca Filomena y estamos dejando que la naturaleza siga su curso. Zona libre de intervención. Refugio de biodiversidad. Eviten entrar en su interior", explica el responsable de la AEA.

Los próximos días

Incluso los árboles que no se han caído pueden ser peligrosos aún. Por ejemplo por ramas retenidas en la copa que se puedan precipitar sobre las calles por viento o por el efecto de la nieve que aún falta por caer de las cornisas o árboles donde el agua de la nieve se ha filtrado en algún hueco y que puede volver a helarse con las bajas temperaturas de esta semana, crear un efecto cuña ensanchándose y quebrar el árbol. El ayuntamiento ha anunciado que contratará medios extraordinarios para tratar de reducir todos estos riesgos, pero mientras tanto se recomienda caminar lejos de zonas arboladas.

Varios expertos en arbolado urbano han alertado que parte del problema se debe a la profusión de especies perennes, que habitualmente permiten disfrutar de una avenida frondosa durante todo el año, pero, al mismo tiempo, gracias a su capacidad de sostener más nieve que las ramas desnudas de las especies caducas, pueden troncharse con más facilidad.

placeholder Ramas caídas de un árbol junto a un coche como consecuencia de la borrasca Filomena este pasado miércoles en la calle de Arturo Soria. (EFE)
Ramas caídas de un árbol junto a un coche como consecuencia de la borrasca Filomena este pasado miércoles en la calle de Arturo Soria. (EFE)

En calles como Fuencarral o Arturo Soria lo más sensato parece una planificación y un programa incluso de sustitución completa de la especie. Vamos a perder un montón de patrimonio arbóreo, por lo que muchos se están preguntando si esa especie era la correcta o si habría sufrido menos otro tipo de árbol, ¿tenemos la oportunidad de mejorar? La tendencia actual en arbolado urbano es reproducir, en la medida de lo posible, un ambiente natural, de bosque urbano.

Que sean especies autóctonas está bien, pero no debe ser una fijación, lo importante es la diversidad

Organizaciones como la Sociedad Española de Ornitología han pedido una priorización de especies autóctonas para sustituir a las que serán reemplazadas, donde las japonesas son mayoría, aunque para Conde la principal urgencia está en la variedad. "Que sean autóctonas está bien, pero no debe ser una fijación, hay muchas especies que funcionan bien en un clima mediterráneo que provienen de climas parecidos, pero en Argentina, Chile, Australia o Nueva Zelanda", explica este arborista. "Al final es biodiversidad, hay que saber que tienes herramientas buenas o malas en función de la proporción; en el bosque urbano, cuanta más diversidad de plantas tengas significa que, si en un momento dado entra una plaga, va a afectar mucho menos a tu arbolado, porque solo afectará a una especie".

Madrid siempre ha presumido de ser una de las capitales más arboladas del mundo e incluso tiene inventariada la mayor parte de su arbolado viario. Ahora, la borrasca Filomena ha sacudido las raíces de todos ellos dejando avenidas y calles bloqueadas con ramas caídas o troncos tronchados de tilos, alcornoques, acacias o aligustres del Japón, que sucumbieron ante el peso de la nieve caída entre los días 8 y 10 de enero.

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