Canarias, en la encrucijada: tiene que decidir entre una plaga o quedarse sin patatas

Canarias está al borde del desabastecimiento de patatas. Varios supermercados han empezado a limitar el número de tubérculos que puede llevarse cada cliente y, las que quedan, se pagan cinco veces más caras que hace dos años.

El problema es que Canarias no produce todas las patatas que consume. Las existencias le llegan, más o menos, hasta principios de octubre: las demás tienen que importarlas, normalmente de Inglaterra. Sin embargo, este año se ha formado la tormenta perfecta: la cosecha canaria ha sido catastrófica, de en torno a la quinta parte de lo que suele ser habitual, y los productores de patatas ingleses han dado una alerta por la presencia del escarabajo de Colorado en sus cosechas, lo que impide que sean exportadas a Canarias.

Junto a la polilla de Guatemala, el escarabajo de Colorado es el peor enemigo de la patata. El insecto se alimenta de las hojas de la planta, impidiéndole captar la luz para el proceso fotosintético y provocando su muerte. Si no se ataja desde los primeros estadios, el escarabajo de Colorado se convierte en una plaga que es prácticamente imposible de erradicar.

El Gobierno publicó una orden ministerial en 1987 por la que impedía a los territorios insulares importar organismos vegetales de países con alertas fitosanitarias. "La situación ha cambiado mucho desde esa orden, que se publicó hace 35 años", explica Alberto Duque, responsable del cultivo de patata de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). "Por entonces había una lista amplia de lugares libres del escarabajo que se ha ido reduciendo hasta la mínima expresión. Ahora apenas quedan los países del norte de Europa, porque el frío no le favorece al escarabajo, pero las altas temperaturas han hecho que surjan en Kent, Inglaterra, un lugar donde nunca lo habíamos visto".

Canarias importaba de Inglaterra el 90% de las patatas que recibía que año. Con esa puerta cerrada, las opciones se reducen: encontrar otro importador o levantar el veto y asumir que el escarabajo de Colorado va a llegar a las islas. A Duque esta última opción no le suena descabellada: "Es una decisión que deberá adoptar el Cabildo. Lo ideal sería no tener escarabajo, pero es que ahora no podemos importar ni de la Península, esto abriría puertas".

"El problema no es con las papas antiguas (pequeñas), sino con la patata de toda la vida"

Incluso con los precios disparados, la patata es un producto barato. A diferencia del plátano o la naranja, que a diario atraviesan océanos para llegar a los supermercados de todo el mundo, no es rentable transportar patatas en largas distancias. Es por eso que productores como Polonia o Suecia suelen quedar fuera de la ecuación.

Para Victoria Delgado, presidenta de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaga) en Canarias, existen opciones intermedias. "La alerta se ha lanzado solo en Inglaterra... ¿Entonces por qué la prohibición se extiende a todo Reino Unido? Nosotros pedimos que se analice cada país, uno por uno, y también que no se trate igual la importación de patatas que la de sus semillas".

Según Delgado, el déficit de patatas tiene solo que ver con las de tamaño normal, las que se consumen en el resto de la Península, y no con las papas antiguas, como se ha publicado en una parte de la prensa, que son de menor tamaño y se usan para hacer papas arrugás. "La papa antigua se produce aquí en Canarias y tenemos las semillas, no hay problema alguno ahí", dice Delgado. "La cuestión es con las patatas normales, que están presentes en la mayor de los platos populares de los canarios y ahora mismo están disparadas de precio... cuando las encuentras".

Un cúmulo de problemas

Aumentar las plantaciones de patatas en Canarias tampoco parece una opción. El agua en Canarias se paga al doble que las comunidades que más pagan en la Península, de modo que los agricultores se decantan por productos más rentables: "El plátano. El plátano no tiene rival en el resto de España, mientras que la patata canaria sería como las demás, y se produce mucha en la Península, solo que con unos costes de producción más elevados", dice Duque.

Otro motivo para no ampliar el cultivo es la presencia de la polilla de Guatemala en las islas. A diferencia del escarabajo, no mata la planta, pero se come el interior del tubérculo, haciendo la mercancía no apta para la venta. "Llegó a Canarias en la maleta de un pasajero que venía de Latinoamérica hace cinco años y todavía no hemos conseguido erradicarla", dice Victoria Delgado.

El cultivo de patatas en Canarias es poco rentable por las polillas y la polilla de Guatemala

Con todo, lo que más preocupa a consumidores y productores canarios es que no se trate de un hecho puntual, sino que la dinámica puede llevar a las islas a sufrir escasez de patatas cada año. "El calor del mes de marzo se ha llevado por delante casi toda la producción. En la isla de Tenerife ha sido dramático. El problema es que las primaveras calurosas cada vez se dan más y no tenemos alternativa", explica Victoria Delgado.

Algunos supermercados han empezado a hacer la guerra por su cuenta y a importar de países como Egipto. A Duque, del COAG, no le parece buena idea: "La patata de Egipto es de mala calidad y viene con unos certificados que Dios sabe quién los respalda. Ya hemos tenido varios casos en los que nos ponemos a analizar tomates de Marruecos y vemos que no cumplen con la normativa, pero claro, luego nos ponemos a llamar y la empresa que emite el certificado ni existe. Deberíamos tener más cuidado con esto".