Mohamed VI reanuda sus vacaciones mediterráneas, apenas 12 días después del terremoto

El rey Mohamed VI de Marruecos reanudó sus vacaciones el jueves por la tarde, once días después de que regresara a su país tras el terremoto que asoló, en la noche del 8 de septiembre, la región del Gran Atlas y causó aproximadamente 3.000 muertos y otros cientos de heridos.

Tras su paso por Marrakech, donde Mohamed VI estuvo visitando a las víctimas del seísmo, el monarca alauí voló, a primera hora de la tarde del jueves, de Rabat a Tetuán (220 kilómetros) en un Boeing 748, según fuentes conocedoras de su desplazamiento. Desde la antigua capital del protectorado español recorrió en coche otros 15 kilómetros, hasta M’diq, al borde del Mediterráneo.

El rey deberá estar de vuelta en Rabat dentro de tres semanas. El 13 de octubre inaugurará, con un discurso ante las cámaras, la sesión parlamentaria de otoño. Después presidirá el Consejo de Ministros que aprueba el proyecto de presupuestos para 2024.

M’diq (57.000 habitantes), conocida por los españoles como Rincón, está a 25 kilómetros al este de Ceuta. El soberano alauí posee allí una residencia real y un embarcadero, desde donde suele zarpar a bordo de una lancha o en su velero Badis 1. Desde allí surca el Mediterráneo occidental.

Mohamed VI ya pasó dos largos meses este verano en la costa mediterránea, desde finales de junio hasta el 1 de septiembre. Estuvo sobre todo en Rincón, pero también navegó hasta Alhucemas, dónde celebró su sesenta cumpleaños con sus hijos, el príncipe heredero Moulay Hassan y la princesa Lalla Khadija.

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El 1 de septiembre viajó de Tetuán a Francia, donde posee un palacete junto a la Torre Eiffel, que adquirió por 80 millones de euros, y un castillo en Betz, a 75 kilómetros al noreste de la capital, que heredó de su padre Hassan II. Es en ese castillo del año 1780, rodeado por 70 hectáreas de terreno, donde pasa la mayor parte de tiempo y donde se enteró del seísmo que golpeó Marrakech. Diecinueve horas después regresó a Rabat.

Desde que volvió a Rabat, el rey presidió en palacio tres reuniones de trabajo —el 9, 14 y 20 de septiembre— para evaluar los daños de la catástrofe, poner en marcha las ayudas a sus víctimas y la reconstrucción de las zonas dañadas. Al término de la segunda reunión, la Casa Real anunció que el holding empresarial Al Manar, propiedad del monarca, haría una donación de 91,5 millones de euros al fondo de ayuda a los damnificados. El soberano efectuó también una visita de 80 minutos a Marrakech para visitar a los heridos del terremoto y donar sangre en el hospital universitario de la ciudad. No pernoctó en Marraquech, la única ciudad marroquí que cuenta con dos palacios reales.

Tampoco se desplazó hasta las zonas más siniestradas, ni siquiera las sobrevoló en helicóptero, como la provincia de Al Haouz, al este de Marrakech. El príncipe heredero, Moulay Hassan, solo participó, junto a su padre, en la primera de las sesiones de trabajo y desde entonces no se le ha vuelto a ver.

Es improbable que, a diferencia de lo que sucedió el 1 de septiembre, esta vez el monarca viaje a París. La relación diplomática de Marruecos con Francia, que ya era mala antes del terremoto, se ha deteriorado aún más. Rabat rechazó gran parte de la ayuda internacional que le fue ofrecida por numerosas potencias, pero sobre todo la francesa, pese a que el presidente Emmanuel Macron tomó la palabra en tres ocasiones para proponérsela. Francia ofrecía de todo empezando por sus 300 bomberos-militares, un cuerpo del que se inspiró España para crear la Unidad Militar de Emergencias.

La ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, declaró que Macron había sido invitado por Mohamed VI a visitar Marruecos, pero al día siguiente una fuente oficial lo desmintió en Rabat a través de una declaración a la agencia de prensa MAP. La prensa oficialista marroquí arremete con virulencia la cobertura de los rescates después del terremoto de los diarios franceses, pero no menciona la que hicieron los medios de comunicación estadounidenses, alemanes o españoles, que también fueron muy críticos.

Opinión

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Tampoco es probable que Gabón, otro lugar de vacacional de predilección, vuelva a ser elegido en breve por Mohamed VI para su descanso, como lo fue del 25 de diciembre de 2022 al 23 de marzo pasado. Dispone allí de una residencia en Pointe-Denis, al borde del Atlántico, pero no parece muy proclive a utilizarla tras el derrocamiento de su amigo, el presidente Ali Bongo. El mandatario fue la única personalidad no marroquí con la que el monarca se reunió desde diciembre de 2020, en Libreville.

Está por ver cuál será el destino vacacional en el extranjero por el que opte Mohamed VI si renuncia, por ahora, a ir a Francia y Gabón. España parece descartado, pese a la buena relación política entre ambos países desde marzo de 2022. El palacio real teme el hostigamiento de una prensa que considera hostil. Cabe la posibilidad de que viaje al Golfo. Ya estuvo, por ejemplo, en Abu Dabi. Aunque nunca se han visto fotos, algunos medios señalan que posee una residencia en Zanzíbar (Tanzania) en la que, por ahora, apenas ha puesto los pies.