El peso del sector público en Canarias no para de crecer: ¿es bueno o malo?

En Canarias pesan -y mucho- las administraciones públicas. En las islas llegó al 24% del conjunto de la actividad económica que se registró en 2021. Veinte años atrás solo representaba el 18%. Una actividad que arrastra al empleo: de cada 100 asalariados, 20 son públicos según la EPA al cierre de 2022. ¿Es malo o es bueno tanto peso? En la discusión, defensores y detractores tienen un punto en común: siempre será mayor, por necesario, el peso del sector público en un archipiélago porque hay que atender los servicios mínimos de una población que vive en un territorio fragmentado.

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Y hasta aquí. En lo que ya no están de acuerdo es en la eficiencia del sistema, sobre todo en los capítulos de la inversión pública. “No es negativo que exista un sector tan potente, pero hay que desburocratizar la administración, de forma que la seguridad jurídica que se requiere no se convierta en inmovilismo”, asegura José Miguel González, director de la consultora Corporación 5.

Desde la otra parte se defiende el aumento del protagonismo del sector. “Partíamos de unos servicios públicos muy débiles que en esta legislatura se han reforzado y eso beneficia también al sector privado. Tener mejor educación, por ejemplo, repercute en una población mejor formada de la que se nutren las empresas”, concluye Antonio Olivera, viceconsejero de la Presidencia del Gobierno de Canarias.

Bajo un prisma u otro, los datos son incontestables. En términos de Valor Añadido Bruto (VAB), este sector ha duplicado su presencia en la economía canaria. En 2001 se cuantificaba en 4.646 millones de euros y en 2021, último dato disponible de la estadística del ISTAC, superaba los 9.300 millones.

La tendencia ha sido progresiva. En 2019, el peso de lo público en el conjunto del archipiélago era de un 20% -a diferencia del 16% estimado en España- y solo superado por el 34% del epígrafe Comercio, transporte y hostelería. Los dos años siguientes, agitados por la pandemia y por la inyección de fondos extraordinarios, se elevó al 25% y 24%, respectivamente.

Islas más pequeñas, sector público mayor

En las islas de menor tamaño y menos población reina el sector público. Tomando como base 2019, en El Hierro supone el 38% de toda la actividad. Le sigue La Gomera con un 32% y La Palma con un 31%. Cifras elevadas que acreditan cómo se vive en estas zonas: vaciadas, envejecidas y con menos oportunidades de empleo y negocio y, además, donde las administraciones tienen que cubrir servicios esenciales cercanos a la población por escasa que sea.

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“En territorio continental, un área con 11.000 habitantes, como es el caso de El Hierro, no tendría un hospital y eso es lo que diferencia el gasto público canario de otras regiones”, asegura Antonio Olivera. La implantación y refuerzo de los servicios esenciales se observa en la evolución de las partidas sociales de los presupuestos autonómicos canarios. Entre los años 2019 y 2023 se incrementaron un 31% alcanzando una dotación de unos 7.500 millones sobre un total de algo más de 10.000 millones de gasto no financiero.

En opinión de José Miguel González, el sector público “es un gran agente económico que se comporta como motor sobre todo en islas de menor dimensión”, pero insiste en la eficiencia de los fondos públicos, vía inversión, “para superar las limitaciones que en estos territorios tiene la economía privada”.

En el resto de las islas, el peso público es inferior. En Tenerife supone el 27%, en Gran Canaria el 26% y más alejadas quedan Lanzarote y Fuerteventura, ambas con un 18%, y cuyo sector económico lo lidera de manera significativa el comercio y la hostelería con un 46% y 49%, respectivamente.

Crece el empleo público

Si el sector público crece, también lo hace el empleo bajo su manto. Desde 2019 lo ha hecho un 12% aunque, al finalizar 2022, Canarias se situó en relación con el total de ocupados en la media de España con un 17,7% y a gran distancia del 27% de Extremadura o del 22% de Castilla y León.

Si descendemos por islas y atendiendo a los últimos datos del ISTAC referidos a 2019, algunas cifras llegan a la estratosfera. Ese año, el empleo público sobre el total alcanzó en El Hierro el 42%, en La Palma y La Gomera el 35%, desciende a algo más del 30% en Gran Canaria y Tenerife y finalizan el ranking Lanzarote y Fuerteventura superando el 20%.

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Y volvemos a la pregunta inicial. ¿El peso del empleo público es malo o es bueno?

Para González, tendrá un valor positivo o negativo en función de su productividad “que debe medirse con los mismos parámetros que en el sector privado. Una administración que mueva la economía y contrate es una buena noticia si el sistema es productivo porque no olvidemos que lo público se sustenta con la actividad privada”.

Olivera, por su parte, se niega a señalar, por definición, al ámbito privado como eficiente y al público como ineficiente. Como prueba alude a la estadística de la OCDE en la que países como Noruega, Suecia o Dinamarca presentan un peso de este tipo de empleo entre el 27% y el 31% siendo economías ejemplares en materia de innovación, productividad y protección social.