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La recuperación se atasca: la OCDE prevé que España solo crezca un 3% en dos años
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SE FRENA LA REDUCCIÓN DEL PARO

La recuperación se atasca: la OCDE prevé que España solo crezca un 3% en dos años

El contexto internacional y la caída de la renta disponible por la inflación ralentizan el repunte de la economía tras el covid: el consumo prepandemia no se recuperará ni en 2024

Foto: Campaña del Black Friday, en Madrid. (EFE/Diego Fernández)
Campaña del Black Friday, en Madrid. (EFE/Diego Fernández)

España sigue a la cola de la recuperación pospandemia, y el repunte se empieza a atascar por la espiral inflacionista. El PIB de nuestro país se incrementará un 4,7% este año, tres décimas más de lo que se esperaba en septiembre y el mejor dato de los grandes del euro, pero el impacto de la crisis energética provocará una profunda ralentización: en la suma de los próximos dos ejercicios (2023 y 2024), España solo crecerá un 3%, un dato que impedirá alcanzar los niveles previos al coronavirus hasta 2024. De la cuarentena de países incluida en las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), España es, junto a Sudáfrica, el único que tardará tanto en hacerlo (el Reino Unido no volverá a niveles precovid con la estimación actual).

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La economía nacional lleva dos años de retraso respecto a las grandes potencias comunitarias, como Alemania, Francia o Italia, que no sufrieron un golpe tan acusado en el fatídico 2020 (la caída del PIB en nuestro país fue la mayor de la zona euro, un 11,2%). Ya venía ocurriendo hasta ahora, pero la situación empeora en cada revisión de las estimaciones, que suponen una nueva desautorización al cuadro macro enviado por el Gobierno a Bruselas para acompañar a los presupuestos del año que viene.

El Ejecutivo presume de que España seguirá al frente de la recuperación, en un contexto internacional muy delicado tras la invasión de Ucrania. Es cierto que cerrará 2023 con un crecimiento del 1,3%, casi el triple que la media de una zona euro (0,5%) donde Francia (0,6%) e Italia (0,2%) perderán impulso, mientras que Alemania (-0,3%) entrará en recesión, aunque menos pronunciada que la se preveía en el informe anterior, hace dos meses.

Sin embargo, la OCDE ha vuelto a recortar dos décimas su estimación de crecimiento para nuestro país, y la sitúa ocho por debajo de la del Gobierno. Además, deja la de 2024 en un exiguo 1,7%, que arroja dudas sobre el impulso de la economía cuando se detenga la espiral de precios. De hecho, se trata de un dato inferior al que arrojan los principales organismos: el Banco de España, por ejemplo, calcula un 2,9%.

El bache de este invierno, en el peor momento de la crisis energética y ante el impacto de la subida de los tipos de interés para embridar la inflación, no solo se notará el año que viene, sino también el siguiente. La recuperación se empieza a ralentizar cada vez más y esto también tendrá un efecto sobre el mayor éxito económico del Gobierno: la vitalidad del mercado de trabajo. Quizás este sea el dato más negativo de las previsiones de la OCDE. El empleo se estanca: la tasa de paro, que cerrará este año en un 12,9% —dos puntos menos que en 2021—, se mantendrá en las mismas cifras el año que viene, y apenas se reducirá dos décimas, hasta el 12,7%, en 2024.

En su informe, el organismo apunta algunos problemas que explican este frenazo económico. Todos ellos tienen su origen en la inflación, que "frenará el poder adquisitivo de los hogares" y provocará un deterioro de las perspectivas de demanda y un aumento de los costes de financiación, debido al endurecimiento de la política monetaria para hacerle frente. Además, la OCDE estima que la inversión privada permanecerá moderada, aunque recuerda que un uso "oportuno y eficaz" de los fondos europeos "será clave" para apoyarla, además de impulsar la productividad a largo plazo y lograr la transición verde.

Las subidas de los precios se suavizarán el año que viene, al pasar del 8,6% al 4,8%, gracias a la progresiva normalización en los mercados energéticos, y se situarán por debajo de la media europea. Sin embargo, el informe de la institución con sede en París añade un dato preocupante: la inflación subyacente, que elimina el efecto de los elementos más volátiles —como la propia energía—, seguirá aumentando, y alcanzará un 4,8%, ocho décimas más que este año, hasta igualar al índice de precios de consumo (IPC).

Foto: Un paracaidista con la bandera de España, en Zaragoza. (EFE/Toni Galán)

En ese escenario, la capacidad de compra de las familias, especialmente de las más vulnerables, se ve seriamente mermada, al tener que dedicar una parte cada vez mayor de sus gastos a lo imprescindible, como los alimentos o el pago de las facturas. Y esto tiene un doble efecto: por un lado, la tasa de ahorro se reduce (pasará de un 7% en 2021 a un 2,3% en 2024), mientras que, por el otro, el consumo se resiente.

Aquí está, precisamente, el principal lastre de la economía española. Si nuestro país no recuperará hasta dentro de dos años el PIB prepandemia, el consumo privado ni siquiera lo hará en ese periodo: seguirá en 2024 2,5 puntos por debajo de 2019, según la proyección de El Confidencial a partir de las cifras de la OCDE. El buen comportamiento del sector exterior, con unas exportaciones que ya cerrarán este año por encima de los niveles previos al coronavirus, se antoja insuficiente ante la atonía de la demanda interna.

Para hacer frente a esta situación, el Ejecutivo ha aprobado varios paquetes de medidas, cuyo coste la OCDE estima en 15.000 millones de euros (un 1,2% del PIB), a los que habría que sumar otros 6.300 millones de la llamada excepción ibérica para establecer un tope al precio del gas usado en la producción de electricidad. El organismo con sede en París advierte de que las ayudas del Ejecutivo para hacer frente a la espiral inflacionista deben ser "temporales, orientadas a aquellos que más lo necesitan y equilibradas con la necesaria consolidación fiscal a medio plazo". El déficit, concluye el club de los países más ricos del mundo, caerá al 3,7% en 2024, desde el 4,9% actual, gracias al excepcional incremento de los ingresos. Son cuatro décimas más de lo que prevé el Gobierno, que cada vez está más solo en sus augurios.

"En la buena dirección"

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, ha explicado en una rueda de prensa este martes que la economía española mantiene su vitalidad, gracias, entre otros aspectos, a que es menos dependiente de las importaciones del gas ruso, a las medidas del Gobierno y a los fondos europeos, que han servido para amortiguar el impacto de la guerra en Ucrania. "En términos de crecimiento, la actividad se ha mostrado bastante resistente", ha añadido, según recoge EFE. 

Por su parte, el economista jefe de la institución, el exministro portugués Álvaro Santos Pereira, ha insistido en que se trata de "una recuperación muy sana" para 2024, visto el contexto general. "[España] va en la buena dirección", ha concluido.

España sigue a la cola de la recuperación pospandemia, y el repunte se empieza a atascar por la espiral inflacionista. El PIB de nuestro país se incrementará un 4,7% este año, tres décimas más de lo que se esperaba en septiembre y el mejor dato de los grandes del euro, pero el impacto de la crisis energética provocará una profunda ralentización: en la suma de los próximos dos ejercicios (2023 y 2024), España solo crecerá un 3%, un dato que impedirá alcanzar los niveles previos al coronavirus hasta 2024. De la cuarentena de países incluida en las previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), España es, junto a Sudáfrica, el único que tardará tanto en hacerlo (el Reino Unido no volverá a niveles precovid con la estimación actual).

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