PP y Cs cierran un acuerdo de gobierno en Castilla y León y ultiman el pacto en Murcia
En Castilla y León, el principio de acuerdo está cerrado. Los populares presidirán la comunidad y Ciudadanos tendrá la alcaldía de algunas capitales de provincia
Poco a poco, el puzle de los pactos territoriales va encajando tras las elecciones del 26 de mayo. El enredo de sumas y partidos hacía complicado visualizar con claridad en qué quedarían los acuerdos en comunidades autónomas y ayuntamientos. Pero la constitución de los consistorios este sábado y de las asambleas de Madrid y Murcia el pasado martes comienzan a arrojar algo de luz. En estos momentos, el pacto entre PP y Ciudadanos en Castilla y León ya es un hecho. Ambos han alcanzado un principio de acuerdo. Como era previsible, el PP de Alfonso Fernández Mañueco presidirá la Junta y, a cambio, el partido naranja obtendrá las alcaldías de algunas capitales de provincia, que aún no están confirmadas. Podrían ser, en todo caso, Salamanca, Palencia o Burgos. Aunque estas dos últimas necesitarían también los votos de Vox.
Precisamente, el PP asumió un documento hace días con 18 exigencias en materia de regeneración democrática que elaboró directamente el candidato naranja, Paco Igea. Entre ellas, se encontraba la limitación de mandatos hasta ocho años, aplicable también en ayuntamientos y diputaciones. El candidato de Ciudadanos, que no decartaba un entendimiento con el PSOE, ha terminado pilotando las conversaciones con el PP, que parecen haber llegado ya a puerto definitivo. El documento era condición 'sine qua non' para seguir adelante con el acuerdo.
Más allá de la presidencia, las formaciones se encuentran ya negociando el reparto de consejerías, que deberá ser paritario. Exactamente igual que en Murcia, donde las conversaciones también están en fase muy avanzada. Según ha podido saber El Confidencial en el caso murciano, el pacto en torno a la Mesa (Ciudadanos la preside y la derecha suma mayoría, como en Madrid) incluiría, de alguna manera, una segunda parte de acuerdo en torno a la comunidad y al propio Ayuntamiento de Murcia.
De hecho, la propia estructura del Gobierno autonómico empieza a tomar forma. Estará presidido por el PP y habrá un reparto de consejerías paritario. Vox no estará representado en ese Ejecutivo ni en ningún otro en el que estén presentes los dirigentes naranjas. Además de reiterarlo públicamente Albert Rivera este martes en el Congreso, fuentes de la cúpula insisten a este periódico en que el mandato de la ejecutiva se cumplirá.
En Madrid, las conversaciones podrían dilatarse más. En este momento, lo esencial es 'cerrar' el pacto en el ayuntamiento. Después de unos días de tensión entre los equipos municipales de PP y Ciudadanos (no mantenían contacto desde el viernes pasado), el equipo de José Luis Martínez-Almeida hizo llegar un acuerdo programático al grupo de Begoña Villacís y a Vox, liderado en el consistorio por Javier Ortega Smith. El primer punto del documento recoge claramente que el candidato a apoyar en la investidura y, por tanto, el próximo alcalde, debe ser Almeida. Hablar de candidaturas fue lo que hizo estallar la negociación la semana pasada entre los socios preferentes. Mientras que Ciudadanos apostaba por seguir el esquema de otros territorios y cerrar, en primer lugar, un programa de gobierno, los populares municipales exigieron blindar a Almeida.
La cuestión es que ahora apenas faltan tres días para la constitución del ayuntamiento y urge saber si el pacto está cerrado o no. El nerviosismo del PP llevó a pensar a Ciudadanos que Villacís tenía opciones y con esa carta han estado jugando en los últimos días. Fuentes de la cúpula naranja apuntan en estos momentos a que lograr la alcaldía de Madrid "está muy complicado" y dan por hecho que el PP liderará, aunque Ciudadanos gobernará y asumirá concejalías de peso.
La dirección del Partido Popular insiste en su guión original de no ceder ni una presidencia de comunidad autónoma donde sus candidatos hayan quedado por delante de los propuestos por Ciudadanos y Vox y solo parece abierto a negociar presidencias de asambleas regionales y algunas alcaldías y diputaciones provinciales dentro del ámbito de cada autonomía. Incluso en las últimas horas han incluido Canarias entre sus objetivos ante la oferta de los regionalistas de Coalición Canaria de sumar fuerzas y colocar al frente del ejecutivo al presidente de los populares, Asier Antona.
Perfilados o cerrados ya los acuerdos con Ciudadanos y Vox (por separado) en Madrid, Castilla y León y Murcia, en fuentes de la sede de Génova también dan por hecho José Luis Martínez-Almeida será el próximo alcalde de Madrid. Pablo Casado tiene previsto asistir a la elección del candidato del PP en la sesión constitutiva del ayuntamiento de la capital de España que se celebrará el próximo sábado como la de todos los consistorios.
Para el presidente del PP confirmar que su partido recupera la alcaldía de Madrid es el mejor argumento de que las elecciones del 26-M salieron bien y que marcan el arranque de 'la remontada' que promete a sus bases después del desastre de las elecciones generales del 28 de abril. Además, en la dirección del partido están pendientes del nuevo margen de recolocación de exaltos cargos y 'funcionarios' de Génova que ofrece el consistorio para cerrar el ajuste de personal que tienen pendiente en su sede central.
La cuestión es que la negociación poselectoral comenzó para el partido naranja con la prioridad de liderar alguna plaza importante. De hecho, la formación de Rivera entendía que garantizar su apoyo al PP en una gran parte de capitales de provincia y en las comunidades autónomas en las que hay suma debía corresponderse con algún liderazgo.
En estos momentos, las opciones son pocas. Fuentes cercanas a la negociación reconocen que conseguir encabezar algún Gobierno sería, de alguna manera, "la guinda" de las conversaciones. Pero ya no lo dan por hecho. Entienden que el gran cambio de esta legislatura con respecto a la pasada será entrar en los gobiernos, aunque no terminen liderando. En 2015, Ciudadanos permitió la investidura en cuatro comunidades autónomas sin pedir a cambio presencia en los gobiernos. Andalucía fue el inicio de un nuevo ciclo político que continuará a partir de este sábado.
Cs no renuncia a Aragón... ni a su candidato
A lo que Ciudadanos no renuncia, al menos de momento, es a Aragón. En un doble sentido. Por un lado, consideran que el acuerdo firmado entre Javier Lambán (PSOE) y los regionalistas del PAR podría tener marcha atrás. En el partido naranja, el pacto cayó como un jarro de agua fría. Primero, porque tenían pendiente una reunión con los regionalistas el mismo día en el que, por sorpresa, se aliaron con los socialistas aragoneses. Hasta el punto de que el comité de negociación naranja descarta ya por completo la vía de Lambán-PAR.
De hecho, populares y naranjas han continuado avanzando y tienen ya un acuerdo prácticamente cerrado, a la espera de recabar el resto de apoyos. Los de Vox los dan por seguros y asumen que no pedirían contraprestaciones. La cuestión es que tanto en PP como en Ciudadanos ven posible que los regionalistas de Arturo Aliaga se desdigan de su pacto con el PSOE. Solo eso permitiría que está vía prosperara. Por otro lado, el partido de Albert Rivera tiene especial confianza en su candidato, Daniel Pérez. No descartan verle encabezando ese Gobierno, en caso de que saliera adelante. A su vez, el popular Luis María Beamonte no cuenta con el respaldo directo de Génova ni es un hombre de Pablo Casado, según comentan en Cs. Sería la oportunidad de Ciudadanos de liderar una plaza de relevancia.
Pero el PSOE tiene anunciado para este jueves en Zaragoza la firma de las bases programáticas con el PAR para "un acuerdo de gobernabilidad inspirado en la centralidad, la moderación y la transversalidad", informa Juanma Romero. Con ese gesto, el barón socialista pretende amarrar más a los regionalistas, que no se le escapen antes de la constitución de los ayuntamientos. Pero esa alianza no suma suficientes escaños, y requeriría el concurso de Podemos y Chunta al menos, o alternativamente un Cs que no quiere nada con Lambán. "A partir de este paso, veremos cómo reaccionan los demás, y que Cs reflexione si va a dar al PP las capitales [Zaragoza, Huesca y Teruel] a cambio de nada", dicen en el círculo del presidente aragonés. "El paso de este jueves es muy importante", insisten. La suma de Podemos y CHA con PAR no sería del todo irreal: en el PSOE recuerdan que en julio de 1999 el socialista Marcelino Iglesias fue investido jefe del Ejecutivo con los votos del PAR e IU. Dos formaciones teóricamente antagonistas.
Poco a poco, el puzle de los pactos territoriales va encajando tras las elecciones del 26 de mayo. El enredo de sumas y partidos hacía complicado visualizar con claridad en qué quedarían los acuerdos en comunidades autónomas y ayuntamientos. Pero la constitución de los consistorios este sábado y de las asambleas de Madrid y Murcia el pasado martes comienzan a arrojar algo de luz. En estos momentos, el pacto entre PP y Ciudadanos en Castilla y León ya es un hecho. Ambos han alcanzado un principio de acuerdo. Como era previsible, el PP de Alfonso Fernández Mañueco presidirá la Junta y, a cambio, el partido naranja obtendrá las alcaldías de algunas capitales de provincia, que aún no están confirmadas. Podrían ser, en todo caso, Salamanca, Palencia o Burgos. Aunque estas dos últimas necesitarían también los votos de Vox.