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"Hemos estado al límite": las dos horas de infarto que alumbraron el pacto en Madrid
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LAS NEGOCIACIONES DE LA MESA DE LA ASAMBLEA

"Hemos estado al límite": las dos horas de infarto que alumbraron el pacto en Madrid

La cita entre Vox y Cs de las 10 de la mañana acabó sin consenso. Al final, el PP ofreció a Monasterio una de las vicepresidencias y un preacuerdo para respetar la proporcionalidad de sus votos

Foto: Ignacio Aguado. (EFE)
Ignacio Aguado. (EFE)

Todo se decidió en apenas dos horas. “Hemos estado al límite”, coinciden en señalar los actores implicados. La Asamblea de Madrid vivió este martes una jornada parlamentaria totalmente inédita. Y de infarto. A las 10:30 de la mañana, Vox y Ciudadanos terminaban una reunión que acabó sin acuerdo y que no aseguraba el éxito de lo que se pretendía hora y media después: que el bloque del centro derecha, ganador de las pasadas elecciones del 26 de mayo, controlase por mayoría la Mesa del Parlamento madrileño. Un primer paso que se antojaba necesario para alcanzar en las próximas semanas un pacto de gobernabilidad, que visto lo visto se aventura complicado. Muy complicado.

Isabel Díaz Ayuso, la candidata del PP que aspira a presidir la Comunidad de Madrid, abandonó el lunes por la tarde la Asamblea de Madrid sin tenerlas todas consigo. Tenía un acuerdo con Ciudadanos (la cesión de la presidencia de la Cámara a la formación naranja) y otro con Vox (que los de Rocío Monasterio también entraran con un miembro en la Mesa), pero faltaba un pacto clave, que Ciudadanos y Vox se pusieran de acuerdo y se sentaran los dos para ultimar la distribución de la Mesa. Ya que sin los 12 votos de Vox no había nada. Una reunión que se hacía esperar. Para Ciudadanos, la foto con Vox es un escenario incómodo. Nadie lo niega.

Foto: Ignacio Aguado, líder de Ciudadanos en Madrid

Vox recalcaba por la noche que seguía esperando la llamada de Ciudadanos. “No hay nada seguro. Siguen las conversaciones”, señalaba a este diario a media noche un alto dirigente de Vox. ¿Y de qué depende vuestro apoyo? “De que el acuerdo sea formal a tres bandas y que sea el preludio para una negociación de gobierno”, insistían desde Vox. En la dirección nacional del PP eran más optimistas (no desde la regional) y aseguraban que habría acuerdo, que las aguas se acabarían encauzando.

Las aguas se encauzaron a las 10 de la mañana. A esa hora, en el despacho del vicepresidente Juan Trinidad, en la segunda planta de la Asamblea, Ignacio Aguado se veía con Rocío Monasterio. Sin avisar a los medios. Un encuentro discreto, igual que el que se había producido el domingo por la mañana entre ambos líderes en un céntrico hotel de la capital. Una cita cerrada esa misma mañana en la que Ciudadanos solo quería hablar de la Mesa y en la que Vox se descolgó con un documento que Monasterio quería que Aguado firmase. “No era lo previsto”, señalan desde Ciudadanos. Aguado apenas lo leyó y se sorprendió del contenido. Una especie de acuerdo supuestamente ya firmado entre PP y Vox que hablaba de “consejerías, entes y programa” y al que Vox quería que Ciudadanos se sumase.

VOX firma un acuerdo con el PP para tener consejerías en el Gobierno de la Comunidad de Madrid

Obviamente, Aguado no lo hizo. La línea roja de Ciudadanos sigue siendo clara. De momento. Su socio preferencial solo es el PP, con el que quiere negociar un Gobierno para Madrid y un programa. Una ecuación en la que no entra Vox. Monasterio se volvió a guardar el documento y se acabó la reunión. Sin ningún tipo de acuerdo. De hecho, Ciudadanos no tenía claro a las 10:30 si su candidato a la presidencia de la Asamblea contaba con los imprescindibles 12 votos de Vox. Monasterio no confirmó su apoyo.

La siguiente reunión se produjo entre Ciudadanos y PP. La formación naranja comunicó a los populares que sus 26 diputados solo votarían a los dos candidatos que manejaba el PP: para la vicepresidencia primera de la Mesa y una de las tres secretarías. No darían ningún voto a Vox. El PP confirmó entonces que sus 30 diputados votarían al candidato de Cs a la presidencia (Juan Trinidad) y para sumar a Vox al acuerdo de la Mesa tendría que darle un caramelo: la tercera vicepresidencia, un puesto que con el Estatuto de Autonomía en la mano y el Reglamento de la Cámara no le correspondería. Ciudadanos tendría que conformarse entonces con la tercera secretaría, que en principio estaba reservada para Vox.

Foto: Isabel Díaz Ayuso saluda a Ángel Gabilondo

Isabel Díaz Ayuso ha tenido que realizar en estos días un gran esfuerzo de generosidad para que haya un acuerdo. Y un gran ejercicio de liderazgo y equilibrio entre las tres partes”, señalan desde su equipo. Fuentes del PP aseguran que ella ha conseguido que el centro derecha conquiste con amplia mayoría la Mesa de la Asamblea. “Y eso que nunca ha habido una reunión a tres, como hubiera sido lo deseable”. Es decir, que el PP ha tenido que actuar de puente entre Cs y Vox, reacio el primero a sentarse con los segundos.


El PP convenció a Vox por la mañana de que debía apoyar la constitución de la Mesa. Esta vez, la reunión entre Ayuso y Monasterio se celebró en la planta de grupos, en las oficinas del PP. ¿Cómo lo hizo? Ofreciendo a Vox una vicepresidencia y firmando el mismo martes por la mañana el documento que luego esgrimiría Monasterio en rueda de prensa. Un documento que, según Vox, supone un pacto para entrar en el futuro Gobierno y que, según el PP, es solo un documento interno de trabajo que se traduce en un principio de acuerdo para respetar la proporcionalidad de los votos de Vox. “Luego habrá que ver cómo se plasma esa proporcionalidad. Nada más”, explican fuentes del PP.

Ofreció a Vox una vicepresidencia y firmando el mismo martes por la mañana el documento que luego esgrimiría Monasterio en rueda de prensa

"Todo se ha podido ir al garete", aseguran desde el PP. "Vox trajo a la Asamblea esta mañana unas exigencias a las que no había hecho referencia hasta ahora en las negociaciones que habíamos entablado para la Mesa. Unas exigencias que dificultaron el acuerdo". Al final, Díaz Ayuso consiguió reducir las expectativas de Vox. Por el momento. El argumento es que todos ganaban con este primer acuerdo.

El PP tiene su acuerdo (el de la Mesa) que abre la puerta para el posterior pacto de gobernabilidad. No hay que olvidar que el único objetivo del PP es que Díaz Ayuso sea presidenta de la Comunidad de Madrid. Ciudadanos gana la presidencia de la Asamblea y otro puesto en la Mesa. Y asegura mantener intacto su discurso: que no ha firmado nada con Vox ni lo firmará. Sigue sin hacerse la foto. Además, con este reparto de la Mesa, PP y Ciudadanos suman cuatro de los siete puestos, una mayoría para controlar la Cámara sin necesidad de contar con el quinto voto de Vox. Por su parte, Vox ha ganado fuerza negociadora y una vicepresidencia (que no esperaba), además de arrancar un primer preacuerdo al PP, que ya veremos en qué se acaba traduciendo.

Foto: La Asamblea de Murcia. (EFE)

Lo dicho. Una mañana complicada. Ayuso señalaba a las 12, minutos antes de que empezara la sesión de investidura, que todo estaba controlado y que “no habría sorpresas”. Que se había alcanzado un "acuerdo global". La aritmética parlamentaria hizo el resto. Tal y como se habría fraguado esa misma mañana. ¿Cómo fue posible que el candidato de Vox ganara la vicepresidencia tercera con solo 12 diputados si obtuvo 33 apoyos? Ciudadanos no quería votar a Vox, por lo que otorgó sus votos a la candidata del PP (Paloma Adrados sumó 35 votos, los 26 de Ciudadanos y nueve del PP). Los populares, por tanto, tuvieron que dejar de votar a su candidata y sumar sus 21 votos restantes a los 12 de Vox. Todo un ejercicio de dotes negociadoras.

Desde el PP insisten en que todo "está siendo muy complicado” y que Isabel Díaz Ayuso está haciendo "equilibrios" para que el bloque de centro derecha se entienda y Ayuso pueda ser presidenta de la comunidad. La gran perdedora fue la izquierda, sobre todo Más Madrid y Unidas Podemos, que suman 27 diputados y no tendrán representación en la Mesa de la Asamblea. El PSOE salvó una vicepresidencia y una secretaría, pero serán solo dos votos en el oasis, ya que el centro derecha suma cinco puestos en la Mesa. Queda el debate (amargo para algunos) de que el PSOE podría haber cedido sus votos para que una de las secretarías correspondiera a los de Errejón. No fue así.

Todo se decidió en apenas dos horas. “Hemos estado al límite”, coinciden en señalar los actores implicados. La Asamblea de Madrid vivió este martes una jornada parlamentaria totalmente inédita. Y de infarto. A las 10:30 de la mañana, Vox y Ciudadanos terminaban una reunión que acabó sin acuerdo y que no aseguraba el éxito de lo que se pretendía hora y media después: que el bloque del centro derecha, ganador de las pasadas elecciones del 26 de mayo, controlase por mayoría la Mesa del Parlamento madrileño. Un primer paso que se antojaba necesario para alcanzar en las próximas semanas un pacto de gobernabilidad, que visto lo visto se aventura complicado. Muy complicado.

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