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Sánchez tira del 'candidato Zapatero' para animar la movilización el 9-J frente a la "internacional ultra"
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Sánchez tira del 'candidato Zapatero' para animar la movilización el 9-J frente a la "internacional ultra"

El PSOE abarrota La Rambleta en Valencia en el arranque de la campaña con presidente y expresidente del Gobierno respaldando a Ribera junto a Morant. “El PSOE es el mejor partido de la historia de España”

Foto: Diana Morant, Zapatero, Sánchez y Teresa Ribera, en Valencia. (EFE/Biel Aliño)
Diana Morant, Zapatero, Sánchez y Teresa Ribera, en Valencia. (EFE/Biel Aliño)
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El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, vuelve a la primera línea en el arranque de la campaña de las elecciones como refuerzo del cartel de la cabeza de lista del PSOE, Teresa Ribera, y al lado del actual inquilino de la Moncloa, Pedro Sánchez. Este jueves, ha protagonizado, junto con el líder socialista, la candidata al Parlamento Europeo y la secretaria general del PSPV y ministra de Ciencia, Diana Morant, el acto de inicio de la carrera hacia las urnas el próximo 9 de junio.

El objetivo, que no ocultan en las filas del PSOE, es claro: aprovechar su buena imagen entre los votantes progresistas del país para empujar emocionalmente la lista al Europarlamento, en una cita que servirá para medir la capacidad de movilización de las distintas fuerzas política. Si es por cuestión de ocupación de espacios, el tándem de la marca ZP con la federación valenciana cumplió en el primer ensayo de movilización interna, con un sold out del auditorio de La Rambleta, con capacidad para 800 personas. Varios cientos de militantes y simpatizantes se quedaron en la calle, donde se instaló una pantalla en el exterior del centro cultural.

“El PSOE es el mejor partido de la historia de España”, arrancó Zapatero su intervención. “Pocos pueden decir esto porque pocos tienen 145 años de historia y de compromiso. Y con el mejor Gobierno de Europa, el que más empleo crea y mejor defiende la paz en Europa”, añadía entre aplausos del público. “La derecha carece de ideas, de proyecto y de coraje democrático”, asestaba contra el PP, al tiempo que reivindicaba el final de ETA durante su mandato frente a las recientes alusiones de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso tras el reconocimiento del Estado de Palestina por parte del Gobierno.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Chema Moya)

La movilización del electorado en una cita clave en términos continentales, pero cuyas materias en juego (posición geoestratégica de la UE, transición energética, crecimiento de los grupos euroescépticos…) apenas están teniendo espacio en la crispada agenda nacional, preocupa tanto a populares como socialistas. Su principal rival es, ahora mismo, la abstención, mucho más alta en las citas europeas que en otro tipo de comicios. “Europa o es solidaria o no es Europa”, trataba de animar Zapatero, al tiempo que ensalzaba la figura de Teresa Ribera. “Es un chute de energía estar aquí”, replicaba la cabeza de cartel.

placeholder Pedro Sánchez y Zapatero, con cargos y militantes socialistas en el mitin de arranque de campaña de europeas en Valencia. (Europa Press/Rober Solsona)
Pedro Sánchez y Zapatero, con cargos y militantes socialistas en el mitin de arranque de campaña de europeas en Valencia. (Europa Press/Rober Solsona)

El PP insiste en su táctica de nacionalizar la campaña para convertirla en un nuevo plebiscito contra Sánchez, aunque su argumentario ha rebajado potencia con la victoria de Salvador Illa en Cataluña y la pérdida de la mayoría de los independentistas en el Parlament. Los conservadores quieren mantener la tensión de sus bases, y en esa estrategia se enmarca la manifestación convocada para este domingo en Madrid por los populares.

Por su parte, el PSOE afronta la cita con las urnas con sus potenciales votantes más animados por el resultado de los comicios catalanes. Sánchez ha rescatado el argumentario de la batalla contra la extrema derecha que ya empleó en las generales de 2023, trasladándolo a un pulso por la conformación de mayorías en el Parlamento Europeo y el control sobre las políticas de la Comisión Europea y su posición internacional. Se trata, dicen en Ferraz, de "frenar la ola ultra en Europa” y defender una España “solidaria y pacifista”, capaz de sumar aliados para reconocer el Estado de Palestina. “La paz que queremos para Ucrania es la que queremos para Palestina. La paz basada en reglas y el respeto a los derechos humanos. Estamos del lado correcto de la historia”, dijo el presidente del Gobierno.

Foto: El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. (Europa Press/Alejandro Martínez Vélez)

En esta estrategia de confrontar con las derechas radicales y hacer un sándwich al PP se ha aparecido la estridencia del presidente argentino, Javier Milei, una figura que alimenta el discurso antipolítica y más extremo de Vox, pero a la vez activa al elector progresista. En su visita a Madrid, junto a líderes europeos de la derecha radical y populista, como Marine Le Pen o Viktor Orbán, Milei desbordó la clásica cortesía diplomática, tildando de “corrupta” a la mujer de Sánchez, Begoña Gómez, y entrando al trapo de la batalla política doméstica. “El aquelarre ultraderechista y de odio”, lo describió este jueves Morant en su intervención. “Los vamos a parar igual que ya hicimos el 23 de julio”, dijo la ministra. “La internacional ultra”, sumaba Ribera. “Los amigos de (Alberto Núñez) Feijóo”, asestaba Sánchez.

“A España se la respeta, al presidente del Gobierno de España se le respeta y a la mujer del presidente se la respeta”, añadía Zapatero, que definió al Ejecutivo de Sánchez como “el mejor de Europa”. “Ahora la derecha ha descubierto la libertad. Pero la libertad que he visto a estas derechas es la libertad de insultar. Eso no es libertad, eso es ser esclavo del odio y de la furia”, afirmaba el expresidente.

Sánchez ha tratado de dar la vuelta a la polémica por las actividades empresariales de su esposa y las diligencias judiciales abiertas contra ella, aludiendo a “la máquina del fango” de la derecha y con los cinco días de “pausa” que se dio, dejando correr incluso que estaba dispuesto a renunciar, algo que no ocurrió. Sin embargo, al tiempo que la maniobra de reflexión íntima le quitaba de encima parte de la presión, ha alimentado entre sus críticos la tesis de un líder calculador y rocoso, respetado por los cuadros socialistas por su capacidad de resistencia frente a las arremetidas de la oposición, pero de carácter frío y distante. Zapatero, por contra, ejerce de figura compensatoria, de animador emocional de la grada socialista. A diferencia de Felipe González, completamente distanciado de Ferraz y Moncloa, el expresidente leonés se ha convertido en uno de los mayores defensores de la gestión de Sánchez y un activo entre las bases. Afirma que lo hace por “lealtad”, pero también por convicción.

Sin nada que escalar ya en clave política (se descartó como posible candidato a las europeas), su discurso más escorado hacia la izquierda y su recordatorio permanente de haber sufrido también una oposición feroz durante su etapa en la Moncloa arman su figura como estimulante de las bases y de los votantes más comprometidos. En una cita electoral en la que se espera una participación no muy superior al 50%, si llega, PSOE y PP van a medir el nivel de movilización y fidelidad del electorado como ensayo o laboratorio de unas posibles y futuras generales.

En ese contexto ha recurrido Sánchez a Zapatero para el mitin de inicio de campaña en Valencia. Está previsto que el expresidente protagonice actos también en Granada y en su tierra, León. Zapatero vuelve al ruedo, como ya hizo en las generales del año pasado y en las recientes catalanas, donde ha sido firme defensor de las consecuencias positivas para el clima político en Cataluña y España de la ley de amnistía. “Ahora la independencia la hacen las monjas en la Iglesia Católica. De las otras ya no hay”, ironizaba Zapatero ante el auditorio sobre la polémica de las religiosas de Burgos. "España no se rompe ni se hunde. Está más unida y es más próspera que cuando gobernaban las derechas", sacaba pecho Sánchez.

Reprobación a Teresa Ribera

El acto en Valencia tiene su propio significado en clave autonómica. La plaza valenciana está ahora bajo control del PP en coalición con Vox, tanto en la Generalitat como en las principales instituciones. El PSOE ha pasado el testigo del liderazgo de la federación del PSPV y la oposición al Consell que preside el conservador Carlos Mazón a la ministra Diana Morant, a la que está dando apoyo para intentar recuperar posiciones. Para elecciones europeas, la Comunidad Valenciana no es un granero a despreciar. El censo supera los 3,8 millones de electores. Y los populares se están empleando a fondo para desgastar a la cabeza de lista socialista, Teresa Ribera.

El PP ha preparado una celada a los socialistas sometiendo a la ministra de Transición Ecológica a una reprobación en las Cortes por su gestión en materia de distribución de recursos hídricos o asuntos como las aportaciones de agua a la Albufera. La foto de distensión que Mazón se hizo en febrero con Ribera ya es papel mojado. Los conservadores han elevado el tono a las puertas de la campaña. No está claro en términos técnicos que los incumplimientos que Mazón denuncia se estén produciendo realmente, con la Confederación Hidrográfica del Júcar negando los reproches de la Generalitat. Aun así, los dardos desde el PP valenciano contra Ribera son casi diarios. Hace varias semanas, además, los ejecutivos de la Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía y Madrid, todos con presidentes del PP, presentaron alegaciones conjuntas contra las reglas de explotación del Tajo-Segura propuestas por el Ministerio que dirige la candidata del PSOE.

El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, vuelve a la primera línea en el arranque de la campaña de las elecciones como refuerzo del cartel de la cabeza de lista del PSOE, Teresa Ribera, y al lado del actual inquilino de la Moncloa, Pedro Sánchez. Este jueves, ha protagonizado, junto con el líder socialista, la candidata al Parlamento Europeo y la secretaria general del PSPV y ministra de Ciencia, Diana Morant, el acto de inicio de la carrera hacia las urnas el próximo 9 de junio.

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