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La renuncia de Piñero y la caída de Ábalos alivian (algo) la olla a presión de la lista europea del PSOE
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ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO

La renuncia de Piñero y la caída de Ábalos alivian (algo) la olla a presión de la lista europea del PSOE

La veterana eurodiputada se descarta por decisión personal. El partido da por hecha también la salida de la abalista Estrella Durá. Los sondeos negativos alimentan nervios en el grupo socialista

Foto: Inmaculada Rodríguez-Piñero, este lunes en Valencia. (EFE/Ana Escobar)
Inmaculada Rodríguez-Piñero, este lunes en Valencia. (EFE/Ana Escobar)

La crisis política que sufre el PSOE a propósito de caso Koldo y las afecciones sobre el que fue ministro de Transporte, José Luis Ábalos, tienen efectos paradójicos sobre la próxima candidatura socialista a las elecciones europeas del 9 de junio de este 2024. Los sondeos han comenzado a detectar un desgaste en las perspectivas electorales del partido que lidera el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuyo alcance está todavía por determinar. Pero a la vez, el presunto caso de corrupción ha sacado de la quiniela y la competición de la lista al propio exsecretario federal de Organización, que aspiraba a ocupar un puesto de salida como culminación a su carrera política durante los próximos cinco años, y a la eurodiputada Estrella Durá, colocada por Ábalos en la lista en 2019. En el partido se da por hecho que no repetirá por segunda vez.

La composición de la papeleta se ha convertido en una olla a presión cuya tensión está latente en los pasillos de la delegación socialista española en Bruselas y Estrasburgo. En principio, Ferraz ha retrasado hasta después de las elecciones vascas, previstas para el 21 de abril, la comisión federal de listas que debe decidir los candidatos. En 2019, esa decisión se adoptó el 17 de marzo. Las elecciones se celebraron el 26 de mayo, coincidiendo con municipales y autonómicas en España. El descarte de los abalistas, admiten fuentes de la formación, ha contribuido a aliviar un poco esa tensión interna, que sigue latente.

Este lunes, la eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero, una de las más veteranas, con dos legislaturas a sus espaldas (diez años), anunciaba también su decisión de dar un paso al lado por razones personales y familiares. Con 66 cumplidos, vinculada a la federación valenciana y muy cercana al expresidente de la Generalitat, Ximo Puig, su movimiento político no tiene nada que ver con la crisis ligada al caso Koldo y Ábalos, pero ha abierto un tercer hueco en una lista que en 2019 obtuvo 20 actas. Las encuestas publicadas hasta ahora están arrojando ahora horquillas incluso por debajo de los 18 escaños, pese a que España ha ganado siete eurodiputados con respecto a la convocatoria de hace cinco años como consecuencia del Brexit y la evolución demográfica.

Foto: Koldo García, a la salida de la Audiencia Nacional. (EFE/Sergio Pérez)

Piñero hizo pública su decisión en el marco de una conferencia organizada por el Fórum Europa Tribuna Mediterránea. Exdiputada en el Congreso, exsecretaria general de Infraestructuras del Ministerio de Fomento y secretaria de Política Económica y Empleo en la ejecutiva federal del PSOE durante el mandato de Alfredo Pérez Rubalcaba (2012-2014), la europarlamentaria ha formado parte de la Comisión de Comercio Internacional y ha estado en la cocina legislativa de los tratados comerciales suscritos por la Unión Europea durante sus dos mandatos, con especial incidencia en la relación UE-Chile, cuya delegación preside. Además, ha ejercido de interlocutora de sectores productivos españoles y valencianos con autoridades europeas, especialmente en el ámbito de la agricultura o la industria azulejera.

“Ha llegado el momento de dar un paso al lado para que otros compañeros sigan trabajando con tesón por la Comunidad Valenciana y una Unión Europea más fuerte y más justa”, señalaba en el desayuno informativo, en la que Puig ejerció de introductor. Preguntada por la percepción de dietas como consejera del Puerto de Valencia, pese a la incompatibilidad por su cargo en el Europarlamento, Piñero aseguró que procedió a su devolución "al día siguiente de recibir la notificación", ya como exconsejera de la empresa estatal, de que esa duplicidad de remuneraciones no estaba permitida. De haber conocido la incompatibilidad, “no habría aceptado” el cargo, insistió. La dirigente socialista desvincula estos hechos de su decisión de dar a un paso al lado, que obedece al deseo de pasar más tiempo con su familia, instalada en Valencia, y fuera del trasiego de viajes constantes a Bruselas. No obstante, esperará a los seis meses de cuarentena profesional que marca la norma de los eurodiputados para retomar otro tipo de actividades profesionales. "No voy a jubilarme", dijo.

Rodríguez-Piñero ocupó el quinto puesto de la eurolista del PSOE en 2019. Los socialistas valencianos aspiran a situar a una nueva persona ligada a la federación en posición de salida. Se barajan nombres como el de Joan Calabuig, exsecretario autonómico para la UE con Ximo Puig. La Cadena Ser informaba este martes sobre la posible inclusión de la exvicealcaldesa de Valencia y actual portavoz municipal, Sandra Gómez. Esta opción abriría la sucesión en el partido en la ciudad, tanto orgánica como de candidatura a las próximas municipales. Pero la pelea por la candidatura es estrecha. Actualmente, hay otro eurodiputado valenciano bien valorado en la delegación española de Socialistas y Demócratas, Domènec Ruiz Devesa, que aspira a repetir, aunque hace cinco años ocupaba puesto de sufridor, el número 20. El europarlamentario ha formado parte de la Comisión Constitucional y ha tenido un rol protagonista en la reforma electoral de la UE, aunque habrá que esperar a la convocatoria de 2029 para que entre en vigor. Los cambios estructurales son lentos en Bruselas.

Foto: La eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero.

Ruiz Devesa no entró por la cuota PSPV, sino que está considerado una persona cercana al que fue cabeza de lista, Josep Borrell, ahora alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Seguridad. El PSOE y su líder, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, todavía no han hecho gestos sobre la posibilidad de que Borrell repita como número uno, aunque aparece como el cartel más potente por tratarse del español con mayor relevancia en la estructura institucional de la UE. La posibilidad de que los socialistas rescaten la figura del expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como se ha especulado en algunos ámbitos, parece descartada por él mismo. Al menos eso dio a entender el pasado domingo en la entrevista grabada en el programa de La Sexta con Jordi Évole, al señalar que su época de concurrir en listas electorales formaba parte del pasado. Aun con todo, no sería extraño que Sánchez se saque de la chistera algún revulsivo para intentar remontar en las encuestas.

En las filas socialistas se da por segura la continuidad, si no es que el líder del PSOE tiene planes distintos para ellos, de Iratxe García, presidenta de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, y de Javier Moreno, presidente de la Delegación Socialista Española, ambos muy cercanos al presidente del Gobierno. El que fue secretario de Organización del PSOE entre 2014 y 2016, César Luena, tampoco cuenta con boleto de salida aparente y tiene opciones de repetir una segunda legislatura. Por la cuota del PSC, Javier López y Laura Ballarín, exjefa de gabinete de Iratxe, están en situación similar a la de Luena. Del mismo modo, el asturiano Jonás Fernández, eurodiputado desde 2014, ha desempeñado un papel relevante como portavoz del S&D en la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios.

Aunque todo son ahora especulaciones en el PSOE, más complicado para conservar el escaño lo tienen aquellos eurodiputados que ya ocuparon lugares sufridores en 2019, como la aragonesa Isabel García Muñoz, cercana a Javier Lambán, ahora a la espera de posible sucesión en el PSOE de Aragón, o el murciano Marcos Ros, que entró al correr la lista como consecuencia del Brexit.

Por su peso político, La continuidad de nombres como el de la andaluza Clara Aguilera o el exministro de Justicia canario Juan Fernando López Aguilar parece estar más ligada a su propia voluntad que a las componendas y equilibrios orgánicos del PSOE. Aguilera, exconsejera de Agricultura de la Junta de Andalucía, es una parlamentaria curtida, con muchos vínculos con las organizaciones agrarias españolas, cuyos intereses ha representado en no pocas batallas en Bruselas, en ocasiones con Inmaculada Rodríguez-Piñero de aliada. Su salida, en el contexto precisamente de malestar en el campo con patronales del sector primario responsabilizando a la burocracia comunitaria de muchos de sus problemas, sería una mala noticia para los socialistas.

La crisis política que sufre el PSOE a propósito de caso Koldo y las afecciones sobre el que fue ministro de Transporte, José Luis Ábalos, tienen efectos paradójicos sobre la próxima candidatura socialista a las elecciones europeas del 9 de junio de este 2024. Los sondeos han comenzado a detectar un desgaste en las perspectivas electorales del partido que lidera el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuyo alcance está todavía por determinar. Pero a la vez, el presunto caso de corrupción ha sacado de la quiniela y la competición de la lista al propio exsecretario federal de Organización, que aspiraba a ocupar un puesto de salida como culminación a su carrera política durante los próximos cinco años, y a la eurodiputada Estrella Durá, colocada por Ábalos en la lista en 2019. En el partido se da por hecho que no repetirá por segunda vez.

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