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El Twanguero, el guitarrista valenciano más internacional que alcanzó los Grammy
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El Twanguero, el guitarrista valenciano más internacional que alcanzó los Grammy

Diego García aprendió a tocar la guitarra a los 6 años con un discípulo de Andrés Segovia. Militó en combos valencianos de 'rockabily' hasta alcanzar el Grammy en 2013

Foto: El Twanguero.  (Piero F. Giunti)
El Twanguero. (Piero F. Giunti)

Entre el día en que dos curtidos rockers enrolaron a un Diego García (Valencia, 1976), aún menor de edad, para girar por los garitos rockabily de Alemania, y la noche en que El Twanguero ganó un Grammy pasaron veinte años y un trayecto profesional que convirtió a este músico en el guitarrista valenciano más internacional del siglo XXI.

Aún aturdido por el jet lag tras aterrizar en Madrid desde Nueva York, donde actuó la semana pasada, Diego García prepara las cuatro citas de su gira nacional. Durante los últimos años, el valenciano regresaba a casa por Navidad y aprovechaba las fiestas para congregar al público local, plagado de viejas amistades, en alguno de los templos del rock de la ciudad. "Esta vez he preferido empezar en 2024 porque el nuevo disco Panamérica aparecerá en primavera y así lo puedo ir adelantando para preparar la temporada fuerte de verano".

El álbum lleva el nombre del barco en el que residió durante su estancia en la playa de Venice. Llegó a Los Ángeles en 2016 tras ganar un Grammy, lo que le permitió conseguir la tarjeta de residencia estadounidense. "El disco es una mezcla de todo lo que ocurre en Los Ángeles, una representación de todos los estilos musicales del mundo, aquí se fusionan las raíces latinas y la guitarra eléctrica relacionada con el surf, el rock y el rockabily", comenta El Twanguero, "esa es la esencia de esta ciudad que he querido captar. Una encrucijada donde conviven el bolero, la cumbia, la ranchera, el country y el rock 'n' roll de todos los estilos".

Foto: Jonny Greenwood al frente y Thom Yorke a la derecha, The Smile, los otros Radiohead. (Cedida)
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Esta megaurbe californiana, de más de 18 millones de habitantes en su área metropolitana, reina como capital mundial del entretenimiento y de la cultura de masas desde hace un siglo, cuando emperadores y presidentes europeos sacrificaron París, Berlín, Londres y Viena en nombre del nacionalismo de trinchera. "Desde el primer día vi oportunidades y el alcance en cuestión de comunicación es relevante, pero la labor es dura. Quise establecerme en Estados Unidos porque la guitarra eléctrica se inventó en California y quería ver eso, lo sentí como una obligación profesional. He tenido poco miedo a viajar. Aunque existe talento musical en todas partes, Estados Unidos tiene la industria musical y de entretenimiento más poderosa, y tener la oficina de management y la discográfica en Los Ángeles es importante. Ahora hay que mantenerlo, que no es fácil", incide García.

placeholder Twanguero y El Cigala. (Cedida)
Twanguero y El Cigala. (Cedida)

En 1993, con diecisiete años, y tras fundar Los Be-Boppers en Benimaclet y ganar el concurso de guitarristas del Black Note Club, Diego se embarcó en una gira internacional por Francia, Alemania y Suiza con el gran grupo de rockabily valenciano de la época, Rock 'n' Bordes. "Salí de España con un permiso paterno. Paulino, líder del grupo, siempre venía a verme tocar a los garitos cuando yo era un crío. Mi familia conocía personalmente a los Rock 'n' Bordes, eran amigos, pero mi madre insistía en saber dónde íbamos a estar y, claro, en aquellos tiempos recuerdo llamarla desde una cabina en Suiza a las tres semanas de haber salido de Valencia", rememora Twanguero, "fue una gran experiencia, viajamos desde Valencia hasta París, del tirón, para tocar en un festival de Harley Davidson, y allí estaban Crazy Cavan & The Rhythm Rockers y todas las figuras del género. Los bares de rock 'n' roll de Alemania eran sitios duros, pero mis padres confiaron en mí y hasta aquí he llegado".

Foto: Black Note Jam Session. (Cedida)

Aquella fue la primera de las muchas giras que Diego El Twanguero transitaría desde entonces. En 1996, con veinte años, la capital del Turia le quedó pequeña y marchó a Madrid donde conoció a Jaime Urrutia, de Gabinete Caligari. Desde aquel momento se incorporó como guitarrista de algunos de los nombres imprescindibles de la música estatal, como Santiago Auserón, Manolo Tena o Andrés Calamaro. "Llegué a las salas de Madrid en la segunda mitad de los noventa y entré en aquella escuela de los grandes del rock que tenían veinte años más que yo. Fueron muchas giras hasta que Calamaro me presentó a Diego El Cigala, que me abrió otra puerta alejada del rock", explica García, "me considero ante todo guitarrista, comencé en el Conservatorio de Valencia con José Lázaro Villena, un discípulo del maestro Andrés Segovia en la Sevilla de los años 40: la escuela clásica de la guitarra española".

placeholder Twanguero con Rockin Pauly. (Cedida)
Twanguero con Rockin Pauly. (Cedida)

En 2013, el disco Romance de la Luna Tucumana, grabado junto a Diego El Cigala, obtuvo el premio Grammy al Mejor Álbum de Tango. El cantaor y el guitarrista no acudieron a la ceremonia, los conciertos del tour mejicano eran ineludibles. "Me enteré a la mañana siguiente. Ganar el premio me permitió obtener el visado para trabajar en Estados Unidos, esa fue la principal consecuencia. No es algo que me preocupe demasiado, es ese tipo de cosas que sí menciona mi mánager y quienes trabajan mi comunicación. Si te digo la verdad, no sé ni dónde está la estatuilla", concluye El Twanguero.

Entre el día en que dos curtidos rockers enrolaron a un Diego García (Valencia, 1976), aún menor de edad, para girar por los garitos rockabily de Alemania, y la noche en que El Twanguero ganó un Grammy pasaron veinte años y un trayecto profesional que convirtió a este músico en el guitarrista valenciano más internacional del siglo XXI.

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