La pequeña Habana que surgió en Valencia: el gran disco del año es una anomalía de baile

El 19 de noviembre de 1837 España inauguraba su ferrocarril con la línea La Habana-Güines. Era la primera vez en la historia en que una colonia poseía un tren antes que su metrópoli. La vía Barcelona-Mataró no llegaría hasta 1848. Cuba era la colonia más rica del mundo por la producción de azúcar. Los cubanos habían puesto el capital, los europeos el mercado y la mano de obra llegó desde África en forma de esclavitud.

En el siglo XVIII, los británicos dominaban el comercio de esclavos, de modo que entre 1789 y 1809 solo el 12% de los barcos negreros llegados a las colonias de la Monarquía Hispánica eran españoles. Cuando Gran Bretaña declaró ilegal el tráfico de esclavos en 1807, los comerciantes españoles monopolizaron las rutas de barcos negreros hacia Cuba y Puerto Rico, llegando al 92% del total, entre 1810 y 1820.

En el periodo de 1820 a 1866, cuando el tráfico de esclavos ya era ilegal en España, desembarcaron en Cuba 540.000 africanos secuestrados por barcos nacionales. La población esclava de la isla pasó de los 50.000 en 1774, a los 400.000 en 1840, momento en el que la población afrodescendiente se convirtió en mayoría sobre los blancos.

En esta sociedad esclavista aparecieron nuevos ritmos. El mestizaje entre la música popular europea y las de raíz africana alumbró sonidos como el mambo, el danzó, el guagancó, el cha cha chá, la guaracha y el son montuno. Y durante los años 50 y 60 del siglo XX, los emigrantes cubanos y portorriqueños definieron la salsa contemporánea en Nueva York. Sin embargo, en 2023, la conexión entre el Caribe y Valencia parece haber alcanzado un punto álgido histórico tras el lanzamiento de Tierra y Libertad, una obra valenciana de la Plena 79 Salsa Orchestra, nominada al Grammy.

Nunca antes una banda europea había sido seleccionada por los Grammy en la categoría de Mejor Álbum de Salsa. El pasado 16 de noviembre, los músicos valencianos Carlos Martín y Carlos Llidó, y el vocalista venezolano Leo Yánez, acudían a la ceremonia de los Latin Grammy, celebrada en Sevilla, con la satisfacción de saberse creadores de uno de los cinco mejores álbumes de salsa facturados en el mundo en 2023. “Para nosotros, estar ahí con nuestro primer disco ya era un premio. La noche fue emocionante, compartimos tiempo con colegas de profesión a los que admiramos, nos felicitaron por el disco, saludamos a Chucho Valdés, Glenda del Monte, Paquito de Rivera, Arturo Sandoval, Pavel Núñez, Niña Pastori, Pablo Alborán o Alejandro Sanz, con quien trabajo desde 2001 acompañándole en siete giras internacionales. Disfrutamos la gala y volvimos a Valencia con la misma sonrisa que si hubiéramos logrado el Grammy”, comenta Carlos Martín, responsable de la dirección musical y artística de Plena 79.

Esta orquesta de salsa, con la sugerente estética de las bandas neoyorquinas de los años setenta y la influencia antillana de Cuba y Puerto Rico, nació en 2016 tras el regreso a Valencia de Carlos Martín. “Me reuní con mi socio Carlos Llidó y fuimos dándole forma a la banda. Llamamos a Leo Yánez, nuestro cantante principal, Abel Sanabria, Raúl García... Comenzamos a tocar de manera esporádica y a grabar singles. Durante la pandemia, empezamos a dar forma a la grabación de un disco y a un repertorio original, y al salir de la clausura sanitaria empezamos a tocar con asiduidad, principalmente en la sala Matisse de Valencia”, recuerda el compositor.

La semilla de Tierra y libertad surgió en 2020. Cuando este multinstrumentista, colaborador de Alicia Keys, Andrea Bocelli, Bebo Valdés o David Foster, entre otros, encontró el tiempo necesario para sentarse y componer. “Llevaba un ritmo muy frenético de trabajo, viajando mucho por las giras, hasta que llegó la pandemia y todo se cortó en seco. Empecé a escribir música, arreglar composiciones de otros miembros de la banda, hacer algún cover, y a fuego lento, fuimos dándole forma y más tarde nos metimos a grabar”, incide Martín. La obra es carne de pista de baile, pero también es un grito reivindicativo, con unas letras comprometidas con la realidad social del momento. “Quizás no es habitual encontrar en este género este tipo de reivindicaciones, pero siempre ha habido un referente, un escritor de letras con un gran contenido social y político, y que revolucionó el género: el maestro Rubén Blades”.

Es probable que la salsa no sea un estilo habitual en los circuitos de música en directo de Valencia, pero desde hace décadas las salas de baile valencianas específicas para los ritmos latinos han aumentado en número y en público. “Quizás no sea un género mayoritario, pero siempre ha habido formaciones en Valencia que han hecho crecer el género y han ido creando un público. Josito Genís, Sonora Latina, el fallecido y gran músico Jose Castillo con Castillo y su Salsa, Ar-Latin o Son del Barrio. Valencia siempre ha tenido mucho público bailador, gente que le apasiona bailar salsa y que hacen que Valencia tenga su guaguancó”, concluye el arreglista.