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Trabajar en el tren: el 'handicap' profesional de andar entre Valencia y Barcelona
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Trabajar en el tren: el 'handicap' profesional de andar entre Valencia y Barcelona

Las opciones de ir a Madrid en tren desde Valencia triplican a la conexión entre las capitales mediterránea. Más de una hora para cubrir una misma distancia que ha acabado por convertirse en una desventaja laboral

Foto: Estación de Valencia Joaquín Sorolla. (EFE/Ana Escobar)
Estación de Valencia Joaquín Sorolla. (EFE/Ana Escobar)

Han corrido ríos de tinta sobre las posibilidades de sacrificar trayectos aéreos siempre que las distancias ferroviarias lo hagan posible. Sin embargo, opacado, como si no sucediera cada día por debajo de nuestros pies, la segunda y la tercera ciudad de España siguen conectadas de manera precaria por tren. Todo un hándicap profesional para quienes comparten su vida y su trabajo a pachas entre Valencia y Barcelona (o viceversa).

Un ejercicio básico dibuja el mapa de la disonancia. Si cualquiera quiere presentarse este próximo lunes en Barcelona, desde Valencia, antes de las 10 de la mañana, concluirá que es imposible. No hay ningún tren matinal que conecte las dos capitales mediterráneas para llegar desayunados. Solo un Intercity (que sale de Valencia a las 6.50 horas) permitiría estar a las 10.10 horas en Sants. ¿Qué sucede si se tiene el mismo propósito respecto a Madrid, prácticamente a la misma distancia? Entonces se dispondrá de hasta cinco opciones (3 AVE, 1 Ouigo, 1 Iryo) para plantarse en Chamartín antes de las 10 horas.

Foto: Pedro Sánchez y Begoña Gómez bajan de un avión en una visita oficial a Cuba. (EFE)

Es una anomalía si se compara con países de referencia como Francia o Inglaterra. Entre la segunda y tercera área metropolitanas de Francia, de Marsella a Lyon -con una distancia similar en kilómetros- hasta cinco trenes permitirán estar en Lyon antes de las 10 horas de este lunes, saliendo la misma mañana. En el caso inglés, de Manchester a Birmingham, son hasta ocho opciones.

Si se amplía el rango a lo largo de todo el día, las posibilidades de viajar a Madrid en tren desde Valencia casi se triplican respecto a Barcelona. El trayecto Valencia-Barcelona depara 10 posibilidades para este lunes (incluye un Regional Express, de más de seis horas), con solo 5 euromeds. En cambio, el Valencia-Madrid ofrenda hasta 27 opciones.

Foto: Avión Airbus A330-200 de Iberia. (EFE/Lenin Nolly)

Los cuadernillos escolares de matemáticas y sus formulaciones respecto al tren que sale de punto A y el tren que sale de punto B se encontrarían que, para una distancia casi idéntica, el Valencia-Barcelona más rápido requiere 188 minutos (ese tren sale a las 11.25 horas, no parece el horario más idóneo para una jornada de trabajo) mientras que el Valencia-Madrid se cubre en 109 minutos (desde que su destino es Chamartín; cuando llegaba a Atocha había que descontarle cerca de 20 minutos).

Podría concluirse que el servicio más amplio en el Valencia-Madrid supondría un mayor coste que el precario Valencia-Barcelona. Pero es justo al revés: para este próximo lunes el precio medio de los billetes a Barcelona es de 44 euros, mientras que el trayecto a Madrid es de 33.

El arquitecto en jefe de Barcelona hasta 2015, el valenciano Vicente Guallart, estallaba hace unos días ante el debate sobre la reducción de vuelos -a partir del pacto PSOE-Sumar- recordando el caso entre las dos ciudades: "Hay AVE en toda España menos entre Barcelona y Valencia, que es uno de los más transitados (…) El trayecto del Euromed es ahora más lento que hace 20 años. Todo el resto es postureo. Las cosas se demuestran con inversiones y no con eslóganes", escribía en X.

Foto: Un pasajero espera sentado a su tren en la estación de Sants, en Barcelona. (Efe)

Para la presentadora Carolina Ferre, de Valencia a Barcelona, la opción idónea ha acabado siendo la conexión por carretera: "Tenemos una A7 masificada de camiones y coches, ahora que no hay peaje, y es eterno, pero lo prefiero. Tardas menos tiempo de puerta a puerta que en tren y sale mucho más barato si viajas en compañía. Ojalá poder conectarme con las ciudades en las que trabajo y vivo de la misma manera que lo hago con Madrid…".

El ensayista y divulgador Andreu Escrivà lo reconoce como "una de las limitaciones más importantes a nivel profesional. En los últimos dos meses he tenido que rechazar más de diez invitaciones en Barcelona porque, sencillamente, no puedo llegar. Si tengo un acto en Barcelona a las seis de la tarde no puedo ir excepto que me tome todo el día. Además, después tengo que quedarme en Barcelona a hacer noche porque no hay ningún tren que me permita volver a dormir a Valencia. Por dar una charla de una hora en Barcelona debo hipotecar dos días laborales, con todos los costes que conlleva. Si hago eso en Madrid, puedo ir esa tarde y volver esa noche. Que sistemáticamente requiera dos días para dos horas productivas supone un coste muy alto para todas las partes".

Foto: Sofía Loren, en el NODO. (DMAX)

La periodista Mariola Cubells considera la conexión ferroviaria como el origen "de buena parte de sus conflictos laborales". "Quiero mantener mi residencia en Valencia y poder trabajar en Barcelona cada vez que lo necesite, una realidad normal en muchas otras ciudades europeas, hiperconectadas".

"Es inconcebible -explica Carolina Ferre- que dos ciudades hermanas no tengan una mejor conexión y no se avance tan rápido como debería el Corredor Mediterráneo". El precio del desplazamiento entre las dos ciudades, sigue Andreu Escrivà, "no tiene ninguna correspondencia con el servicio ofertado. Es un muro para mucha gente. La puntualidad es motivo de broma".

Además del propio perjuicio personal, la distancia ensanchada entre las dos ciudades "supone un coste en las sinergias que las dos ciudades podrían tener", cree Mariola Cubells. "Podrían establecer seguro muchas más relaciones". Para Andreu Escrivá, "impide tener una relación más fluida en lo profesional, en lo emotivo, en lo comunicativo…".

"Si queremos que el tren represente una alternativa a los aviones -concluye Escrivà-, también debemos comenzar por la conexión entre Valencia y Barcelona: que sea más rápida, más conveniente, más barata. Y no una estafa".

Mirar a las nubes está bien, pero hay asuntos ferroviarios que ponen difícil llegar a Barcelona sin mover cielo y tierra.

Han corrido ríos de tinta sobre las posibilidades de sacrificar trayectos aéreos siempre que las distancias ferroviarias lo hagan posible. Sin embargo, opacado, como si no sucediera cada día por debajo de nuestros pies, la segunda y la tercera ciudad de España siguen conectadas de manera precaria por tren. Todo un hándicap profesional para quienes comparten su vida y su trabajo a pachas entre Valencia y Barcelona (o viceversa).

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