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Más turistas, pero con menos dinero: primera luz roja en Benidorm por la crisis de UK
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Más turistas, pero con menos dinero: primera luz roja en Benidorm por la crisis de UK

Los visitantes británicos han llenado hoteles como en los mejores años prepandemia, aunque la euforia estival oculta una caída del gasto por persona en paralelo al estancamiento económico desde el Brexit

Foto: Un grupo de turistas británicas, en un pub de Benidorm. (EFE/Pep Morell)
Un grupo de turistas británicas, en un pub de Benidorm. (EFE/Pep Morell)
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La cerveza fluye a raudales por los surtidores del The Red Lion del Rincón de Loix, mientras Erling Haaland enchufa un gol tras otro para el Manchester City en la pantalla gigante instalada en un flanco de la terraza del pub. Benidorm, una parte importante de la playa de los rascacielos, vuelve a ser británica tras los años del covid. Hay nacionales del Reino Unido como nunca instalados en los hoteles, con cifras prepandemia. El último panel de Hosbec, la influyente patronal hotelera de la Comunidad Valenciana, con sede en la capital de la Costa Blanca alicantina, arroja un incremento del 5,4% en la ocupación media del mercado británico en el acumulado del año con respecto a 2022. Roza ya el 30% de toda la demanda de la ciudad, con un incremento global de ingresos del 18,45% entre el cliente con pasaporte UK. God save the King!

Y, sin embargo, pese a las buenas cifras generales, que han llevado al sector turístico valenciano y de gran parte de España a firmar otro verano de récord, una luz roja se ha encendido entre los analistas de la inteligencia turística. Los destinos preferidos del turismo británico, el más importante para España por generación de negocio, han visto cómo el cliente gastaba este año menos de lo habitual. La última encuesta de gasto turístico (Egatur) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja un descenso acumulado hasta julio del desembolso medio (1.116 euros) por turista británico del 1,76%, que coincide además con una reducción de la duración del viaje del 8,6%.

España vuelve a ser favorita para los ingleses, pero su capacidad de compra es inferior, lo que a su vez obliga al sector a ajustar los precios para sostener el volumen. La rentabilidad hotelera (RevPAR) de Benidorm solo ha crecido en 2,3 euros entre 2022 y 2023, pese al incremento de costes que arrastra el sector como consecuencia de la inflación. Si el análisis se hace desde 2019, antes de la pandemia, los ingresos del mercado británico en hoteles han crecido un 11%, motivados por el incremento de 19,2 euros en el precio medio (ADR) de la habitación reservada. Pero la rentabilidad (RevPAR) se ha visto reducida en -0,8 euros por el aumento de los costes de estos últimos años, según los datos que maneja la Conselleria de Innovación e Industria de la Generalitat valenciana.

Se da así la paradoja de que mientras España se ve favorecida por el cambio de flujos en el turismo procedente de otros países desde el Brexit, que están sustituyendo Reino Unido por destinos comunitarios, el turista británico que llega a las playas españolas está más empobrecido. No es raro coincidir con un inglés de clase trabajadora en la cola de Kentucky Fried Chicken del Rincón de Loix en Benidorm rascándose el bolsillo con su brazo pintado de tatuajes para pagar el cubo de piezas de pollo rebozado para la cena.

Esta semana, el corresponsal en Londres de La Vanguardia, Rafael Ramos, advertía en un informe de que la pérdida de calidad de vida en el Reino Unido, especialmente fuera de Londres, estaba comenzando a causar preocupación en el país. "Para el final de la década, está previsto que una familia polaca tenga más ingresos anuales y mejor nivel de vida que una británica. Una eslovena, incluso antes. Si se quita Londres de la ecuación, el PIB per cápita es mayor en Misisipi, el estado norteamericano más pobre, que en Inglaterra", escribía. Hay cada vez más convencimiento de que el Brexit ha sido un mal business.

La luz roja está encendida por el posible impacto sobre el turismo en España, aunque no han sonado las alarmas todavía. El menor gasto por turista se compensa por volumen, aunque es evidente que de continuar así la tendencia, los esfuerzos por elevar precios y salarios en los destinos de sol y playa van a ser cada vez más complicados, especialmente en un mercado tan competitivo como el del Mediterráneo.

Foto: Turistas ingleses siguen desde las pantallas instaladas en Magaluf el partido de octavos de final del Mundial de fútbol de Rusia. (EFE/Llitteres)

De cara al otoño-invierno, cuando los británicos salvan los balances de muchos hoteles, las perspectivas son positivas. "No se registra, al menos por el momento, un cambio de tendencia en este mercado. Es de notar, en especial, que la capacidad aérea para el periodo noviembre 2023-marzo 2024 entre Reino Unido y Alicante se incrementa un 18%, lo que denota las buenas expectativas de las líneas aéreas para este periodo. Dicho esto, también es cierto que las cifras macroeconómicas de Reino Unido tras la pandemia y el Brexit no son las mejores, pero aun así parece que la tendencia en reservas y vuelos se mantiene e incluso crece algo", señalan fuentes oficiales del área de Turismo de la conselleria que dirige Nuria Montes.

Desde la patronal hotelera Hosbec, cuyos asociados mantienen una alianza histórica con los turoperadores que mueven y contratan en origen los paquetes de viajes, señalan que los precios ajustados que demanda el mercado británico complican la opción de repercutir el incremento de costes derivado de la inflación, y esto hace que se resienta la rentabilidad empresarial, pero destacan las elevadas cifras de ocupación y las positivas previsiones para lo que resta de año. La secretaria general de esta patronal, Mayte García Córcoles, apunta, además, que los indicadores de cara a 2024, por el anticipo de reservas, también son buenos. Y señala al subsector de campings o viviendas turísticas, con clientes que se mueven fuera del mercado de los paquetes cerrados, como el que se puede estar resintiendo más del descenso en el gasto por persona.

Miguel Ángel Sotillos, tesorero de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos y presidente de la asociación valenciana Aptur, cree que las compañías áreas están elevando tarifas y los turoperadores están estrechando mucho los precios de los paquetes, lo que reduce la capacidad de gasto en destino, razón por la que defiende el rol de las viviendas turísticas como complemento al negocio hotelero de paquetes cerrados. "A lo mejor, el cliente del hotel gasta 3.000 euros con un todo incluido, incluyendo la comisión del operador. Pero un turista de vivienda turística deja más con una renta disponible de 2.500 euros, porque riega más en comercios y restauración", defiende.

La cerveza fluye a raudales por los surtidores del The Red Lion del Rincón de Loix, mientras Erling Haaland enchufa un gol tras otro para el Manchester City en la pantalla gigante instalada en un flanco de la terraza del pub. Benidorm, una parte importante de la playa de los rascacielos, vuelve a ser británica tras los años del covid. Hay nacionales del Reino Unido como nunca instalados en los hoteles, con cifras prepandemia. El último panel de Hosbec, la influyente patronal hotelera de la Comunidad Valenciana, con sede en la capital de la Costa Blanca alicantina, arroja un incremento del 5,4% en la ocupación media del mercado británico en el acumulado del año con respecto a 2022. Roza ya el 30% de toda la demanda de la ciudad, con un incremento global de ingresos del 18,45% entre el cliente con pasaporte UK. God save the King!

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