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El abogado de Cotino recusa al juez del caso Zaplana por años de enemistad manifiesta
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JUICIO DE LA OPERACIÓN ERIAL

El abogado de Cotino recusa al juez del caso Zaplana por años de enemistad manifiesta

El letrado presenta un escrito con un relato de denuncias cruzadas y una veintena de causas en las que el magistrado se abstuvo de intervenir

Foto: Vicente Cotino (d), con su abogado, Vicente Grima. (EFE)
Vicente Cotino (d), con su abogado, Vicente Grima. (EFE)

El abogado de Vicente Cotino, acusado junto a Eduardo Zaplana en el caso Erial, ha presentado un escrito de recusación contra el magistrado José Manuel Megía Carmona, encargado de la ponencia del juicio, por "enemistad y animadversión manifiestas". La vista tiene que celebrarse el año que viene por delitos de blanqueo de capitales, prevaricación, malversación de caudales públicos, cohecho, organización criminal y falsedad documental. En su escrito, Vicente Grima, abogado del sobrino del ya fallecido Juan Cotino, relata un cuarto de siglo de denuncias cruzadas, abstenciones en causas compartidas y una serie de antecedentes que, según sostiene, permiten sostener "que la imparcialidad subjetiva (ecuanimidad) del magistrado Sr. Megía Carmona sea cuestionable en los casos defendidos por el letrado".

La historia, que fue adelantada por Levante-EMV, tiene su origen en 1996, cuando Grima denunció a Megía Carmona, que ahora tiene 70 años, por cohecho, acusándolo de haber participado en el intento de una tercera persona de cobrarle un soborno por rebajar una pena a uno de sus representados en una causa cuyo tribunal presidía el magistrado. El letrado formuló escrito de acusación contra el juez, al que llegó a reclamar ocho años de prisión. El caso llegó a las puertas del juicio oral, pero finalmente fue archivado de forma provisional en 1999 por insuficiencia de los elementos probatorios.

Desde entonces, juez y letrado se evitaron en los procedimientos desde que, en 2001, Grima logró que Megía Carmona fuese apartado por la sala de recusaciones del TSJ valenciano en otra causa celebrada en la Audiencia Provincial, pese a que el juez consideraba que la imputación de pérdida de imparcialidad solo estaba “en la mente del redactor del escrito de acusación”.

Foto: Eduardo Zaplana. (EFE/Eusebio Calatayud)

Fue en el año 2006 cuando el togado y el abogado volvieron a encontrarse. Megía Carmona intervino como ponente y estimó un recurso de apelación contra un auto de un juzgado de instrucción interpuesto por Grima. El letrado presentó una denuncia ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que fue desestimada al no haber existido un escrito de recusación previo. En su defensa, el juez manifestó que las acusaciones del letrado “están marcando mi vida personal y profesional desde el año 1996”. Y añadió que ha seguido con sus obligaciones profesionales “por más que el dolor, al ver el intento de destrozar mi honor, lo llevase por dentro y lo soportase toda mi familia”.

En 2007, se produjo un nuevo intento de recusación, que fue desestimado, y el abogado optó por renunciar a la defensa de su cliente, que acordó conformarse con la acusación. Sin embargo, en ese momento fue Megía Carmona quien denunció a Grima por sus constantes acusaciones, aunque la Fiscalía archivó las diligencias por entender que los hechos denunciados no eran constitutivos de delito.

A partir de esa denuncia contra Grima, Megía Carmona optó por abstenerse en las causas en las que ambos coincidían. El juez admitía que el largo conflicto con el letrado “puede llegar de un lado a generar pérdida de confianza del justiciable en la ecuanimidad del magistrado y por extensión del tribunal”. En su auto, el magistrado justificaba la abstención “al poder llegar a cuestionarse frente a los terceros intervinientes la imparcialidad de este tribunal”.

Foto: El exministro Eduardo Zaplana, en 2018, pocas semanas antes de su detención. (EFE)

Según el escrito presentado a la sección cuarta de la Audiencia Nacional reclamando la recusación en el juicio del caso Zaplana, desde 2007 han sido una veintena los procedimientos en los que se corrigió la intervención de Megía Carmona, previo escrito de advertencia del abogado. Por esta razón, Grima reclama ahora que el magistrado sea apartado. "En el curso de ese conflicto con el Sr. Grima Lizandra y los posteriores avatares (recusaciones y denuncia ante el CGPJ), el Sr. Megía Carmona ha dirigido al Sr. Grima Lizandra calificativos como los de 'repugnante', 'canalla' y 'despreciable'. Por todo ello, no puede ofrecer duda que existe animadversión grave y manifiesta del Sr. Megía Carmona hacia el Sr. Grima Lizandra. Pensar lo contrario contradiría el sentido común y las máximas de experiencia".

El abogado admite que la enemistad no se da entre el juez y una de las partes, sino con el letrado de una parte, pero afirma que la jurisprudencia acepta con carácter excepcional la abstención/recusación si las circunstancias entre juez y letrado introducen una duda razonable respecto de la imparcialidad del magistrado.

Foto: El extesorero del PSPV José María Cataluña. (EFE/Manuel Bruque)

A la vista de los escritos presentados por Grima, el juez decidió hace una semana abstenerse de la causa como miembro del tribunal. Así lo comunicó a sus compañeros, pero la sección cuarta de la Audiencia Provincial ha rechazado hasta ahora apartar al magistrado. Habrá que ver cuál es la decisión tras la nueva petición.

Esta rocambolesca historia se suma a otro incidente judicial en el caso que tiene que sentar en el banquillo a Zaplana. Se trata de la sentencia del Tribunal Constitucional que concluye que la jueza instructora vulneró el derecho a la defensa de uno de los acusados, el asesor financiero del exministro de Trabajo, Francisco Grau, al negarle el acceso parcial a la causa considerada secreta durante el tiempo en que estuvo en prisión preventiva. Las defensas de los acusados creen que ese fallo, del que ha sido ponente el exministro de Justicia y ahora presidente del Constitucional, Juan Carlos Campo, podría justificar la petición de nulidad de todo el procedimiento cuando comience la vista oral.

El abogado de Vicente Cotino, acusado junto a Eduardo Zaplana en el caso Erial, ha presentado un escrito de recusación contra el magistrado José Manuel Megía Carmona, encargado de la ponencia del juicio, por "enemistad y animadversión manifiestas". La vista tiene que celebrarse el año que viene por delitos de blanqueo de capitales, prevaricación, malversación de caudales públicos, cohecho, organización criminal y falsedad documental. En su escrito, Vicente Grima, abogado del sobrino del ya fallecido Juan Cotino, relata un cuarto de siglo de denuncias cruzadas, abstenciones en causas compartidas y una serie de antecedentes que, según sostiene, permiten sostener "que la imparcialidad subjetiva (ecuanimidad) del magistrado Sr. Megía Carmona sea cuestionable en los casos defendidos por el letrado".

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