Miedo por Mario: medios rusos señalan como "combatiente" al valenciano apresado en Jersón

Un fuerte apagón informativo se ha producido en torno al paradero de Mario García Calatayud, el valenciano apresado por tropas rusas en Jersón. El español fue detenido el pasado 19 de marzo tras participar en una manifestación contra la ocupación de la ciudad ucraniana por los rusos. Desde entonces, y tras algunos contactos iniciales para intentar liberarlo y tratar de obtener información sobre su situación, muy poco se ha vuelto a saber del jubilado que marchó a Ucrania en 2014 y ha colaborado en tareas humanitarias con el ejército de Ucrania, inicialmente en la zona del Donbás.

Con el país en una guerra cronificada, miles de refugiados y desaparecidos y ciudades devastadas por los bombardeos, la historia de Mario García es una más entre las muchas tragedias personales. Sin embargo, algunas personas con las que trabó relación en sus años de guerra de baja intensidad en el Donbás mantienen un cierto hilo de seguimiento. La última noticia que han tenido es que medios rusos han comenzado señalar a García como miliciano, algo que creen muy preocupante porque las autoridades prorrusas de la autoproclamada República Popular de Donetsk están dictando sentencias de muerte contra milicianos extranjeros capturados en las filas ucranianas.

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Esto es lo que ocurrió el pasado mes de abril con los ciudadanos británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner, así como al marroquí Brahim Saadoun. Los tres fueron condenados a la pena capital por "actividades mercenarias", en un proceso judicial calificado de "farsa" por el Ministerio de Exteriores del Reino Unido. Aslin, de 28 años, y Pinner, de 48, se rindieron a las tropas rusas tras haber participado en la defensa de Mariúpol. Saadoun, de 21 años, fue capturado en la ciudad de Volnovaja (Donetsk).

Los tres fueron entregados a las fuerzas de la DPR. Tal como relató El Confidencial, los dos británicos habrían estado sirviendo oficialmente como marines del Ejército ucraniano. Por tanto, como soldados en activo, deberían estar protegidos por la Convención de Ginebra para prisioneros de guerra. En el caso de Aslin, se han compartido en redes sociales incluso imágenes del momento de su juramento al Ejército ucraniano, y su familia ha asegurado que ha servido en los marines ucranianos durante cerca de cuatro años, y "no es, contrariamente a lo que vende la propaganda del Kremlin, un voluntario, mercenario o espía".

La historia de estos tres apresados aparece recogida en una publicación editada desde Rusia llamada 'Foreign Combatans', dedicada a señalar hipotéticos combatientes extranjeros en Ucrania alistados en el flanco ucraniano. "Este es un sitio sobre personas que, sin tener nada que ver con Ucrania, decidieron ir a la guerra. Algunos de ellos lo hacen con las mejores intenciones, siendo engañados por la propaganda ucraniana y occidental, algunos creen que puedes ganar dinero en la guerra, algunos lo hacen por la fama y fotos hermosas en Instagram", se explica en la revista sobre sus contenidos.

Aquí es donde ha aparecido el nombre de Mario García, con su propia ficha, algo que ha alertado a sus conocidos en Ucrania porque temen que las autoridades rusas o sus satélites en las zonas ocupadas usen el apelativo de 'combatiente' para procesar al jubilado español de 74 años, con la misma suerte que los dos británicos o el joven marroquí.

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"Mario nunca fue combatiente. Durante años fue voluntario. Sí que iba ayudando, con lo que podía, al ejército y a batallones voluntarios. Pero eso es todo", asegura contundente Olena, una amiga ucraniana en conversación con El Confidencial. "Su mayor colaboración era con la población civil. Lo de llamarlo mercenario se basan en algunos fotos y por un carné que confirma que Mario es voluntario. Pero es que hace falta un carné así para poder pasar a zonas de guerra "0" (línea del frente) y para hacer algunos trámites", insiste Olena, asegurando que la labor de Mario García ha sido desde el principio de apoyo humanitario y nunca como combatiente.

Esta ucraniana insiste en que, pese a que los rusos han trasladado en alguna ocasión que Mario había sido liberado, nunca han tenido noticia de él. Ni sus amigos en Jersón, donde residía, ni sus familiares en España. De hecho, nadie sabe ni siquiera si está vivo todavía.

A preguntas de El Confidencial, fuentes del Ministerio de Exteriores del Gobierno de España señalaron que la embajada en Kiev (actualmente en Varsovia) y los servicios de emergencia consular "están siguiendo atentamente este caso para esclarecer su situación". No ofrecieron más información. Exteriores anunció en marzo una investigación para averiguar qué había ocurrido con Mario y tratar de propiciar su liberación. Sin embargo, esas gestiones pudieron haber provocado una reacción negativa por parte de las tropas rusas, que dejaron de proporcionar información sobre el jubilado español a los intermediarios que trataban de hacer gestiones con los prisioneros en la ciudad ocupada cuando se iniciaron los contactos diplomáticos.