Así se vive la crisis de Argelia en el ferri Alicante-Orán, la conexión más antigua
Las secuelas del covid perduran, mientras que las heridas diplomáticas no parecen influir en la salida del primer barco desde el estallido de la crisis comercial con el país africano
Llevan días esperando con coches aparcados en las cercanías de la terminal portuaria sur de Alicante. El viernes es el día de salida del ferri entre la ciudad valenciana y Orán, en Argelia, pero la geopolítica, la crisis entre España y el país africano, no tiene espacio en el buque 'Tassili II' en el que, a partir de las 19.00, empiezan a subir los 1.200 pasajeros y los 275 vehículos con billete.
"Va al máximo de su capacidad y sí, están todos los billetes vendidos hasta finales de agosto. Aquí y en Almería", explica rápidamente uno de los operarios de la compañía Romeu, mientras la gente se amontona en su puerta pidiendo un boleto de última hora que no existe.
La temperatura supera los 30 grados sobre el asfalto en uno de los aparcamientos y son muchos, la mayoría hombres, los que ultiman los preparativos. Nadie responde a la cuestión política. Ante el conflicto de ruptura de relaciones comerciales entre España y Argelia, la respuesta es que o no saben o no entienden o no quieren saber.
"Aquí se viven auténticos dramas. Hasta han llegado a venir los antidisturbios. Si preguntas por eso, no te van a contestar, hay otras muchas prioridades. La gente lleva sin poder ir a su país tres años. Han perdido familiares, o ahora que pueden, no hay billetes. Para ellos, es una tragedia", apunta el responsable de uno de los despachos de asesoramiento legal ubicado en plena terminal. Lleva más de 30 años en estas oficinas y detalla que habrá personas que no encuentren billete, pero se quedarán durmiendo una semana, hasta que salga el siguiente ferri.
La ruptura comercial es una cuestión que parece haberse quedado dentro de las numerosas pantallas de plasma de 55 pulgadas que se acumulan en las bacas de los coches. Jose y Nurdin —probablemente no sean sus nombres reales— son socios desde hace años. El primero es alicantino y ronda los 60 años, y el otro es nacido en Orán, pero lleva toda su vida en Alicante y aparenta estar en la cuarentena. Están esperando junto a una valla a un amigo que les va a traer una "mercancía". No se subirán en el ferri, pero aseguran que "el 80% de las personas que viajan lo hacen todas las semanas. Bajan y suben para mercancías. Eso de la tele", apuntan en referencia al conflicto comercial, "¿dónde lo ves aquí?", preguntan señalando hacia los centenares de coches y furgonetas que esperan la cola para embarcar.
Unos viajan para vender, otras para reencontrarse con la familia. Es la otra cara de ese 20%. En la larga fila hasta llegar a la zona franca, Kale permanece en el coche con un amigo. Van a ver a sus familias. "Todo es de segunda mano", dice. Ambos confirman que no hay problemas para cambiar moneda. Desde Alicante, se viaja con euros y algunos lo muestran para demostrarlo. El Renault va repleto de bolsas y, en la parte de arriba, hay bultos pocos sospechosos: un par de bicicletas, algunos muebles pequeños y el resto parece ropa.
En la estación se ven pocas mujeres. Son una excepción, especialmente las jóvenes. Una de ellas, de 18 años, estudia en Alicante y se va ahora a pasar dos semanas de vacaciones. Es su primer viaje en solitario y el primero desde la pandemia. En la terminal le acompaña su madre, su padre, su hermana y su hermano, que interrumpe la conversación cuando se le pregunta por si ha visto las noticias.
Plazas insuficientes
"Es el segundo viaje desde la covid. El año pasado fui una vez", comenta un chico mientras va cargando una furgoneta. "Todo bien. Llevo regalos, muchos, para familia". Trabaja en Alicante, confirma asintiendo con la cabeza y habla poco español. Su vehículo está en la zona más lejana de la estación junto a otro medio centenar. La parte superior lleva una altura de un metro con objetos que van perfectamente envueltos. Muchos utilizan plástico negro, similar al que se emplea en agricultura para aislar los cultivos y evitar que el sol les dé directamente. Es una manera de que no se vea lo que se transporta. Ahora está bajando algunas bolsas, porque la altura puede suponer más dinero de embarque.
Las restricciones derivadas de la pandemia están más presentes que el propio conflicto político. En 1977, la naviera de Tarragona Romeu comenzó su colaboración con la compañía nacional argelina de ferris ENTMV (Algerie Ferris) en el puerto de Alicante, y desde entonces ha sido su agente de manera ininterrumpida.
En 2019, la línea registró 140.000 pasajeros y 41.000 vehículos. En 2020, cero y unas pérdidas que rondaron los 180 millones. El 22 de octubre de 2021, la compañía reanudó la conexión marítima entre los dos puertos tras 19 meses. Desde entonces, solo hay una conexión semanal y ya, en mayo, cuando las relaciones diplomáticas se agrietaban, decidió mantener esa frecuencia y no aumentar a las 3 tradicionales del verano.
Esta decisión ha provocado un aumento de precios, pero sobre todo desesperación. Nurdin desliza una opinión. "La mayoría ya han comprado los billetes para todas las semanas, por eso no quedan". Los argelinos representan prácticamente el 100% del pasaje, según los datos que facilitan desde la naviera.
Más que una conexión marítima
En Alicante, hay 17.420 personas de nacionalidad argelina censadas, uno de cada cuatro residentes en España vive en la provincia. Los vínculos entre ambas ciudades se remontan hasta el siglo XV, a través de episodios históricos, como la salida del Stanbrook del puerto de Alicante en 1939. El buque, un mercante británico, realizó la última evacuación de refugiados republicanos cuatro días antes de que concluyera la Guerra Civil. No obstante, la conexión marítima entre la ciudad valenciana y Orán es anterior a esa travesía.
Esta misma semana, las Fuerzas de Seguridad del Estado y Cruz Roja, entre otras entidades, se reunieron para preparar el dispositivo de la Operación Paso del Estrecho. Oficialmente, empieza el 16, es decir, que el siguiente buque que salga desde aguas alicantinas ya contará con puestos para atención sanitaria y una pequeña ludoteca para los niños.
Desde la ONG, se ha preparado un "plan de contingencia flexible ante imprevistos, es decir, ampliación de rotaciones, incidentes y demás cuestiones que se plantean", señalan fuentes de la entidad debido al clima de incertidumbre. Precisamente, este mismo viernes, mientras todo parecía presagiar un futuro oscuro, la Embajada de Argelia ante la UE respondía a las advertencias de Comisión Europea con un escrito con tono apaciguador. El país aseguró que no está en peligro el suministro de gas a España y apuntó también que tampoco se han roto las relaciones comerciales entre los dos países, en contra de lo anunciado por la prensa argelina.
Llevan días esperando con coches aparcados en las cercanías de la terminal portuaria sur de Alicante. El viernes es el día de salida del ferri entre la ciudad valenciana y Orán, en Argelia, pero la geopolítica, la crisis entre España y el país africano, no tiene espacio en el buque 'Tassili II' en el que, a partir de las 19.00, empiezan a subir los 1.200 pasajeros y los 275 vehículos con billete.