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La estrategia contra el covid abre otra brecha en el Gobierno valenciano de Puig y Oltra
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¿CIERRE TOTAL O QUIRÚRGICO?

La estrategia contra el covid abre otra brecha en el Gobierno valenciano de Puig y Oltra

Oltra y 'consellers' de Compromís reclaman un cierre completo de 14 días o en su defecto la clausura de grandes superficies y hostelería

Foto: Ximo Puig, este martes, en su comparecencia para anunciar nuevas medidas. (EFE)
Ximo Puig, este martes, en su comparecencia para anunciar nuevas medidas. (EFE)

La estrategia en la batalla contra la pandemia del coronavirus ha evidenciado una vez más la existencia de divisiones en el Gobierno valenciano que encabeza Ximo Puig. La reunión de la Mesa Interdepartamental para la Prevención y Actuación frente al Covid-19 celebrada este martes en el Palau de la Generalitat puso de relieve dos sensibilidades a la hora de encarar medidas para frenar la curva de transmisiones: una más moderada, que busca mantener el máximo de actividad económica y comercial posible, defendida por los socialistas, y otra más drástica, que plantea incluso la necesidad de solicitar al Gobierno central la aplicación de un confinamiento casi completo en el conjunto de la Comunidad Valenciana, similar al del primer estado de alarma pero excluyendo del cierre colegios y centros laborales. Esta fue la opción planteada por la vicepresidenta, Mónica Oltra, y los 'consellers' de Compromís, que fue rechazada por el ‘president’ Puig.

La receta de la coalición valencianista fue acogida con frialdad desde el entorno del presidente. Algunos de sus asesores interpretan que tras la posición de Oltra hay un deseo de marcar perfil político y recuerdan que durante la primera ola fue la vicepresidenta la que defendió hasta el final que no se suspendiesen las Fallas, o que el alcalde de Valencia, Joan Ribó, incluso pretendía montar una cabalgata de Reyes. Finalmente, la sustituyó por una recepción en el ayuntamiento con autobús descapotable que provocó una polémica aglomeración de personas a pocos metros del edificio municipal que acudieron a ver la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar y derivó en un cruce de reproches en redes sociales entre dirigentes socialistas y de Compromís.

En la formación valencianista se estima, por contra, que en esta inminente tercera ola, tanto Puig como sus 'consellers' y cargos de confianza están salvaguardando la actividad económica antes que desplegar todas las herramientas posibles para cortar el ritmo de transmisiones, que la propia 'consellera' de Sanidad, Ana Barceló, admitió este martes que estaba descontrolado.

placeholder Mónica Oltra y Ximo Puig. (EFE)
Mónica Oltra y Ximo Puig. (EFE)

Este pulso entre economía y salud tuvo su episodio más claro en un momento de la reunión de la interdepartamental, cuando el 'conseller' de Economía, Rafael Climent (de Compromís), a la vista de la negativa de Puig a solicitar al Gobierno un confinamiento completo, propuso una clausura de la hostelería con un plan de ayudas, un retraso de la campaña de rebajas y cierre de las grandes superficies y centros comerciales los próximos dos fines de semana, al argumentar que es en esas jornadas cuando más gente joven y adolescentes acuden como rutina de ocio. “Aseguras compras entre semana y evitas los días que son más de socialización que de consumo”, argumentó Climent.

Ante una nueva negativa, la propuesta de Compromís derivó a un cierre vespertino de centros comerciales a partir de las cinco de la tarde, como ha decretado el Consell valenciano con bares y restaurantes a partir del próximo 7 de enero. También se rechazó.

Algunos de los asesores más cercanos a Puig, como el 'conseller' de Política Territorial, Arcadi España, la de Justicia, Gabriela Bravo, o el secretario autonómico de Cohesión Territorial, Alfred Boix, advirtieron del impacto y cuestionaron la necesidad inmediata. La 'consellera' Barceló avanzó que esto implicaría despidos de personal. “Despedidos, pero vivos”, llegó a replicar Oltra en uno de los momentos más tensos del encuentro interdepartamental.

Foto: Un médico, con una vacuna de Pzifer. (Reuters)

Ximo Puig y Barceló comparecieron 'a posteriori' ante los medios de comunicación con un anuncio de decreto de nuevas medidas más rebajado, aunque con un refuerzo de las restricciones sociales hasta el 31 de enero. El barón socialista anunció una aceleración de las vacunaciones en residencias y en personal sanitario, el avance del cierre de la hostelería a las cinco de la tarde a partir del 7 de enero, el anticipo del toque de queda a las 10 de la noche, una reducción de aforos en bares, restaurantes y comercios y un cierre perimetral y comercial completo en los 29 municipios con mayor incidencia acumulada de la Comunidad Valenciana.

"El camino de la Generalitat ha sido guiado por una evaluación continúa de la pandemia y un análisis riguroso de los datos, sin reacciones impulsivas, sin excesos nocivos para el bienestar colectivo y sin dejar de hacer aquello que había que hacer, fuera popular o impopular", se defendió.

Unas horas después, Sanidad arrojaba datos diarios aterradores: 3.939 nuevos contagios en un solo día y 85 fallecidos, récord total en una única jornada en la Comunidad Valenciana.

Los recortes para limitar la actividad social fueron recibidos mal por el sector hostelero, que está presionando mucho a la Generalitat. La Federación de Hostelería de Valencia (FEVH) y la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana (Conhostur) denunciaron una “criminalización del sector” y protestaron por que el Consell del Botànic haya recortado horarios de apertura sin contemplar “las llamadas de socorro que el sector en bloque de toda la Comunidad Valenciana lleva haciendo desde hace meses ante la falta de ayudas y de respuesta a las múltiples peticiones de diálogo realizadas”.

El segmento nocturno (pubs y discotecas), que tras muchas negociaciones arrancó a Puig el permiso para abrir por las tardes, se revolvió en su contra cuando endureció el toque de queda para evitar que las fiestas de Nochevieja, prohibidas, derivasen en ‘tardeviejas’. A Puig, la condescendencia con el sector del ocio solo le ha traído problemas al final del recorrido.

La estrategia en la batalla contra la pandemia del coronavirus ha evidenciado una vez más la existencia de divisiones en el Gobierno valenciano que encabeza Ximo Puig. La reunión de la Mesa Interdepartamental para la Prevención y Actuación frente al Covid-19 celebrada este martes en el Palau de la Generalitat puso de relieve dos sensibilidades a la hora de encarar medidas para frenar la curva de transmisiones: una más moderada, que busca mantener el máximo de actividad económica y comercial posible, defendida por los socialistas, y otra más drástica, que plantea incluso la necesidad de solicitar al Gobierno central la aplicación de un confinamiento casi completo en el conjunto de la Comunidad Valenciana, similar al del primer estado de alarma pero excluyendo del cierre colegios y centros laborales. Esta fue la opción planteada por la vicepresidenta, Mónica Oltra, y los 'consellers' de Compromís, que fue rechazada por el ‘president’ Puig.

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