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Aznar reivindica al PP y reta a Abascal: "A mí, a la cara, nadie me llama derechita cobarde"
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"Se trata de juntar votos, no repartir armas"

Aznar reivindica al PP y reta a Abascal: "A mí, a la cara, nadie me llama derechita cobarde"

El expresidente apela desde Valencia a la concentración de la derecha en torno a Casado y advierte de que su división hará presidente a Sánchez: "No se trata de repartir armas sino de juntar votos"

Foto: María José Catalá, José María Aznar e Isabel Bonig. (EFE)
María José Catalá, José María Aznar e Isabel Bonig. (EFE)

El expresidente del Gobierno José María Aznar irrumpió este miércoles por la noche en la precampaña electoral para lanzar un mensaje rotundo contra la fragmentación del electorado conservador y el riesgo de que esa división lleve en volandas al líder del PSOE, Pedro Sánchez, de nuevo a la Moncloa. Después de 16 años sin tener protagonismo en Valencia en un acto político de su partido, según recordó él mismo, Aznar reivindicó la historia de su formación y su contribución a la misma para reclamar el voto para sus siglas y replicar a Abascal y sus ataques a los populares: "A mí, a la cara, nadie me habla de una derechita cobarde porque no me aguanta la mirada".

Aznar reaparecía en un acto electoral en un contexto de desconcierto entre las formaciones de la derecha, con los sondeos otorgando al PSOE una victoria clara sin escenario de una mayoría alternativa de PP, Ciudadanos y Vox, una formación que está provocando una sangría en el flanco derecho de los populares. En cierto modo, el espíritu aznarista, canalizado a través del propio Casado y del equipo criado en FAES que participa en el sanedrín del candidato popular, empieza a tener dudas de si sus posiciones han contribuido a alimentar las expectativas del partido de derecha radical. Sin embargo, el expresidente del Gobierno no solo rebajó su discurso tremendista sobre la situación de España sino que advirtió de que las próximas elecciones generales son "existenciales" porque el país se juega "que se nos vayan la Transición y la Constitución".

Aznar: "A mí, a la cara, nadie me llama derechita cobarde"

Por esta razón, ante unas 400 personas en el complejo deportivo de la Petxina, apeló a todos los votantes de centro derecha para que "concentren sus esfuerzos en el PP" y en Pablo Casado. "No se trata de repartir armas, se trata de juntar votos", insistió, en otro claro mensaje a Vox, al que no llegó a citar. "Hago una llamada desde mi autoridad moral, la que se me reconozca, mi historia y experiencia; hago una apelación a la responsabilidad del votante de centro derecha para que vote al Partido Popular y nada más que al Partido Popular. Si se divide se pierde, si se junta se gana", alertó al electorado de derechas, que ahora se reparte entre tres candidaturas.

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La irrupción de Aznar, arropado por las candidatas a la Generalitat y Ayuntamiento de Valencia, Isabel Bonig y María José Catalá, alejado del escenario madrileño y en un territorio en el que Vox puede dar un buen mordisco a los populares, iba claramente dirigido a tratar de recuperar al votante más esencialista, el que ha desertado de las filas de la gaviota. Por eso arrojó un mensaje duro: "Nos jugamos la continuidad histórica de España, por eso son unas elecciones existenciales", insistió para reivindicar un Gobierno fuerte, "con sentido histórico", cuya "primera obligación es enfrentarse, confrontarse, inhabilitar y desarticular el golpe de Estado que todavía no ha parado de darse en España", afirmó en referencia a Cataluña.

Foto: Pablo Casado, con Isabel Bonig, en una visita a las Fallas de Valencia este pasado martes. (EFE)

El escenario elegido, en Valencia, tampoco fue casual. El adelanto electoral forzado por el barón socialista Ximo Puig ha fusionado generales y autonómicas y Bonig afronta el mismo escenario de fragmentación. Las dos campañas también se han convertido en una. Al menos es lo que pretende la candidata popular, que no dudó en referirse al Consell del Botánico compartido por el PSOE y Compromís como "coalición sanchista a la valenciana".

El PP valenciano sigue arrastrando cierto complejo y sensación de culpa tras su salida del poder en 2015 como consecuencia de los casos de corrupción. De ahí que muchos de los discursos de sus dirigentes apelen constantemente a los aspectos positivos de sus 20 años de gestión para recuperar la autoestima como formación política. Aunque no fue muy concreta, Bonig se refirió a esos "éxitos" en materia de inversiones o crecimiento económico para afirmar que el Consell de izquierdas "ha intentado acabar con ese éxito compartido y esta tierra que no tenía luz. Lo han intentado debilitando instituciones y el Estado de derecho", señaló.

Foto: Pablo Casado, con Isabel Bonig, en una visita a las Fallas de Valencia este pasado martes. (EFE)

Aznar se pronunció en los mismos términos. "Tenemos una hoja de servicios y el que la tenga mejor, que la ponga encima de la mesa", dijo en referencia a los años del PP al frente del poder en la Comunidad Valenciana. "Cuando hablamos de inversiones, empleo, Plan Hidrológico, convivencia y de progresos, si alguien tiene mejores hojas de servicios que nosotros, que las ponga, porque no lo hay, de eso tenéis que estar más orgullosos".

También Catalá reivindicó la labor de su partido en el pasado en la ciudad de Valencia, en especial la figura de la fallecida Rita Barberá, a la que sigue poniendo como ejemplo y en valor pese a que la familia de la que fue alcaldesa entre 1991 y 2015 ha pedido al PP, que la suspendió de militancia tras su imputación por el Tribunal Supremo, que no utilice su figura política.

También Catalá reivindicó la labor del PP en Valencia, en especial la figura de la fallecida Rita Barberá, a la que sigue poniendo como ejemplo

En esa apelación a Barberá, Aznar echó este miércoles un capote a la que pretende ser su sucesora en las filas del PP para recordar que fue él quien apostó por ella y señalar a Catalá: "En 1991, querida María José, propuse a Rita como alcaldesa de Valencia y me alegro mucho de haberlo hecho", dijo. Catalá habló de recuperar "la Valencia esplendorosa y grandiosa de Barberá para librarla de las imposiciones y del sectarismo, de quienes no la quieren y no la cuidan".

El expresidente del Gobierno José María Aznar irrumpió este miércoles por la noche en la precampaña electoral para lanzar un mensaje rotundo contra la fragmentación del electorado conservador y el riesgo de que esa división lleve en volandas al líder del PSOE, Pedro Sánchez, de nuevo a la Moncloa. Después de 16 años sin tener protagonismo en Valencia en un acto político de su partido, según recordó él mismo, Aznar reivindicó la historia de su formación y su contribución a la misma para reclamar el voto para sus siglas y replicar a Abascal y sus ataques a los populares: "A mí, a la cara, nadie me habla de una derechita cobarde porque no me aguanta la mirada".

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