El clúster cerámico frena exportaciones y pide a Sánchez ayuda para abaratar energía

El clúster cerámico español, uno de los más innovadores y más internacionalizados del mundo, sufrió en el segundo semestre un frenazo en sus exportaciones como consecuencia de la desaceleración del comercio exterior y la menor demanda derivada del Brexit en el Reino Unido. Las empresas azulejeras, ubicadas mayoritariamente en la provincia de Castellón, vendieron entre enero y noviembre de 2018 cerca de 3.600 millones de euros, lo que supone un crecimiento de apenas el 2% que rebaja el promedio de incrementos del 5% que venían registrando desde 2011, cuando comenzaron a superar la crisis económica tras un proceso de reconversión interna.

Las exportaciones siguen representando las tres cuartas partes del negocio, con 2.170 millones de facturación, pero con un diferencial de apenas el 1% con respecto a 2017 como consecuencia del parón experimentanto en el segundo tramo el año, según el balance realizado este martes por el presidente de la patronal Ascer, Vicente Nomdedeu, en el marco de la certamen internacional Cevisama, que una edición más se celebra en Feria Valencia y que reúne a las empresas y a los principales prescriptores y compradores de todo el mundo. “No hay que perder de vista que trabajamos en un entorno global repleto de incertidumbres. Hay dudas sobre Brexit, problemas económicos en mercados claves e incremento de las barreras y enfriamiento de la economía y actividad económica”, señaló Nomdedeu.

El frenazo, no obstante, se ha distribuido de forma muy desigual. Mercados como el de Estados Unidos o Latinoamérica han registrado crecimientos del 11,8% y 21,8% respectivamente, mientras el europeos se ha mantenido estables, con subidas del 5% pese al descenso del 1,4% de las ventas al Reino Unido. Francia sigue siendo el principal comprador de baldosas españolas (280 millones y un 7,2% más), por delante de Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia o Alemania.

"Queremos un marco regulatorio que garantice la retribución de las plantas de cogeneración y la eficiencia en el final de su vida útil"

Los mayores descensos se sufrieron en Arabia Saudí o Líbano, con una caída general en Oriente Medio del 15,9%. También Asia cayó un 13,9%. El mercado del Magreb dio buenas noticias con 185 millones de euros en ventas, un 13,8% más que en 2017. El sector está a la espera de una reapertura del comercio cerámico con Argelia, país con el que mantiene conflictos arancelarios. "Hay una negociación europea con especialistas en el tema con Argelia. Esperamos poder dar ua buena noticia en breve", informó Nomdedeu.

La patronal, que agrupa al grueso de las compañías del sector cerámico, desde Porcelanosa, a Pamesa o Keraben (no está la andaluza Consentino, líder con más de 900 millones en ventas), explicó que el ejercicio tuvo su compensación en el mercado doméstico, donde las ventas (890 millones) crecieron entre un 7% y un 8%. Se trata de una tendencia directamente ligada a la recuperación del sector inmobiliario y de la construcción, que contribuyó a dinamizar a todos los segmentos auxiliares relacionados.

Nomdedeu destacó el carácter innovador y tecnológico de la industria cerámica y consideró que su aportación con superávit de más de 2.500 millones a la balanza comercial española legitima a Ascer para poner deberes al Gobierno de Pedro Sánchez. La ministra de Industria, Reyes Maroto, inauguró ayer Cevisama y mostró complicidad con los productores. Pero los fabricantes consideran que deben darse pasos de respaldo, que concretó principalmente en acciones que ayuden a rebajar la factura energética (el principal coste del clúster junto con el de personal), la concreción de infraestructuras como el corredor ferroviario del Medierráneo en doble plataforma (“el tercer hilo es insuficiente”, dijo Nomdedeu) y un plan de respaldo a la industria nacional en general con "objetivos claros y ambiciosos" con dotaciones presupuestarias concretas.

La factura eléctrica sigue siendo una preocupación troncal para los fabricantes, grandes consumidores de energía en los procesos de producción. Nomdedeu reclamó al Ejecutivo un política "estable" en materia energética, especialmente para las plantas de cogeneración, en las que las empresas realizaron importantes inversiones aprovechado las primas de renovables, ahora suspendidas. "Queremos un marco regulatorio que garantice la retribución y la eficiencia en el final de su vida útil", dijo el presidente de la patronal.

El sector afronta para 2019 un nuevo incremento de los costes energéticos del 10%. La retirada de la retribución a la cogeneración ha supuesto unos 50 millones de euros anuales extra para el conjunto del sector, según detalla Nomdedeu en declaraciones a El Confidencial. A esto hay que sumar los 10 millones de impacto de los derechos de emisión de gases a la atmósfera. Pese a los esfuerzos en modernización tecnológica y el recurso al gas (en China aún se fabrican azulejos con hornos de carbón), la elaboración del producto sigue requieriendo de elevados consumos calóricos. La industria es muy dependiente de los precios del combustible, pero también sufre los costes fijos de la energía en España. "El 45% de los costes de la energía son fijos, por los peajes y los impuestos. Lo que pedimos es que se tenga en cuenta que somos una industria muy competitiva que genera Impuesto de Sociedades y contribuciones que compensan con creces una ayuda en la factura eléctrica", señalan desde Ascer.

50 millones al año por la retirada de primas

Desde la patronal explican que las plantas de cogeneración suponen un ahorro de costes para la industria y a la vez una herramienta de eficiencia energética, ya que se aprovecha el calor de la quema de gas natural para generar energía que se consume en la propia fábrica. "Estas plantas tienen una retribución establecida para un periodo concreto (25 años en este caso) que se rebajó con la reforma energética de 2013. Esta reforma eliminaba el reconocimiento por eficiencia energética en la retribución de la cogeneración, ante la existencia de industrias cuyo principal negocio estaba siendo la venta de energía mediante cogeneración. No es el caso de esta industria, donde se aprovecha esa energía para consumo propio y reducir así los costes eléctricos".

Actualmente hay 28 instalaciones de cogeneración en la industria cerámica, con una potencia conjunta de 240 MW. Estas plantas producen alrededor de 1.300 GWh de energía eléctrica al año, de la cual una parte es consumida por los mismos centros de producción mientras que los excedentes son vertidos a la red, "siendo el consumo eléctrico global del sector prácticamente equivalente a la producción de electricidad de las cogeneraciones cerámicas". De estas plantas, 9 de ellas instalaciones (53 MW que suponen un 22% del total) habrán cumplido los 25 años de vida útil regulatoria establecida en su régimen retributivo en los próximos 2-3 años. En el caso de que se eliminara finalmente esta retribución, el impacto en el sector sería de 50 millones de euros, estiman desde Ascer.