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Caos técnico y concursos trampa: la TV valenciana estrena imagen pero no arranca
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presenta imagen corporativa pero no emitirá hasta 2018

Caos técnico y concursos trampa: la TV valenciana estrena imagen pero no arranca

Á Punt, la corporación de medios valencianos, no emitirá en televisión hasta la primavera de 2018, con los colectivos de periodistas en contra por los procesos de selección de personal

Foto: El logotipo de À Punt, la nueva corporación de medios valenciana, diseñado por la agencia de Risto Mejide.
El logotipo de À Punt, la nueva corporación de medios valenciana, diseñado por la agencia de Risto Mejide.

Fue conocida popularmente como la operación Telefunken, por el sobrenombre del técnico al que el Consell de Alberto Fabra envió a activar el interruptor que apagó la señal de Canal 9 el 29 de noviembre de 2013, Paco ‘Telefunken’ Signes. Desde aquella larga noche, han pasado ya casi cuatro años y no hay perspectiva de que la nueva televisión valenciana recupere las emisiones hasta, al menos, la primavera del año que viene, según ha explicado este martes la directora general, Empar Marco. Cuestionada por algunos por su coste económico, reivindicada por otros por su labor comunicativa en un territorio con lengua propia, la promesa con que los partidos del llamado Pacto del Botánico se encaramaron al poder de la Generalitat tras desalojar al PP en la primavera de 2015 sigue sin cumplirse más de dos años después del cambio político.

La vieja Canal 9 apagó señal en noviembre de 2013. La previsión es que antes de final de año comience a emitir la radio y ofrezca contenidos la web

Para entender las causas de ese quiero y no puedo hay que remontarse meses atrás, al movido escenario parlamentario surgido en la Comunidad Valenciana tras los comicios autonómicos. Podemos se arrogó el papel de impulsor de la nueva ley de creación del juguete audiovisual trasladando su debate al Parlamento. Lograr el consenso de la mayor parte de la Cámara (PSOE, Compromís, Podemos y Ciudadanos votaron a favor y el PP se abstuvo) costó vueltas y vueltas de consultas, convocatorias ciudadanas y demoras en su tramitación. El resultado ha sido una ley que peca de exceso de garantismo y que convierte al consejo rector (una suerte de consejo de administración elegido por los grupos políticos) en tutelante de una dirección general con escasa capacidad de maniobra.

Vídeo de presentación de la imagen de À Punt

El director de Explotación e Ingeniería, José Manuel García Duarte, un ingeniero de telecomunicaciones de filiación socialista designado este verano por Marco, ha elaborado un informe sobre el estado de los equipamientos tecnológicos heredados de la vieja Canal 9 con resultados desoladores para quienes tenían prisa por comenzar a usarlos. La mayor parte de equipos están obsoletos o deteriorados, hay cámaras que ni siquiera son capaces de captar imágenes en alta resolución (HD) y hasta las licencias informáticas o de edición de Avid están caducadas. La Corporación Valenciana de Medios de Comunicación (CVMC) ha tenido que licitar recientemente contratos por casi ocho millones de euros para proveerse de medios técnicos. Los procedimientos, por su cuantía, requieren seguir los cauces burocráticos y administrativos que marca la ley, lo que ha añadido nuevos retrasos a los planes de apertura.

La CVMC ha tenido que licitar el grueso de los equipos técnicos e informáticos. Hasta las licencias de aplicaciones estaban caducadas

La consecuencia de este caos técnico es que la versión televisiva de À Punt, como se ha denominado al nuevo ente audiovisual, tardará todavía varios meses en ver la luz. Ximo Puig había pedido a Marco algún tipo de emisión de cara a la festividad del 9 de octubre, Día de la Comunidad Valenciana. No podrá ser. La directora general ha presentado la imagen corporativa de la cadena multimedia, cuyo nombre y diseño han sido desarrollados por la agencia AfterShare.tv, de Risto Mejide y Marc Ros. El logo y la mosca serán una ‘a’ minúscula con el acento grave característico del valenciano-catalán sobre un punto redondo [“una paella, una pelota valenciana, una naranja, un micrófono…”, ha explicado el director creativo, Iker Múgica] jugando con los blancos y negros sobre fondos de colores en función del canal o el medio. La previsión es que, al menos, se ponga en marcha la radio antes de fin de año con programas magacín y música, y lanzar la página web, básicamente con contenidos dirigidos al público infantil. Pero À Punt tiene otro problema añadido, y es que aún no cuenta con apenas personal en plantilla. La CVMC fue la primera en dotarse de empleados, una nómina básica de puestos técnicos y de gestión económica a las órdenes del consejo rector que preside Enrique Soriano, letrado procedente del cuerpo de altos funcionarios de las Cortes Valencianas. La polémica ha ido en aumento cuando ha tocado comenzar la selección del personal de los medios audiovisuales.

placeholder La directora general de la Sociedad Anónima de Medios de Comunicación de la Comunitat Valenciana, Empar Marco,durante la presentanción de la identidad visual de À Punt. (EFE)
La directora general de la Sociedad Anónima de Medios de Comunicación de la Comunitat Valenciana, Empar Marco,durante la presentanción de la identidad visual de À Punt. (EFE)

Pese a que los tribunales han tumbado hasta ahora todos los intentos de la antigua plantilla de recuperar de forma directa sus puestos de trabajo, una parte del consejo rector, incluido su presidente, y la directora general alcanzaron un acuerdo no escrito con los sindicatos (Intersindical, CCOO y UGT) para estirar los privilegios que la ley de creación de la Corporación Valenciana de Medios de Comunicación otorgaba a los extrabajadores en las convocatorias de bolsas de trabajo temporal. El resultado ha sido que haber trabajado para la anterior corporación audiovisual y haber superado un proceso de selección en la misma otorga hasta 19 puntos del máximo de 50 que pueden obtenerse para lograr una plaza no fija en las distintas vacantes. A mayor tiempo trabajado en la vieja radiotelevisión, más posibilidades de encontrar acomodo en la nueva y peores opciones para quienes llegan de fuera.

Los sistemas de baremación de la plantilla están siendo un desastre, con sospechas de manipulación y falta de equidad en los procesos de selección

El sistema de baremación ha generado mucho malestar en la asociaciones profesionales de periodistas. Consideran que el modelo quiebra el principio de igualdad y equidad y bloquea el paso a nuevas generaciones de profesionales que pueden aportar aire fresco al proyecto audiovisual. La Unió de Periodistas Valencians, adscrita a la FAPE, ha anunciado su intención de impugnar las baremaciones, lo que podría demorar la configuración de la plantilla provisional (y las emisiones) hasta que se produzca una decisión judicial.

Estos baremos, que consejeros ligados a Compromís como Rafa Xambó defienden a capa y espada como mecanismo de defensa y reparación de presuntos derechos laborales de los antiguos trabajadores, han propiciado situaciones kafkianas, como que haya obtenido plaza en el área económica Benjamín Íñiguez, uno de los procesados por malversación de fondos en los contratos de Canal 9 con la red Gürtel con motivo de la visita del Papa a Valencia en 2006. En ámbitos del consejo rector se da por hecho que el 90% de la nueva plantilla de À Punt serán personas vinculadas a la televisión que cerró el Partido Popular, al menos hasta que se convoque la provisión de plazas definitiva con oposiciones.

Los mecanismos de selección aprobados por el consejo rector en virtud de la nueva ley también han enrarecido la configuración del equipo directivo de Empar Marco. Solamente ha podido nombrar de forma directa a tres cargos: el director de contenidos y número dos, César Martí; la directora de informativos, Remei Blasco, ligada a Compromís, y el citado García Duarte. Para el resto del equipo, la Sociedad Anónima de Medios de Comunicación (adscrita a la CVMC) ha tenido que desplegar un procedimiento a medio camino entre el concurso de méritos y la designación digital sobre el que han recaído sospechas de manipulación.

Un equipo directivo con calzador

La mayor parte de aspirantes que mejores puntuaciones obtuvieron en la fase de autobaremación han sido descabalgados de la carrera a la hora de valorar su memoria de proyecto. El sistema caminaba hacia resultados de nuevo surrealistas, como que Paula Messeguer, la exsecretaria de Comunicación de Alberto Fabra, el presidente que cerró la tele, haya obtenido la mejor puntuación en la fase preliminar del puesto de jefatura de medios sociales gracias a su currículo y sus años de experiencia como trabajadora de Canal 9 por oposición. En la fase de la memoria no le han asignado los puntos mínimos para mantenerse en el proceso. Lo mismo ha ocurrido con otros aspirantes ajenos al círculo de Marco con máximas puntuaciones en las autobaremaciones.

A falta de la entrevista personal, las personas de confianza de Marco ya se han encaramado a los primeros puestos, entre ellas Esperança Camps, para la subdirección de informativos no diarios; Ernest Sorrentino, como responsables de programación; Joaquín Ferrandis, como subdirector de informativos; Anna Peña, para medios sociales, o Josep Albert Vicent, para el área de proyección social.

La Corporación se vio obligada el pasado sábado a publicar una nota en su web en la que justifica el proceso de selección de puestos directivos ante las acusaciones de amaño y la dirección del ente se ha esforzado en explicar que pese a la apariencia de manipulación, la propia relación de puestos de trabajo ya establecía que se trataba de puestos de libre designación, previa comprobación de méritos y requisitos.

Fue conocida popularmente como la operación Telefunken, por el sobrenombre del técnico al que el Consell de Alberto Fabra envió a activar el interruptor que apagó la señal de Canal 9 el 29 de noviembre de 2013, Paco ‘Telefunken’ Signes. Desde aquella larga noche, han pasado ya casi cuatro años y no hay perspectiva de que la nueva televisión valenciana recupere las emisiones hasta, al menos, la primavera del año que viene, según ha explicado este martes la directora general, Empar Marco. Cuestionada por algunos por su coste económico, reivindicada por otros por su labor comunicativa en un territorio con lengua propia, la promesa con que los partidos del llamado Pacto del Botánico se encaramaron al poder de la Generalitat tras desalojar al PP en la primavera de 2015 sigue sin cumplirse más de dos años después del cambio político.

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