Es noticia
El asalto al voto en el cinturón rojo barcelonés, clave en las elecciones catalanas
  1. España
  2. Cataluña
LA APUESTA DE ERC

El asalto al voto en el cinturón rojo barcelonés, clave en las elecciones catalanas

El independentismo se vuelca en conseguir un buen resultado en las poblaciones cercanas a Barcelona, feudo de PSC y comunes

Foto: Acto de cierre de campaña de ERC. (EFE/Quique García)
Acto de cierre de campaña de ERC. (EFE/Quique García)

El llamado cinturón rojo de Barcelona se ha convertido en la obsesión de la mayoría de los partidos catalanes. El control de esta área geográfica, que aglutina a más de 4 millones de habitantes, lo que representa más de la mitad de la población de Cataluña, es fundamental para la supervivencia política de algunos partidos. Se trata de un área que tradicionalmente ha votado a la izquierda constitucionalista, pero que es la fruta apetecible del independentismo, que en las últimas citas electorales ha podido ir colocando ya a algunos alcaldes en sus municipios. Pero, además de fruta apetecible, es también la asignatura pendiente, puesto que las principales poblaciones se resisten al encanto de la revolución de las sonrisas.

El partido que lleva trabajando el área metropolitana y la segunda corona del cinturón rojo de Barcelona es ERC, que intentará arañar voto independentista del nicho electoral de Junts per Catalunya (JxCat) y voto izquierdista del nicho electoral de los comunes. Hace más de una década, los republicanos financiaron la plataforma Súmate, cuya intención era recoger voto castellanohablante que votase a la formación de Oriol Junqueras. En aquel momento, Junqueras era alcalde de Sant Vicenç dels Horts, población ubicada en la emblemática comarca del Baix Llobregat. Algunos de sus asesores en ese consistorio fueron quienes impulsaron Súmate, cuyos dos principales activos pasaron a trabajar para ERC: su presidente, Eduardo Reyes, un empresario andaluz que estuvo una legislatura como diputado en el Parlament al introducirlo ERC en la candidatura de Junts pel Sí, (JxS) y Gabriel Rufián, el portavoz de Esquerra en el Congreso.

Rufián sabe que sale a la palestra como perdedor, pero la estrategia de ERC no es tanto desbancar a Parlón como ganarle terreno a los comunes

Rufián es hoy la apuesta de ERC para intentar penetrar con mayor profundidad en el feudo de la izquierda constitucionalista de Santa Coloma de Gramenet, donde la actual alcaldesa, Núria Parlón (PSC), tiene 17 de los 23 concejales del consistorio. Los comunes tienen tres concejales y ERC, otros tres. Rufián sabe que sale a la palestra como perdedor, pero la estrategia de ERC no es tanto desbancar a Parlón como ganarle terreno a los comunes: el objetivo es convertir a Esquerra en la única alternativa al PSC tanto en Barcelona como en la populosa área metropolitana.

La opción de ERC

Mientras en Barcelona la estrategia de Ada Colau es proponer a la ciudadanía que escoja entre la derecha de Xavier Trias (JxCat) o la izquierda de los comunes (Barcelona en Comú), el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, así como la secretaria general republicana, Marta Rovira (que participa en los mítines a través de una pantalla, porque se encuentra fugada en Suiza) advirtieron que estas elecciones "o gana el inmovilismo conservador socialista o la transformación republicana". Lo plasmaron en el mitin final de la importante plaza de Tarragona, donde ERC arrebató el cetro municipal al PSC en las últimas elecciones. Pero el aserto es repetido en todos los mítines de la formación republicana. De ese modo, ERC devuelve la pelota a Colau ninguneándola y sitúa la dicotomía en el terreno identitario: o independentismo o constitucionalismo. Este posicionamiento trata de situar a Esquerra como el voto útil tanto independentista como de izquierdas.

Los republicanos juegan sus cartas con una estudiada estrategia, porque saben que una parte del electorado de los comunes podría votar a Esquerra sin traicionar sus principios, no en vano hay un espectro de la izquierda radical que vota comunes que pone por delante sus convicciones independentistas antes que los valores de la izquierda. Es el sector que se agrupa en torno a Jaume Asens, exteniente de alcalde de Ada Colau y actual portavoz de UP en el Congreso. Se trata de un espectro que podría decantarse por votar a la CUP o votar a ERC.

ERC ya desbancó a los posconvergentes en Sant Cugat del Vallès, donde los republicanos han gobernado en esta legislatura

Por otro lado, JxCat tiene también varias alcaldías en el cinturón que son apetecibles para ERC, aunque sean poblaciones pequeñas: Begues, Tiana, Montgat o Sant Climent de Llobregat. Incluso en Torrelles de Llobregat, donde JxCat gobierna desde el año pasado merced a un pacto de gobierno con CAT Torrelles. Cierto es que ERC ya desbancó a los posconvergentes en Sant Cugat del Vallès, donde los republicanos gobernaron esta legislatura gracias a un extraño pacto con socialistas y ‘cuperos’. Esa circunstancia tiene mayor mérito si tenemos en cuenta que Sant Cugat fue la localidad más grande durante mucho tiempo en manos de CiU.

En poder de los comunes, en cambio, están no solo en Barcelona, sino ciudades de peso como El Prat de Llobregat, Montcada i Reixac, Sant Feliu de Llobregat, Pallejà o Castellbisbal, donde aunque gobierna una agrupación independiente, se presentó con En Comú Guanyem, lo mismo que La Palma de Cervelló. Los republicanos, pese a que tuvieron en 2019 un resultado aceptable en el cinturón barcelonés, solo tienen en sus manos las alcaldías de Sant Cugat, Corbera de Llobregat o El Papiol. Saben que es muy difícil arrebatar a los socialistas plazas como Hospitalet, Sant Adrià del Besòs, Esplugues de Llobregat, Molins de Rei, Sant Just Desvenr, Cornellà de Llobregat, Sant Boi, Gavà, Viladecans o Santa Coloma, por poner solo algunos ejemplos. Pero sí ven posible robar votos a los comunes. En eso se basa su estrategia.

Ser el partido más votado el 28-M

Los republicanos, conscientes de esos nichos electorales, han apostado a lo grande en estas elecciones por consolidar su penetración en el cinturón rojo barcelonés y la apuesta pasa por convertirse en la fuerza opositora de referencia a los socialistas en el gran feudo del PSC. La elección de candidatos de peso así lo demuestra: el diputado Gabriel Rufián en Santa Coloma de Gramenet es la punta de lanza, pero hay otros casos. En Igualada, un feudo posconvergente, los republicanos tiran de Alba Vergès, exconsejera de Salud durante la pandemia y actual presidenta en funciones del Parlament. Ahí, su función es intentar desbancar a Marc Castells (Junts per Igualada), que lleva gobernando desde 2011, cuando acabó con 12 años de gobierno socialista.

Rufián ha ninguneado a los comunes durante toda la campaña. La formación de Colau no ha existido en esta población para el candidato republicano. Su discurso se basó en confrontar a PSC y ERC, fiel a la estrategia diseñada por Oriol Junqueras, que fue quien le obligó a presentarse como cabeza de lista en la localidad donde nació, abandonando el confort del mullido sillón del Congreso de los Diputados. De hecho, Esquerra sabe que no va a ganar en Santa Coloma, pero lo que persigue es recortar voto a los comunes, lo mismo que en otros municipios. Se trata de conseguir sufragios en detrimento de sus rivales ideológicos.

Foto: Foto: EFE/Javier Lizón.

En ERC saben que dependiendo de los resultados obtenidos en el cinturón de Barcelona podrán proclamarse el partido más votado en Cataluña en estas municipales, desbancando a JxCat. O a los posconvergentes, que siempre se habían llevado la palma. Para intentar esa proeza, los consejeros de la Generalitat han multiplicado sus apariciones junto a los candidatos de ERC con el fin de apoyarles e incluso para realizar promesas electorales por las que han sido reprendidos por sus rivales políticos. Es lo que le pasó a Carles Campuzano, que para ayudar a Rufián prometió una residencia en Santa Coloma, en una criticada actuación que mereció la reprobación parlamentaria.

En Barcelona, Ernest Maragall se confronta con el socialista Jaume Collboni, a quien los republicanos consideran su principal rival. Responde así el candidato de ERC al ninguneo que Ada Colau practica con él, posicionándose como la exclusiva alternativa a un gobierno municipal de Xavier Trias. Maragall se arroga la herencia no solo del maragallismo (que, ciertamente, Ernest Maragall contribuyó a aplicar, aunque con el marchamo del PSC), sino también de la izquierda comunista del PSUC, hoy integrada masivamente en las filas de los comunes. De hecho, la mano derecha de Maragall, Elisenda Alamany, proviene de las filas de los comunes, puesto que había sido la portavoz parlamentaria de En Comú Podem. El cortejo republicano al voto de los comunes no es algo anecdótico: es el nudo gordiano de una estrategia que tiene como objetivo convertir a ERC en la ganadora absoluta de los comicios del 28-M. En ser, por primera vez, el partido más votado en unas municipales. O, en palabras más llanas, en ser la nueva CiU de Cataluña.

El llamado cinturón rojo de Barcelona se ha convertido en la obsesión de la mayoría de los partidos catalanes. El control de esta área geográfica, que aglutina a más de 4 millones de habitantes, lo que representa más de la mitad de la población de Cataluña, es fundamental para la supervivencia política de algunos partidos. Se trata de un área que tradicionalmente ha votado a la izquierda constitucionalista, pero que es la fruta apetecible del independentismo, que en las últimas citas electorales ha podido ir colocando ya a algunos alcaldes en sus municipios. Pero, además de fruta apetecible, es también la asignatura pendiente, puesto que las principales poblaciones se resisten al encanto de la revolución de las sonrisas.

Elecciones municipales y autonómicas Barcelona Ada Colau
El redactor recomienda