El independentismo menguante de Xavier Trias crece cuando se aleja de Barcelona

Xavier Trias ha diseñado una campaña nada independentista para las municipales. Habla de Barcelona y centra su objetivo en echar a Ada Colau. Las siglas de JxCAT han desaparecido. Pero a medida que las encuestas le han sido favorables, Trias se ha convertido en un banderín de enganche electoral para la formación nacionalista y a sus 76 años está viajando por toda Cataluña para dar apoyo a todo tipo de candidatos. Se produce un curioso efecto doppler, el fenómeno físico por el que la onda del sonido cambia de longitud en función del movimiento del emisor. El independentismo de Trias crece a medida que se aleja de Barcelona.

En los últimos días, Trias ha dado apoyo a Gemma Geis como alcaldable de Girona, al periodista Josep Marià Vallès para gobernar Sant Cugat, a Teresa Pallarès en Reus, al regidor Toni Postius para tomar el bastón de mando de Lleida, a Teresa Rubio en L’Hospitalet de Llobregat, y a la mujer del exconseller de Territorio Josep Rull, Meritxell Lluís, para alcaldesa de Terrassa. Además de viajar a Cardedeu para apoyar a Xavier Orozco.

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Antonio Fernández. Barcelona

Este despliegue físico y geográfico dice mucho de la generosidad de Trias y también de cómo el secretario general de JxCAT, Jordi Turull, está tirando de su figura para remontar en unas municipales que pintan mal para el partido fundado por Carles Puigdemont. En Barcelona, Trias se ha cuidado mucho de que no salpicarse por un independentismo que no le da votos en la capital catalana y que vive horas bajas. Evitó acudir a la protesta contra la cumbre hispano-francesa y tampoco se le vio entre los cargos de Junts que fueron a apoyar a Laura Borràs el primer día de su juicio en el TSJ de Cataluña. Pero el contexto cambia cuando se aleja de la capital.

No es culpa de Trias, que sigue muy centrado en un discurso para Barcelona y en el que no elude los pactos postelectorales, como su pretensión de poder pactar con ERC o con el PSC. Aunque salga fuera no se le saca de ahí. Pero el cambio de contexto y de personas hacen que la cuestión del independentismo vuelva a aparecer, como lo hacen las siglas de JxCAT. En sus viajes, Trias no puede ocultar lo que esconde en Barcelona: la organización que respalda su candidatura y sus objetivos de romper con España.

Es evidente que apoyar a Gemma Geis en Girona implica hacerlo a una persona muy próxima a Puigdemont. "Nos han de guiar el país y las personas", aseguró Geis en su alocución. "Girona es un paradigma de la catalanidad", declaró en el acto del pasado 28 de enero, donde también elogió a Puigdemont como alcalde.

Puigdemont en el pensamiento

Trias viajó a Reus tres días después para respaldar la candidatura de Teresa Pallarès. Tomó la palabra la exregidora Montserrat Vilella que era diputada en aquel Parlament que el 27 de octubre de 2017 declaró la fallida independencia de Cataluña. Vilella recordó a los presos y exiliados. Y Turull, que también tomó la palabra, centró su discurso en que el fallo del TJUE sobre las prejudiciales de Pablo Llarena "da la razón a nuestros argumentos". En su intervención, Trias reconoció la razón de su visita a la ciudad tarraconense: "Estamos haciendo partido". Curioso, porque de ese mismo partido, JxCAT, esconde las siglas cuando está a 100 kilómetros, en la Barcelona que quiere reconquistar.

En Lleida, el pasado 8 de febrero, el acto para apoyar a Postius como alcaldable también tuvo a Xavier Trias como gran estrella. Pero no fue el único. El partido decidió conectar con Puigdemont por videoconferencia. Postius en su discurso solo aludió de manera velada al independentismo: "Todo lo que he aprendido en los últimos años, me ha servido para estar más listo que nunca". "A punt", el lema de Postius para su campaña, es el mismo mantra que los funcionarios de la Generalitat escribían en sus mails en octubre del 2017 para dar una imagen de estar decididos a todo. "A punt" también evoca el mítico "Preparem-nos", de Carles Puigdemont en Perpiñán en 2020.

Viejos tics

Así, la gira por comarcas de Trias puede resultar rentable en términos de municipales de JxCAT, pero está desdibujando la campaña cosmopolita y pragmática diseñada para arrasar en una Barcelona donde Trias está incluso captando voto del PP de los barrios de clase alta de la ciudad, como Pedralbes o Sarrià-Sant Gervasi. En Terrassa, Meritxell Lluís advertía el pasado 21 de febrero: "Algunos critican que tengamos una visión de país, nosotros creemos que hacer ciudad con visión de país es la única forma de trabajar por el bienestar de la ciudadanía. Juntos por Terrassa garantizaremos un ayuntamiento comprometido con la libertad de Cataluña". Al lado de la candidata a alcaldesa y sentado en una silla de tijera, ante unas 300 personas, estaba Xavier Trias como gran invitado.

No siempre es así. Paseando por el mercado de Collblanc en L’Hospitalet de Llobregat no se reprodujeron estos momentos. Pero allí la candidata de JxCAT, Teresa Rubio, fue apercibida por su propio partido por hacer carteles de campaña… en castellano. Y Xavier Trias es ese hombre que siempre se adapta, que cae bien. Aquel que muchos catalanes invitarían a cenar a su casa. Sabe, además, que las encuestas dicen que JxCAT desaparecerá del consistorio de la segunda ciudad de Cataluña. Pero Trias despierta tanta fe que hasta lo reclutan para las causas perdidas.

Y así transcurre la curiosa campaña del candidato Trias. Seny para Barcelona y salpicaduras de rauxa cuando se ha de "hacer territorio", tal y como denominan este tipo de viajes en la jerga interna de Junts. Una interesante tensión entre dos visiones de Cataluña que ya veremos si el candidato puede prolongar durante los tres meses que todavía quedan hasta las elecciones municipales.