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Iceta se ofrece a presidir un Gobierno de concentración de izquierda y centro el 27-S
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PUESTA DE LARGO DE LA CANDIDATURA DEL PSC EN MADRID

Iceta se ofrece a presidir un Gobierno de concentración de izquierda y centro el 27-S

El líder del PSC insiste en que no comparte la política de bloques: "No nos pidan que hagamos frentes, sino que tendamos puentes". Asegura que es una "urgencia" frenar el 27-S "el secesionismo"

Foto: Miquel Iceta, minutos antes del desayuno informativo de este viernes en Madrid, presentado por Ángel Gabilondo. (EFE)
Miquel Iceta, minutos antes del desayuno informativo de este viernes en Madrid, presentado por Ángel Gabilondo. (EFE)

Ya lo avisa: no va a "parar" de intentar colarse en televisión a todas horas y en los medios nacionales, para intentar vender su mensaje del PSC. Porque su partido no es ese "enfermo desahuciado" del que algunos hablan, sí con una "mala salud de hierro". Y él espera a darle un poco de mejor vida. Es Miquel Iceta, el primer secretario y candidato socialista a la Generalitat de Catalunya. Un hombre curtido de sobra en el backstage de la política y que ahora, a sus 55 años, aspira a convertirse en president de un Govern "transversal", casi de concentración, que reúna desde el "federalismo al autonomismo, desde la izquierda hasta el centro". Por tener, ya tiene hasta los nombres pensados de los consellers.

No los avanzó aún, claro. No lo hizo en la puesta de largo de su candidatura en un desayuno informativo en el hotel WestinPalace deMadrid, organizado por Nueva Economía Fórum. Un acto al que, como estaba previsto, acudió la plana mayor del PSOE, encabezada por la presidenta, Micaela Navarro, y los números dos y tres, César Luena y Antonio Pradas, más la inmensa mayoría de la ejecutiva, a excepción de la secretaria de Relaciones Internacionales, Carme Chacón, con asuntos pendientes en Barcelona. Acudieron también hasta tres barones autonómicos con mando en plaza: los jefes de los Ejecutivos manchego, Emiliano García-Page; asturiano, Javier Fernández, y aragonés, Javier Lambán, así como el exlíder del partido Alfredo Pérez Rubalcaba.La ausencia más notable era la del secretario general, Pedro Sánchez, de vuelta de su gira por Latinoamérica, y los expresidentes del Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Para anfitrión del evento, por cierto, Iceta eligió a un hombre "de palabra" y "compromiso" como el exministro Ángel Gabilondo, portavoz en la Asamblea de Madrid.

Entre tanto alto cargo socialista, también sorprendió (y brilló) la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de la capital, Begoña Villacís. Como llamó la atención la repesca del eurodiputado y exministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar en un acto del PSOE, después de meses turbulentos en los que fue dado de baja de militancia de forma cautelar tras ser denunciado por violencia de género. Denuncia que fue archivada por el Supremo y que le permitió ser rehabilitado por Ferraz como militante y devuelto a su grupo en Bruselas. Por eso le felicitaron sus compañeros presentes en la sala.

Salir del "lío"

Iceta presentó su vía, la del PSC,como la única posible entre el "dontancredismo de uno"—léase Mariano Rajoy— y la "astucia oportunista de otro"—Artur Mas—, el único camino para salir de lo que él llama "el lío" de Cataluña. "Un problema que no es catalán, que es un problema español, un problema para España, el principal en estos momentos. Es EL problema de España". Problema, recalcó una y otra vez, que no se resuelve con una política de bloques, de independentistas contra constitucionalistas, como reclaman Ciudadanos y PP,y que llegó a redondear con esta frase: "No nos pidan que hagamos frentes, sino que tendamos puentes". Puente. Como tal se ofrece el PSC. Como carril intermedio entre dos polos, aunque cargó más las culpas en Convergència: "Si la actitud de Rajoy es criticable, aún lo es más la de Artur Mas", que ha llevado a "una escapada oportunista hacia la independencia y la secesión como único salvadidas al que aferrarse para sobrevivir políticamente".

¿Cómo salir "del lío? Con un "cambio en Cataluña que pueda ligarse al cambio que viene en España, que sirva para sustituir a Mas, primero, y luego a Rajoy". La idea queda resumida, de hecho, en el eslogan de campaña del PSC, Una Cataluña mejor en una España diferente. "Cabe en un tuit y sobran caracteres", bromeó, aplicando su habitual humor y sorna, como haría durante todo el desayuno informativo, despertando las risas del auditorio. El candidato señaló que aún se está a tiempo de que cuaje ese mensaje, porque la sociedad catalana, "en su conjunto, no es mayoritariamente independentista" ni "amiga de aventuras secesionistas unilaterales" y porque quiere "propuestas políticas coherentes, factibles y ampliamente compartidas que proporcionen un escenario de tranquilidad y confianza para gestionar la salida de la crisis". Así que el PSC, argumentó, puede responder al desafío, ya que dispone de un proyecto, la reforma constitucional en sentido federal, y de un candidato: él mismo, un político "experimentado y predecible". Experiencia en "capacidad y voluntad de diálogo, de negociación y pacto", justo lo que entiende que falta en Cataluña.

El candidato liderará una campaña “PSC-PSOE más que nunca“. Sánchez no sólo irá a mítines, también aparecerá en los 'spots' en televisión

Pero para que eso sea posible, razonó Iceta, es necesario "parar" el "secesionismo" en las elecciones del 27 de septiembre, "una amenaza sin precedentes". Y esa es una "urgencia". Si eso sucede, si los indepedentistas de Junts pel Sí, la lista que encabeza Raül Romeva y en la que Mas va de número cuatro, no logran la mayoría absoluta, ni siquiera con el bastón de la CUP, entonces habrá que articular una "mayoría capaz de trabajar para el cambio en Cataluña", que según su criterio se podrá hacer "a través del PSC", ya que es "la única fuerza" con capacidad para dialogar con "todos aquellos dispuestos a trabajar por el interés de los ciudadanos de Cataluña, de la izquierda al centro, del federalismo al autonomismo".

"Desde el federalismo hasta el autonomismo"

Iceta se confesó "dispuesto a ser president". Más aún, sólo habría aceptado "el reto" de liderar la lista del PSC en una situación "como esta", si sirve "para salir del lío". Todo ello pese a que las encuestas no auguran buenos resultados, y en todo caso una bajada respecto a los 20 escaños en el Parlament que obuvo en 2012. Él se ofrece a ser jefe del Govern en esas circunstancias, pero no para hacer "frentes", sino para trenzar un "acuerdo transversal" desde "el federalismo al autonomismo, desde la izquierda hasta el centro". Incluyendo incluso a "personas que parecen haberse resignado a que llegue la independencia en la que nunca creyeron, porque se han cansado de luchar por cambiar España y de soportar algunas políticas y actitudes del PP".

El primer secretario no quiso precisar a quiénes prefiere de socios, si a Catalunya Sí que es Pot, si al PP, si a Ciudadanos. Dijo sentirse "cómodo en los pactos con la gente de izquierdas, progresista, demócrata y tolerante". Un perfil que cumplen "muchos". Incluso no se niega a incorporar a aquellos que, aun yendo en la lista de Junts pel Sí, "renuncian al objetivo independentista" y defienden la mejora del autogobierno. No se pone, por tanto, "fronteras ni límites".

Ya tiene hasta un mínimo cuaderno azul, confesó, un "primer borrador de estructura y de nombres" para su eventual Govern, que tendría miembros que no son del PSC. Rehusó adelantarlos. "Algunos creo que lo esperan y otros se lo temen", volvió a bromear. Uno de ellos, de los que estarían en su lista, sería el hasta ahora portavozen el Parlament Maurici Lucena, al que ofrecería una cartera económica. Lucena no repite el 27-S (suena como diputado al Congreso), peroforma parte además del equipo de expertos de Pedro Sánchez. "Sobra talento para hacer un Gobierno", abundó.

El caso es que las encuestas no son muy halagüeñas para el PSC. Iceta no ve el panorama tan negro. Para empezar, lleva "la cabeza alta". Y no está destruido: recordó que fue la segunda fuerza en votos en las municipales del 24-M. Además, liderará una campaña "PSC-PSOE más que nunca". Tanto que, además de llevarlo siete días en campaña, Pedro Sánchez coprotagonizará los spots electorales en televisión. El despliegue abunda en la idea de que la "solución" para Cataluña tiene un interlocutor para España que es el PSOE. También acudirá el expresidente Felipe González, a quien volvió a agradecer su carta a los catalanes publicada el pasado domingo en El País. El primer secretario subrayó que los socialistas han mantenido siempre una "complicidad permanente" con Cataluña, y que a Cataluña y a España les ha ido mejor con su partido al frente. Y, a fin de cuentas, Zapatero y González han sido los políticos "más votados" en la comunidad. Del último expresidente socialista elogió, por cierto, su esfuerzo por "encauzar" el dilema catalán en el marco de una España "unida". Algo que, dijo, no se puede predicar de Rajoy.

La 'alianza' PP-CDC en "las cosas del comer"

El candidato se refirió, cómo no, a la reforma exprés de la Ley del Tribunal Constitucional puesta en marcha por el PP, que "nace muerta", aunque estuviera "guiada por las mejores intenciones", ya que el Gobierno no ha buscado el consenso: ha ofrecido "un trágala". "Destrozo sectario", la llamó Rubalcaba, en declaraciones a los medios. Iceta ironizó sobre la "rara habilidad" del PP para anunciar su propuesta el día en que Mas debía dar explicaciones por el supuesto cobro de comisiones de su partido, momento que aprovechó para atizar a ambos, populares y convergentes, que "se ponen de acuerdo en las cosas del comer", y también "en las del comer electoral".

Sobre los escándalos de corrupción que rodean a Mas, se mostró partidario de "esperar a la sentencia" y de exigir al president que deje sus cargos si se prueba la supuesta financiación irregular de CDC. Lo que le "escama" es que el jefe del Govern no diga que dimitirá si el cerco se le estrecha. ¿Afectará a Junts pel Sí? Él tiene la sensación de que las cosas ya no van tan bien a la candidatura unitaria. Su obsesión será, en todo caso, procurar una alta movilización, animar al votante tradicional que va a las urnas en las generales, para gritar su mensaje. En Barcelona o en Madrid. Donde haga falta.

Nombres propios en el desayuno, muchos. Miembros de la ejecutiva federal –aparte de Luena, Pradas y Navarro– como Patxi López, Adriana Lastra, Manuel de la Rocha Vázquez, Susana Sumelzo, Meritxell Batet, María Luisa Faneca, Ibán García del Blanco yLuisa Carcedo; barones como Sara Hernández (Madrid) e Idoia Mendia (Euskadi); exministros como Elena Salgado, Juan Fernando López Aguilar, José Borrell y Jordi Sevillagurú económico del PSOE–; dirigentes del PSC (Àngel Ros, Assumpta Escarp...),diputados, senadores... Lleno en el Palace como último aliento antes del comienzo de la campaña del 27-S. Justo en una semana.

Ya lo avisa: no va a "parar" de intentar colarse en televisión a todas horas y en los medios nacionales, para intentar vender su mensaje del PSC. Porque su partido no es ese "enfermo desahuciado" del que algunos hablan, sí con una "mala salud de hierro". Y él espera a darle un poco de mejor vida. Es Miquel Iceta, el primer secretario y candidato socialista a la Generalitat de Catalunya. Un hombre curtido de sobra en el backstage de la política y que ahora, a sus 55 años, aspira a convertirse en president de un Govern "transversal", casi de concentración, que reúna desde el "federalismo al autonomismo, desde la izquierda hasta el centro". Por tener, ya tiene hasta los nombres pensados de los consellers.

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