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Puigdemont ante la encrucijada de volver en campaña: "Tiene pánico a entrar en la cárcel"
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ELECCIONES EN CATALUÑA

Puigdemont ante la encrucijada de volver en campaña: "Tiene pánico a entrar en la cárcel"

El expresidente fugado ofreció a Artur Mas, el gran ausente del discurso de Elna, ir de número 3 en su lista y luego encabezar el partido en las elecciones europeas, pero el viejo líder es reacio

Foto: Carles Puigdemont en Elda, Francia. (Reuters/Albert Gea)
Carles Puigdemont en Elda, Francia. (Reuters/Albert Gea)
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Carles Puigdemont solo pisará Cataluña si tiene la seguridad de que no va a ser detenido. En caso contrario, seguirá disfrutando de las mieles de Waterloo y se mantendrá en Bélgica compaginando su escaño del Parlament con la presidencia del Consell de la República, su órgano áulico. "Tiene pánico a entrar en la cárcel y no pisará territorio catalán si no tiene la certeza de que no va a ser encarcelado. No es una cuestión de querer más o menos a la gente, como dijo en su discurso, o de dar más valor a la presidencia de la Generalitat: es un tema personal", apuntan fuentes cercanas al expresident.

Su abogado, Gonzalo Boye, dijo en una entrevista radiofónica la pasada semana que estaba dispuesto a presentarse a la sesión de investidura del president de la Generalitat. Pero no todo es tan claro como lo quiere hacer ver el letrado, ya que se han de tener en cuenta muchas variables.

Fuentes independentistas explican a El Confidencial que la promesa de Puigdemont no es reventar la campaña y que la posibilidad de cruzar la frontera con simpatizantes durante las próximas semanas es un riesgo. "Ha dejado claro que solo volverá si hay posibilidades de que sea investido presidente. Y, aun así, si no hay amnistía, muchos dudamos de que se presente", subrayan. Las mismas voces, por otro lado, añaden: "Si no hay llegada a España y detención, es imposible romper la campaña. El golpe de efecto solo pasa por su detención". El expresident está en una encrucijada de difícil solución.

En las filas soberanistas son pocos los que apuestan por su regreso a Cataluña antes de que entre en vigor la ley de amnistía. En un momento determinado, alguno de los suyos puso como excusa que no quería proyectar la imagen de un presidente catalán entre rejas, porque evocaba la famosa foto de la República con todo el Govern, encabezado por Lluís Companys, preso. "Eso es mentira. No viene por la misma razón por la que se fue: tiene miedo a ser detenido e ingresar en la cárcel. Cuando se fue en 2017 fue simplemente por miedo, aunque su otro gran temor es que pudiera haber algún muerto que cayese sobre su conciencia", asegura un antiguo amigo.

El principal activo de JxCAT

La cruda realidad es que, si aterriza en España, Puigdemont puede ser detenido. Como informó El Confidencial, el entorno del expresident ha alentado la idea de que baraja la vuelta a Cataluña para participar en la fase previa a los comicios catalanes o bien en la posterior, con asistencia al debate de investidura.

Si viene antes de la aprobación de la ley, la detención es segura. Si lo hace con la amnistía ya en vigor, es más dudosa, aunque no puede descartarse por completo pese a la introducción de intentos de salvaguarda en la norma, como la alusión a la obligación de que decaigan las medidas cautelares dictadas con anterioridad. Un escaño en el Parlament le ofrece la opción de discutir la competencia del Supremo y reclamar el envío de todas las diligencias al TSJ de Cataluña.

Foto: Carles Puigdemont en el acto en Francia donde anunció que se volverá a presentar a presidir la Generalitat. (EFE/Enric Fontcuberta)

Pero otras fuentes subrayan que los delitos de los que se le acusa conllevan penas de cárcel de 6 a 12 años y que él ya se escabulló una vez de la justicia española, por lo que puede existir riesgo de fuga. No sería de extrañar, con esos antecedentes, que se dicte una orden de prisión sin fianza.

El anuncio de que encabezaría la lista a las autonómicas catalanas no sorprendió a nadie. De hecho, Puigdemont ya encabezó la papeleta de las autonómicas en las dos anteriores elecciones, las del 21 de diciembre de 2017 y las del 14 de febrero de 2021. Ahora, la cúpula de JxCAT le convenció de que debía encabezar la lista so pena de sufrir un descalabro electoral y quedar por debajo de los 20 escaños, lo que situaría a los posconvergentes en los peores resultados de su historia. "Has de sacrificarte porque eres nuestro mayor activo. Tú puedes dar un vuelco a los pronósticos", le vinieron a decir.

Foto: Carles Puigdemont, en la conferencia en la que ha anunciado que será el candidato de Junts para las elecciones catalanas del 12 de mayo. (Europa Press/Glòria Sánchez)

En Elna, la localidad del sur de Francia donde anunció su candidatura, Puigdemont subrayó que no se presentará a eurodiputado, sino que quiere ser president al frente de una lista unitaria del independentismo. "Le ha dado más énfasis a su candidatura al haber renunciado paralelamente a ser eurodiputado. Es un dato que remarca sus prioridades y su interés por la política catalana hecha en Cataluña. Lo hizo así para subrayar la importancia de su candidatura, tan importante que hasta renuncia a tener un nuevo mandato como eurodiputado", explica a El Confidencial una fuente de Junts.

Sus críticos le echan en cara que pronunció un discurso repetitivo y anticuado. "Es un discurso que firmaría el mismísimo Xavier Trias, que no es precisamente independentista", explica un ex alto cargo de la formación independentista. El líder de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, por cierto, se encontraba entre el público que recibió a Puigdemont en Elna.

La gran ausencia en Elna

Pero ahí se echaba en falta otra figura crucial: Artur Mas. La ausencia del veterano político en el acto de Francia tiene una gran importancia, porque es un reflejo del polvorín interno en que vive JxCAT. Según ha podido conocer El Confidencial, Puigdemont ofreció a Mas ir de número tres en su lista al Parlament. Para ello, consultó el tema con sus poderes fácticos: su patronal preferida, sus empresarios amigos, sus círculos económicos de confianza… Todos le recomendaron trufar su lista con viejos y veteranos barones de Convergència y con políticos de perfil moderado.

Además, Puigdemont ha estrechado lazos en los últimos meses con el presidente de una de las mayores instituciones barcelonesas (que también es íntimo amigo de Jordi Turull, secretario general de Junts), que mantiene hilo directo con Waterloo, que orienta al expresident y que consulta entre los círculos de poder sobre las propuestas del fugado.

Foto: El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. (Europa Press/Glòria Sánchez) Opinión
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El ofrecimiento a Mas, pues, es lógico. Para Puigdemont es la primera plaza y la segunda ha de ser para una mujer. Por tanto, a Mas le toca ir en tercer lugar. Y para quinto lugar, otro moderado. Tras calibrar el abandono de la candidatura europea, también se barajó el nombre de Artur Mas para ser cabeza de lista en Europa, pero hay, al parecer, diferencias insalvables en temas como el programa y los compañeros de lista. "Puigdemont quería hacer renacer la antigua gran Convergència, pero añadiéndole algunos grupos extremistas del independentismo. Esa mezcolanza no gusta a los viejos barones convergentes, que no se fían de los experimentos de Puigdemont con ciertos círculos radicales", explican las fuentes consultadas.

La ausencia de Artur Mas ha de leerse en modo críptico: los viejos convergentes nunca mueren ni se rinden. A Mas algunos círculos con mucho poder le han recomendado estarse quieto, que no se mueva porque no es su momento. Y tampoco el de Puigdemont. El discurso que pronunció en Elna convenció a los suyos, es decir, a los ya convencidos, y a pocos más. "Su discurso se acerca más al de Artur Mas en 2010, en el que habla de mucha economía, de pacto con el Estado, de una unidad que él nunca pudo lograr… Y, además, apeló al chantaje emocional, diciendo que ha padecido mucho, que ha estado exiliado… No hubo ni una sola mención al 1-O, al 3-O ni al 27-O. Fue un discurso muy repetitivo", añaden las voces consultadas.

Una maquinaria bien engrasada

Sus consignas no han pegado fuerte porque en los segmentos radicales no se espera a Carles Puigdemont, sino a una nueva figura unilateralista que le haga sombra. "En su discurso, no habló de unilateralismo, sino de un referéndum pactado. Pues muy bien. ¿Y eso cuánto tiempo lo intentará? ¿45 años? ¿A qué espera? ¿A qué Pedro Sánchez acabe mandato y vuelva el PP? Lo que ha hecho es poner la zanahoria delante del burro otra vez", explica un antiguo amigo y colaborador de Puigdemont hoy pasado con armas y bagajes al sector crítico y más radicalizado del independentismo.

Foto: Carles PuigdemontCarles Puigdemont será candidato a las elecciones en Cataluña: comparecencia y últimas noticias en directo  (EFE/Enric Fontcuberta)

Puigdemont dispone de una maquinaria bien engrasada. Para proyectar pluralismo, introdujo en el Consell de la República a grupos como Poble Lliure (el mayor de los partidos que componen la CUP), Demòcrates (partido radical nacido de las cenizas del sector más extremista de Unió Democràtica), Acció per la República, Reagrupament (escindido de ERC) o MES (escindido del PSC). Son apenas unas decenas de activistas, pero le permiten ofrecer una visión transversal de su organización. Pero ni ERC ni la CUP como partidos quieren saber nada "del chiringuito de Puigdemont en Waterloo". Es decir, del Consell de la República.

Precisamente Acció per la República, que tiene su cabeza más visible en la miembro de la Mesa del Parlament Aurora Madaula, MES y Reagrupament firmaron un manifiesto para apoyar lo que llaman "la lista del president", en la que reclaman "a los diferentes actores del mundo independentista que se sumen a esta candidatura para culminar colectivamente el camino hacia la independencia".

La plataforma La Resistència, uno de los instrumentos que los acólitos de Puigdemont usan para dinamizar consignas y movilizar la calle, definió con fervorosa claridad la situación el mismo día que Puigdemont comparecía para anunciar que se presentaba como cabeza de lista a las elecciones catalanas: "El presidente del Consell se presenta y usa como herramienta a Junts per Catalunya". Es toda una declaración de intenciones.

Carles Puigdemont solo pisará Cataluña si tiene la seguridad de que no va a ser detenido. En caso contrario, seguirá disfrutando de las mieles de Waterloo y se mantendrá en Bélgica compaginando su escaño del Parlament con la presidencia del Consell de la República, su órgano áulico. "Tiene pánico a entrar en la cárcel y no pisará territorio catalán si no tiene la certeza de que no va a ser encarcelado. No es una cuestión de querer más o menos a la gente, como dijo en su discurso, o de dar más valor a la presidencia de la Generalitat: es un tema personal", apuntan fuentes cercanas al expresident.

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