Es noticia
Alves llora ante el juez y niega la violación: "No me dijo que no quería practicar sexo"
  1. España
  2. Cataluña
Juicio por agresión sexual

Alves llora ante el juez y niega la violación: "No me dijo que no quería practicar sexo"

El exfutbolista se ha negado a responder a las preguntas de la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por la víctima, y solo ha contestado a las preguntas de su defensa

Foto:  El exjugador brasileño Dani Alves, durante una de las audiencias. (EFE/Alberto Estévez)
El exjugador brasileño Dani Alves, durante una de las audiencias. (EFE/Alberto Estévez)

La esperada declaración de Dani Alves en el juicio por supuesta agresión sexual contra una joven de 23 años siguió el guion marcado. El exfutbolista intentó dar la vuelta a la tortilla e insistió en el argumento de que la relación fue consentida. Su relato, sin embargo, dista mucho del que hacen la Fiscalía y la acusación particular, que mantienen que la encerró en el baño, la trató con violencia y la forzó a mantener relaciones sexuales. Alves, que rompió a llorar ante el juez, lo negó todo: "No me dijo que no quería practicar sexo".

La sesión se desarrolló, un día más, en mitad de una gran expectación. Tanto la denunciante como su prima y una amiga aseguraron que Dani Alves ya se propasó con las manos en el reservado de la discoteca Sutton, donde estaban tomando champán. “Tenía una actitud babosa”, acusaron. Pero la versión del exjugador del Barcelona es muy diferente: “Llegaron ellas y comenzamos a bailar, nos movíamos. Empezó una conversación y siempre nos comportamos con respeto. En un momento, empecé a bailar más pegado a la denunciante. Estuvimos bailando, interactuando, tipo discoteca… Ella empezó bailando pegada a mí, rozando sus partes con las mías. Y luego empezó, perdonen la expresión, a perrear y a intimar más”, dijo el acusado, que solo accedió a contestar las preguntas de su abogada.

A preguntas de su letrada, aseguró incluso que la presunta víctima fue quien buscó el encuentro. “Me puso la mano y empezó a tocarme las partes. Yo pensé que había atracción sexual y hablé con ella por si quería ir al baño. Dijo que sí, no tuve que insistir para nada”, declaró. El baño es una puerta sin señalizar que está cerca del reservado, habilitado para que los ocupantes de este espacio no tengan que cruzar toda la discoteca para ir a los lavabos generales del local. “Me quedé un rato esperando dentro y pensé que no quería ir, pero al abrir la puerta, me la encuentro”.

"Había bebido demasiado"

Según la víctima, una vez en el baño, Alves no la dejó salir, la agarró del cuello, la tiró al suelo y la obligó a tener sexo. El deportista niega todos esos extremos. “No me dijo que se quería ir, para nada. No la cogí del cuello ni la tiré al suelo. No soy un hombre violento. Tampoco intenté practicar sexo oral con ella. En ningún momento me dijo que parara o que no quería tener sexo”, reiteró.

Foto: El futbolista Dani Alves se encuentra en prisión desde el pasado 20 de enero. (EFE / Antonio Lacerda)

Siguiendo la estrategia que ya apuntó en las últimas sesiones del juicio la defensa, Dani Alves aseguró que ese día “había bebido demasiado”. Esa es ahora la principal teoría de la defensa. Según el relato de Alves, ese día bebió dos botellas de vino en la comida, varias copas de whisky y un gin-tonic. Lo remató con seis copas de champán Moët Chandon en poco más de una hora. Luego, supuestamente, se enteró por la prensa de que le acusaban de violación. “Se me cayó el mundo encima”, subrayó emocionado. En ese momento, comenzó a sollozar. Él quiso saber qué había de la acusación y pidió una copia de las actuaciones, pero no se la dieron.

Consecuencia de todo ello es “que me rompieron todos los contratos de publicidad y patrocinio”. En agosto, dio 150.000 euros a la víctima como compensación y "me quedé con 50.000 euros en una cuenta". Además, a preguntas de su abogada, dijo que tenía grandes deudas en Brasil y Hacienda le reclamaba más de medio millón de euros en España. En esos momentos también se enteró de que le pedían entre nueve y 12 años de prisión por el suceso del Sutton.

Foto: Dani Alves, con la equipación del Pumas. (Reuters/Henry Romero)

El jugador justificó las contradicciones entre su primera declaración y la segunda (en la primera solo admitió la felación) diciendo que lo declaró así por temor a que su esposa se enfadara “y para que me perdonase”. Pero lo cierto es que en declaraciones filtradas a medios de comunicación ha dado más versiones de los hechos, puesto que comenzó diciendo que no conocía de nada a la joven denunciante.

Peritos cuestionan informes

Esta versión es apuntalada por algunos de los peritos citados por la defensa de Alves, que declararon en la tarde de este miércoles. La doctora Blanca Navarro, psiquiatra forense, contradijo los informes periciales de los médicos del Hospital Clínico. “Los informes que se hicieron exageran los síntomas, son superficiales y no entran en los hechos de ese día. Nosotros no cuestionamos que la denunciante tuviese ansiedad, sino que el impacto emocional dependa del estrés ambiental. Confunden el trastorno de ansiedad con un trastorno de estrés postraumático. Además, le administraron 0,25 miligramos de Tranquimazín, la dosis más baja de este fármaco, cuando como consecuencia de lo vivido debería haber tenido una medicación más fuerte”, señaló.

La doctora Navarro también dijo que en la exploración de la víctima no pudo realizarle ninguna pregunta y todas las que le hicieron los especialistas del hospital eran “superficiales, sobre dónde había nacido o dónde había trabajado". "No se habló de cuestiones íntimas ni de lo que había ocurrido. La metodología adolece de defectos de forma. En la exploración, yo solo pude escuchar una entrevista dirigida a cuestiones superficiales”, añadió.

Foto: Dani Alves, en la Audiencia de Barcelona. (Europa Press/Pool/D. Zorrakino)

Los responsables del Hospital Clínico, en cambio, mantuvieron su tesis de que “los síntomas concordaban con lo que la víctima había relatado". "Había tenido alteración del sueño, hipervigilancia, deterioro disocial… en esas circunstancias, la memoria traumática puede estar fragmentada y además tenía síntomas de culpa y de vergüenza. Uno de los indicadores es el sentimiento de culpabilidad. El psiquiatra le había puesto una medicación y ella dijo que no la necesitaba. No le puso tratamiento de estrés postraumático. Pero aun así ella tenía miedo a depender de la medicación”, explicó la doctora Anna Mateu.

Otro perito propuesto por la defensa señaló que la víctima “no tenía ni una lesión". "La exploración física y ginecológica se hizo con el máximo detalle y no hay ni una equimosis por ningún lado, aunque ella dijo que le había hecho mucho daño. El resultado de examen objetivo del médico forense no coincide con el relato de la víctima, porque no se aprecia ni herida ni irritación en ninguna parte. La ausencia total de tumefacción en la vulva, los labios menores o el flujo es lo que me hace pensar que el coito no fue tan traumático como nos han dicho”, relató el perito de la defensa.

Los médicos del Clínico, en cambio, afirmaron que no es preciso tener heridas para que haya agresión sexual. “Es frecuente no ver lesiones a nivel físico -señaló uno de los doctores que examinó a la víctima-. Ella solo tenía una escoriación en la rodilla. Pero todo es posible. Las lesiones no se producen siempre. Si no encontramos lesiones no quiere decir que el sexo sea consentido. Un estudio evidencia que en el 22,8% de las relaciones no consentidas se encontraron lesiones, como tampoco podemos asociar el consentimiento al flujo vaginal”, señalaron. Los facultativos del hospital encontraron a la víctima “en actitud correcta, que mantenía la compostura, con episodios de debilidad emocional, con cierta ansiedad”.

Tras la jornada, la Fiscalía mantiene la petición de nueve años de cárcel, mientras que la acusación particular pide 12 años y la defensa pide la libre absolución, aunque está dispuesta a aceptar un año de prisión y 50.000 euros en concepto de responsabilidad civil.

La esperada declaración de Dani Alves en el juicio por supuesta agresión sexual contra una joven de 23 años siguió el guion marcado. El exfutbolista intentó dar la vuelta a la tortilla e insistió en el argumento de que la relación fue consentida. Su relato, sin embargo, dista mucho del que hacen la Fiscalía y la acusación particular, que mantienen que la encerró en el baño, la trató con violencia y la forzó a mantener relaciones sexuales. Alves, que rompió a llorar ante el juez, lo negó todo: "No me dijo que no quería practicar sexo".

Agresión sexual
El redactor recomienda