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Los Mossos afirman que los vídeos avalan "completamente" la versión de la víctima de Dani Alves
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SEGUNDA SESIÓN DEL JUICIO

Los Mossos afirman que los vídeos avalan "completamente" la versión de la víctima de Dani Alves

Joana Sanz, la mujer del exfutbolista, sobre la noche del Sutton: "Llegó muy borracho y se desplomó en la cama. No hablé con él"

Foto: Dani Alves, en la Audiencia de Barcelona. (Europa Press/Pool/D. Zorrakino)
Dani Alves, en la Audiencia de Barcelona. (Europa Press/Pool/D. Zorrakino)

El juicio del futbolista Dani Alves por agresión sexual a una joven en el baño del reservado de la discoteca Sutton de Barcelona el 30 de diciembre de 2022 continuó este martes por la tarde con el interrogatorio de casi una veintena de testigos. La tónica fue bastante similar a la de la primera sesión. Los Mossos ratificaron la versión de la víctima y solo el testimonio del amigo que le acompañaba aquella infausta noche, junto a un portero de la discoteca y otros dos amigos con los que comió el 30 de diciembre echaron un cable al jugador, aunque no del todo seguro.

Bruno, el amigo con el que entró en la discoteca, aseguró que durante la comida de aquel día bebieron cuatro botellas de vino y una de whisky entre cuatro (uno de ellos no bebía alcohol) y luego fueron a la discoteca Nuba, donde se tomaron otro gin-tonic cada uno, y, por último, recalaron en la discoteca Sutton, en la que pidieron una botella Magnum de Moët Chandon, de la que bebieron unas cuatro copas cada uno. La versión de la comida y el gin-tonic fue corroborada por los otros dos amigos con los que comieron. “Había bebido en exceso”, admitió uno de ellos.

Bruno, por su parte, rebatió el relato de las amigas de la víctima, que dijeron que Alves mostró una “actitud babosa”, que las había manoseado y que, en medio de la discoteca, les metió la mano por dentro de la ropa interior.

A., una de las acompañantes de la denunciante, declaró al tribunal que fue a saludar al jugador nada más aceptar la invitación a una copa de champán. “Me sentí tensa. Me puso la mano en la espalda y fue bajando hasta casi tocarme el culo. Era una actitud babosa, tanto que me fui a otra parte de la mesa”. Luego, la prima de la víctima se le acercó y se quejó del jugador. “La prima me dijo después: ‘Me tocó el coño’. Su actitud era igual de babosa que conmigo”. Bruno negó ese comportamiento y dijo que las tres chicas (la denunciante, su prima y una amiga) “no se sintieron incómodas en ningún momento, al contrario, se lo estaban pasando muy bien”. También aseguró que había visto a Alves y a la denunciante bailando juntos. “Había química entre los dos”, aseguró. Y añadió que bailaban “de forma respetuosa, sensual, juntos”.

Foto: El futbolista Dani Alves se encuentra en prisión desde el pasado 20 de enero. (EFE / Antonio Lacerda)

Dijo, asimismo, que tras la supuesta agresión sexual en el lavabo, Alves se reincorporó al reservado y siguió bailando. Y cuando la víctima salió, estuvo allí unos minutos y luego se despidió. “Con su prima y su amiga, estábamos bailando. No estaban preocupadas e incluso hacíamos bromas. Ella me dijo adiós con la mano y su prima me dio un beso”, aseguró Bruno, que negó que cuando salía por la puerta viese a la víctima llorando junto al portero porque "estaba muy oscuro".

También un auxiliar de entrada echó un capote al jugador. “Ella sabía a dónde iba y a qué iba. Lo que parece que pasó es que fue a ese lugar y luego se arrepintió de estar allí y ya no quería”, dijo el portero. Aun así, reconoció que “estaba muy nerviosa, llorando mucho”.

La versión de su esposa

La esposa del futbolista, Joana Sanz, también compareció este martes y corroboró el estado de embriaguez del deportista. Aseguró que se intercambiaron mensajes de WhatsApp hasta las 11 de la noche. “Le pregunté si iba a venir a cenar y me dijo que no, pero no recuerdo más”, aseguró la modelo. Luego, mantuvo que llegó a casa “muy borracho, oliendo a alcohol”, tropezó con un armario y se cayó en la cama. “No hablé con él porque en su estado no era lo que había que hacer. Se fue a dormir directamente”. Sanz aseguró que al día siguiente su marido no le contó nada de la noche anterior e incluso salió. Este martes, ni siquiera le miró a la cara cuando pasó a su lado al abandonar la silla en la que acababa de dar su versión ante el tribunal.

El responsable de sala de Sutton, que conoce a Alves desde hace años, señaló también que “era un cliente habitual, pero no estaba como siempre. O había bebido o se tomó algo, pero no era el de siempre”.

placeholder Joana Sanz, a la salida del juzgado, junto a la madre de Alves.
Joana Sanz, a la salida del juzgado, junto a la madre de Alves.

En cambio, el director de Sutton, Robert Massanet, explicó detalladamente que fue el primero en auxiliar a la víctima. “Costó muchísimo que nos dijese qué había pasado. La llevamos entonces a una zona más pacífica, una sala anexa cerrada donde no había música. Estaba bastante alterada. Solo decía que quería irse a casa, pero yo necesitaba saber qué había ocurrido. Primero, nos dijo que había sido víctima de una agresión sexual y después, que había sido Dani Alves. Me dijo que no la iban a creer, y que entró de forma voluntaria en el baño y que luego quiso salir. Yo le expliqué el protocolo, pero ella solo quería irse a casa. Nos costó que accediera, pero por fin activamos el protocolo, porque era nuestra responsabilidad. No era la típica versión de que te han tocado el culo. Me dijo que sí era una agresión sexual y me dio a entender que hubo penetración. Sus amigas también estaban convenciéndola para que no se fuera y denunciara”.

A este testimonio se sumó el de los agentes de los Mossos d’Esquadra que acudieron en primera instancia al local. El agente que primero la atendió aseguró que estaba “en shock, abrumada por los hechos. Nos dio detalles de lo sucedido, sin entrar en cosas escabrosas. Nos dijo que hubo penetración con los dedos y después, penetración. Apenas podía hablar y nos dijo que no quería denunciar los hechos por miedo a que se hiciese público su nombre. Se creía culpable de lo que había sucedido, pero le explicamos que ella no era culpable, que era la víctima y cómo iba a ser todo el proceso tras la denuncia”.

“No la dejaba salir”

Otro agente que la atendió en la discoteca y habló más con ella relató al tribunal que “le costó mucho decirnos qué había pasado, porque no podía dejar de llorar. Tuvimos que calmarla y entonces comenzó a darnos algunos detalles. Nos dijo que había entrado con él, pero que no la dejaba salir, que le había tocado los genitales por dentro, y también a sus amigas. Las amigas estaban muy nerviosas”. Al principio, aseguró el agente, la víctima “no quería denunciar, solo justicia, y la asesoramos sobre lo que podía hacer. Al final, nos dijo que había habido agresión sexual por parte de Alves”.

Otra agente de la Unidad de Agresiones Sexuales de los Mossos que la atendió la encontró “angustiada”. En la unidad, le explicaron “cómo iba a ser la denuncia y empezó a explicar lo sucedido, pero conforme iba recordando, se ponía nerviosa. Nos dijo en un principio que no quería denunciar porque su miedo era que saliese su nombre y su identidad y que él era un personaje muy conocido. Tenía terror. Se encontraba impotente, muy preocupada”.

Foto: Dani Alves, en el juicio por violación. (EFE/Alberto Estévez) Opinión
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Este miércoles, el tribunal verá las periciales, los informes, las conclusiones y encarará el interrogatorio del jugador, al que se le permitió declarar en último lugar para que conociese exactamente todas las acusaciones y pruebas en su contra y que no pueda alegar indefensión. La defensa abona buena parte de su estrategia a la circunstancia de que Alves iba borracho aquella noche y que no sabía muy bien qué hacía.

El juicio del futbolista Dani Alves por agresión sexual a una joven en el baño del reservado de la discoteca Sutton de Barcelona el 30 de diciembre de 2022 continuó este martes por la tarde con el interrogatorio de casi una veintena de testigos. La tónica fue bastante similar a la de la primera sesión. Los Mossos ratificaron la versión de la víctima y solo el testimonio del amigo que le acompañaba aquella infausta noche, junto a un portero de la discoteca y otros dos amigos con los que comió el 30 de diciembre echaron un cable al jugador, aunque no del todo seguro.

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