ERC y JxCAT inician contactos con la ANC para evitar un pinchazo durante la Diada
El objetivo de cara al próximo 11 de septiembre es que no se repita la desmovilización de los últimos actos de la entidad independentista. Quieren exhibir fuerza frente al PSOE
ERC y JxCAT, los principales partidos independentistas en Cataluña, han abierto contactos con la ANC para garantizar que la Diada del próximo 11 de septiembre sea un éxito de movilización. Este año, previsiblemente, la manifestación coincidirá con las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Por tanto, no solo se trata de dar una imagen de fuerza del movimiento, también de no parecer débiles ante el PSOE, con el que se estará viviendo unas conversaciones muy complicadas. La Diada de 2023 no será una más.
El principal problema es el rol de la ANC. La entidad ha roto con el grueso del independentismo. Está intentando impulsar una lista alternativa que desafíe a JxCAT, ERC y la CUP como castigo por no haber culminado la declaración unilateral de independencia en 2017 y por no pactar en este momento una estrategia unitaria. Además, la cúpula de la dirección actual, con la presidenta Dolors Feliu y el vicepresidente Uriel Bertrán, es el principal impulsor de la campaña en favor de la abstención que tanto ha perjudicado a los partidos soberanistas. De manera que se trata de una Diada marcada por la tensión interna en el seno del movimiento.
Pero a medida que la ANC se ha ido politizando, es decir, evolucionando para convertirse en una fuerza política con intereses propios, también ha ido menguando su principal punto fuerte: la fuerza de movilización en la calle. Tras las elecciones generales, la entidad llamó a una concentración en Plaça de Sant Jaume para intentar influir en la negociación. Solo reunieron a 200 personas.
En la anterior Diada, ERC no participó en la gran manifestación. No fue ni el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. Ahora optan por regresar, pero se quiere garantizar un clima de unidad y no de enfrentamiento entre los participantes. Desde JxCAT también se quiere dejar claro a la ANC que se arriesga a dejar de ser la organización que organice estas marchas anuales, si sigue a la baja su poder arrastra.
El mensaje que se le ha hecho llegar a la ANC es claro. El independentismo ya no confía en su poder tractor para movilizar a las masas. Y tiene que contar tanto con los partidos políticos como con entidades como el Consell de la República, que encabeza Carles Puigdemont desde Bruselas. Por eso, por ejemplo, la manifestación prevista para el 1 de octubre, como el año pasado, la convoca el propio Consell.
Enfoque de este año
Este año la ANC ha planteado cuatro marchas que confluirán sobre Plaça Espanya, en Barcelona, bajo el lema: "Via fora", "Vía fuera". Las cuatro movilizaciones representan las cuatro barras de la bandera de Cataluña, pero también simbolizan lo que consideran cuatro pilares del independentismo.
Este año la manifestación la integrarán cuatro marchas que irán hacia Plaça Espanya
Así, cada marcha recibe un nombre: la Columna País, la Columna Libertad, la Columna Lengua y la Columna Soberanía. Como siempre, la manifestación empezará a las 17:14, hora fetiche para el movimiento independentista. El color de camiseta de este año, clave en la financiación de la ANC, es el azul.
Mensaje a Europa
La ANC, cuando planteó la marcha, anunció que "tras el fracaso del diálogo con España, es necesario que la ciudadanía tome las riendas y vuelva a la confrontación y al embate", como una manera de sabotear la presidencia española en la UE durante este según semestre. "Queremos dejar claro a Europa que aquí no ha acabado nada", advierte el texto, donde se reclama más responsabilidad política de la UE. Sin embargo, el contexto que da la negociación de investidura cambia el entorno y se tratará, sobre todo, de enviar un mensaje de fuerza a la Moncloa.
ERC y JxCAT, los principales partidos independentistas en Cataluña, han abierto contactos con la ANC para garantizar que la Diada del próximo 11 de septiembre sea un éxito de movilización. Este año, previsiblemente, la manifestación coincidirá con las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Por tanto, no solo se trata de dar una imagen de fuerza del movimiento, también de no parecer débiles ante el PSOE, con el que se estará viviendo unas conversaciones muy complicadas. La Diada de 2023 no será una más.
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