Aragonès se ausenta de un documental sobre Tarradellas que ensalza la unidad de Cataluña

Pere Aragonès no solo ha dado la espantada en la manifestación de la Diada del 11 de septiembre por miedo a ser abucheado por sus rivales de Junts per Catalunya (JxCAT). Este jueves, fue notable su ausencia del pase de un documental en homenaje a un símbolo de Cataluña, Josep Tarradellas, el primer 'president' de la nueva Generalitat tras la etapa del franquismo y líder de ERC en el exilio.

La ausencia destaca en especial porque otros dos expresidentes sí asistieron al acto: el convergente Jordi Pujol y el socialista José Montilla. Ninguno de los dirigentes alineados posteriormente con el independentismo quisieron rendir homenaje al símbolo de la unidad catalana: ni Artur Mas, ni Quim Torra ni, por supuesto, Carles Puigdemont. De ahí que la ausencia de Aragonès sea aún más clamorosa, máxime cuando él, como presidente en la actualidad, sale en el documental. En una declaración durante la película, reflexiona: "ERC tiene 90 años de historia y buena parte de esta historia ha sido protagonizada, en primera o en segunda línea, por el 'president' Tarradellas en momentos muy diferentes. Creo que tenía un sentido de Estado que a día de hoy deberíamos reivindicar".

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Marcos Lamelas. Barcelona

El acto servía para presentar el documental 'Tarradellas, Govern d’unitat' ('Tarradellas, Gobierno de unidad'), que da una visión histórica y testimonial sobre la formación del primer Gobierno de unidad. La dirección corrió a cargo de Jordi Solé, hijo de Jordi Solé Tura, en aquel entonces miembro de ese Ejecutivo de Tarradellas, dirigente del PSUC y, más tarde, ministro con Felipe González. La obra ha sido producida por Clack y Minimal Films, con el apoyo de RTVE, la Diputación de Barcelona y la Xarxa Audiovisual Local (XAL).

¿Qué ha pasado para que el 'president' no rinda homenaje a un símbolo de su partido y de Cataluña? En algunos círculos se habla de "miedo escénico". El temor a que sea utilizado por sus socios para ahondar en la brecha entre partidos independentistas. A la hora en que se presentaba el documental, Aragonès asistía a un acto protocolario en el Parlament: la entrega de la Medalla de Honor de la Cámara catalana a Núria Feliu y a Pau Riba, artistas muertos recientemente. A este evento, según indican desde Presidencia, acudió el Govern en pleno.

Cambio de símbolos

Hay una lectura obligada que se perfila a través de la ausencia del acto del paraninfo. ¿Los símbolos de Cataluña van cambiando con el tiempo? ¿Feliu y Riba son, en estos momentos, más importantes simbólicamente que Tarradellas, al menos para una parte de la clase política (y, ciertamente, también de la ciudadanía)? Desde Presidencia no se quiere comentar el tema y dan la callada por respuesta. No es momento de alimentar la hoguera de las críticas cainitas entre soberanistas después de los duros comentarios contra Aragonès por no asistir a la manifestación del 11-S. En cambio, el 'president' sí asistirá a los actos de Òmnium Cultural en esa jornada.

Una de las claves de esa notable ausencia podría encontrarse en una de las declaraciones que Aragonès hace en el documental: "La figura de Tarradellas, hoy, se utiliza muchas veces para intentar apoyar el régimen surgido de la Transición y, por tanto, se fijan en el último Tarradellas. Es incomprensible entender el último Tarradellas si no miramos toda la trayectoria de Tarradellas durante todos los años. Es el que hace posible la industria de guerra de la Generalitat. Es quien mantiene la Generalitat en el exilio durante una palmaria soledad durante mucho tiempo para permitir la recuperación de la Generalitat".

Aragonès no quiere aparecer como defensor a ultranza de Tarradellas ni de su 'tempo' político. Teme que si defiende a capa y espada a su antecesor, le puedan acusar de 'colaboracionista con el régimen del 78'. En resumen, el 'president' aparece en el documental, pero no aparece en el acto de presentación. Una de cal y otra de arena.

Aragonès no quiere aparecer como defensor a ultranza de Tarradellas ni de su 'tempo' político

Tarradellas volvió del exilio el 23 de octubre de 1977, después de una larga negociación con Madrid y tras 38 años en Francia. Al día siguiente, tomó posesión de su cargo y pronunció la famosa frase: "Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!" ("Ciudadanos de Cataluña, ¡ya estoy aquí!") desde el balcón de la Generalitat. A continuación, y hasta las primeras elecciones autonómicas en plena libertad, confeccionó un Gobierno de concentración en el que dio cabida a representantes de todas las fuerzas políticas catalanas.

La película es un calidoscopio impresionista de opiniones que conforman un retrato final del estadista. En él aparecen declaraciones muy diversas, entre las que caben destacar las del exvicepresidente español Narcís Serra; el exministro del Interior Rodolfo Martín Villa; el cineasta Pere Portabella (entonces en la dirección del PSUC); Joan Josep Folchi (consejero de Economía); Miquel Roca i Junyent (ponente constitucional de CDC); Ramon Espasa (consejero de Sanidad en su Govern y miembro del PSUC); Josep Maria Triginer (consejero del PSC); Josep Maria Bricall (ex rector y secretario general del primer Govern); Josep Huguet (consejero de ERC en el tripartito); Manuel Milián Mestre (diputado del PP), o el propio Jordi Pujol (que también fue consejero de Tarradellas).

En el documental, Josep Tarradellas Macià, hijo del político catalán, aseguró que su padre estaba convencido de que "Jordi Pujol sería 'president' en un momento u otro". Pujol, que no era precisamente santo de la devoción de Tarradellas, recuerda que ambos se hacían ‘la puñeta’. “Y él decía una cosa en la que en aquel momento se equivocaba, porque hasta mucho más adelante no creí que pudiese ser 'president' de la Generalitat, al menos de entrada”. Pero lo cortés no quita lo valiente: los enfrentamientos públicos entre Tarradellas y Pujol fueron consecuencia de los posicionamientos políticos. Este jueves, el exdirigente convergente asistió en primera fila a la presentación del documental de un símbolo de Cataluña, aunque sus universos políticos distaban mucho entre ellos.