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La mano derecha de Puigdemont burla al Senado con su actividad paralela en Bélgica
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Se desmarca de CATGlobal

La mano derecha de Puigdemont burla al Senado con su actividad paralela en Bélgica

Matamala comunicó a la Cámara Alta que ya no desempeña el cargo de administrador de la entidad encargada de dar cobertura legal al Consell per la República. Sin embargo, en el Registro Mercantil belga no consta la renuncia

Foto: El empresario Josep Maria Matamala. (EFE)
El empresario Josep Maria Matamala. (EFE)

Josep Maria Matamala no solo es senador por JxCAT, por Girona, en concreto. Es también la mano derecha de Carles Puigdemont, el empresario que le acompañó en su fuga, le ayudó a montar su infraestructura en Bruselas y que solo volvió a España para tomar posesión de su cargo en la Cámara Alta. También se convirtió en administrador de CATGlobal ASBL, la entidad sin afán de lucro que vehicula los fondos y da cobertura jurídica a la actividad del Consell per la República. En teoría, hasta agosto de 2020, cuando Matamala remitió una comunicación al Senado asegurando que se había desvinculado de la asociación. El problema: más de un año después, no consta en el Registro Mercantil belga que Matamala efectivamente haya abandonado sus responsabilidades en CATGlobal.

Antes del verano, Matamala le coló al Senado que era compatible ser miembro de la Cámara y administrador de CATGlobal, que da cobertura a una entidad que deslegitima la democracia española, mantiene contactos con espías rusos o desarrolla aplicaciones informáticas móviles para socavar el Gobierno, entre otras actividades. Pero un mes después de la votación de la Comisión de Incompatibilidades, el 24 de agosto, Matamala envió una modificación de su declaración de actividades en la que se daba de baja como administrador de CATGlobal ASBL.

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Matamala fundó la asociación en 2018. Se trata de una entidad opaca que no presenta cuentas y que vive de donaciones en teoría legales pero anónimas. CATGlobal paga los gastos de Puigdemont en Waterloo, entre ellos, los ligados a su defensa. Se ha preguntado al senador que, si la renuncia anunciada se ha hecho efectiva, por qué no se ha elevado al Registro Mercantil belga un año después, y también se le ha solicitado que aporte el acta de la junta de la entidad belga en que se aprobó su desvinculación del entorno de Waterloo. El senador no ha querido responder a las cuestiones planteadas por El Confidencial.

Como prueba de su renuncia, Matamala aporta una carta enviada por su persona a la presidenta de CATGlobal ASBL, Erika Casajoana, una lobista instalada en Bruselas y que fue de número cuatro en las últimas europeas en las listas de Puigdemont. En la misiva, el senador muestra “su voluntad de renunciar por motivos de incompatibilidad por cuestiones laborales como administrador de la mencionada asociación”. La carta está datada el pasado 10 de febrero de 2020. Pero las fechas no encajan, porque en julio de ese mismo año Matamala intentó que sí fuera compatible y de hecho la Comisión de Incompatibilidades del Senado no puso ninguna pega porque nadie sabía lo que era CATGlobal ASBL.

Hay más problemas con las fechas. Dice que no es administrador de la entidad belga desde febrero de 2020. Podría haber un decalaje de dos o tres meses entre su decisión y que apareciera en el Registro Mercantil belga, pero año y medio parece un periodo demasiado largo.

Diferencias sustanciales

El senador también se desvincula de dos empresas familiares, Incatis SL y Stein Girona SL, pero eso solo es una manera de proteger el patrimonio familiar y de que estas firmas puedan seguir presentándose a concursos públicos. Pero mientras esta renuncia se produce ante el notario Enric Brancós, de Girona, la marcha de CATGlobal ASBL no está avalada por nadie, ni por ningún notario belga ni por la propia entidad interesada.

En sus empresas, cesa ante notario, no así en la entidad belga, que fundó en 2018

Uno de los certificados, el de Stein SL, lo firman sus dos hermanos y socios, Martin Matamala y Joan Matamala. Este último también está vinculado a entidades belgas, en su caso, CATCiP AISBL, que gestiona el registro y las bases de datos de los más de 99.000 socios declarados del Consell per la República. Joan Matamala fundó CATCiP, que además abrió una delegación en Girona.

Código de conducta

En octubre de 2020, se aprobó el Código de Conducta de las Cortes Generales, pero las exigencias éticas son muy relajadas para sus señorías. Ni siquiera está recogido que los diputados y senadores tengan que decir la verdad en sus declaraciones de bienes y actividades. De hecho, digan lo que digan, nadie lo tutela posteriormente. Mentir no está considerado una infracción de dicho código.

Sin embargo, en su punto 3.c, se señala que se han de declarar en el registro de intereses “las fundaciones y otras asociaciones a las que haya contribuido en los cinco años anteriores a la adquisición de la condición de parlamentario, o siga contribuyendo en la actualidad, económicamente o mediante la prestación de servicios no remunerados”, lo que encajaría como un guante en la situación de Josep Maria Matamala con CATGlobal ASBL.

Josep Maria Matamala no solo es senador por JxCAT, por Girona, en concreto. Es también la mano derecha de Carles Puigdemont, el empresario que le acompañó en su fuga, le ayudó a montar su infraestructura en Bruselas y que solo volvió a España para tomar posesión de su cargo en la Cámara Alta. También se convirtió en administrador de CATGlobal ASBL, la entidad sin afán de lucro que vehicula los fondos y da cobertura jurídica a la actividad del Consell per la República. En teoría, hasta agosto de 2020, cuando Matamala remitió una comunicación al Senado asegurando que se había desvinculado de la asociación. El problema: más de un año después, no consta en el Registro Mercantil belga que Matamala efectivamente haya abandonado sus responsabilidades en CATGlobal.

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