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Puigdemont capta fondos a través de la asociación CATGlobal, radicada en Bruselas
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Puigdemont capta fondos a través de la asociación CATGlobal, radicada en Bruselas

La presidenta de CATGlobal es la consultora Erika Casajoana. Pero ha dejado la gestión del día a día en manos de dos administradores: Josep Matamala y el ingeniero Jaume Cabaní

Foto:  El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. (EFE)
El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. (EFE)

Hasta ahora, más de 28.000 catalanes han pagado 10 euros o más para registrarse como ciudadanos en la web del Consell per la República que preside Carles Puigdemont, según consta en la propia web del Consell, pero para recaudar esos fondos, Puigdemont necesitaba una estructura jurídica. Y esta es CATGlobal, una ASBL —que según la legislación belga es una asociación sin afán de lucro— y no una fundación, como se había planteado en un principio desde el independentismo. Esta entidad jurídica se creó el 13 de marzo de este año, según consta en los estatutos de constitución a los que ha accedido El Confidencial. Pese a que se había requerido esta información en diversas ocasiones a los promotores de esta iniciativa, estos nunca habían querido hacer públicos estos datos fundamentales. Se recaudaban fondos, pero sin ninguna transparencia.

Hay dos personas que aparecen como administradores de CATGlobal y que, según los estatutos, son las responsables de la administración del día a día de la asociación: uno es Josep Matamala Alsina —que aparece como 'Joseph' en el Registro Mercantil belga, uno de los cambios de nombre habituales para intentar engañar a los buscadores de internet— y el otro es Jaume Cabaní Massip. Matamala es el empresario amigo de Puigdemont que le ha acompañado en todo su periplo desde que huyó de España. Jaume Cabaní, por su parte, es un ingeniero industrial que se trasladó a Bélgica a principios de año y que se ha registrado profesionalmente como informático en el edificio de Waterloo donde está instalado Puigdemont. Cabaní trabajó hasta 2015 en la Fundación Eduard Soler, que gestiona una fortuna millonaria. Cabaní tiene un largo pasado independentista: en 2001 fue detenido por impedir el paso de la Vuelta Ciclista a España por su pueblo, Castellar de N’Hug, y fue condenado por ello a pagar una multa de 9.000 euros. Cabaní también trabajó para la editora de la web independentista Vilaweb.

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La constitución de CATGlobal, que es adonde va el dinero que se recauda a través de la web del Consell per la República, muestra algunas sorpresas. Puigdemont no aparece por ninguna parte. Su poder en la entidad es por delegación, a través de personas tan próximas como Matamala y Cabaní. Otro aspecto es que entre los objetivos legales declarados de la asociación no se encuentra la independencia de Cataluña. Solo se habla de “favorecer, difundir y llevar a cabo iniciativas susceptibles de poner en valor el desarrollo y la realidad social de la comunidad catalana”. En los estatutos de CATGlobal, Cataluña no es un país, no es una nación y tampoco es una república, tal y como proclama el presidente de la Generalitat, Quim Torra.

El Confidencial se ha puesto en contacto con el Consell per la República, pero la petición de información no ha sido atendida. Así que tampoco ha sido posible analizar por qué no aparecen en los estatutos ni la palabra 'independencia' ni la palabra 'Cataluña'.

Lejos de Waterloo

La sede de la asociación tampoco se encuentra radicada en el número 34 de la Avenue de l'Avocat, en Waterloo, donde Puigdemont ha instalado su residencia. Su sede social es Rue Breydel, en el número 40, en el corazón de Bruselas, un centro de 'co-working' con tarifas de alquiler que van de 93 dólares al mes hasta 400 dólares, en función de lo que demande el cliente.

La presidenta de CATGlobal es Erika Casajoana Daunert. Como el resto de fundadores de la asociación, ha dejado el día a día en manos de los dos administradores: Matamala y Cabaní. Erika Casajoana tiene su propia firma de consultoría, Casajoana Consulting, con sede en Bruselas y con clientes como el Banco Mundial, y ha sido especialista en cuestiones de autogobierno en lugares como Kosovo. Del resto de fundadores, hay que destacar al lobista de Bruselas Jaime Bernís Calatayud. Jaime Bernís trabaja para el 'lobby' Ferrmed, una asociación multisectorial que presiona a la UE para construir un gran eje de ferrocarril que una las cuencas del Rin, el Ródano y el Mediterráneo Occidental, una especie de prolongación europea hacia el norte del corredor del Mediterráneo. En CATGlobal, Bernís actúa como tesorero.

Diversos profesionales que desempeñan su labor en Bruselas han asumido cargos en CATGlobal, desde la presidenta, Erika Casajoana, hasta el tesorero

Hay otros dos fundadores de CATGlobal: uno, el secretario, cargo que ejerce el abogado belga Piet van den Berg. Berg carece de pasado político. Su pareja es una catalana, Núria Molina, también afincada en Bruselas, y que ha trabajado para diversas ONG. Entre el grupo fundador también aparece Miquel Esquirol Clavero, de 89 años. Miquel Esquirol fue uno de los fundadores de CDC con Jordi Pujol y durante muchos años desempeñó el cargo de jefe de servicio en la Conselleria de Economía de la Generalitat. Hasta hace poco ocupó el puesto de tesorero de Òmnium Cultural. Sin embargo, Miquel Esquirol ya no aparece entre los responsables activos de CATGlobal.

Subvenciones y herencias

CATGlobal todavía no ha depositado cuentas. Lógico, ya que su fundación ha sido muy temprana. Sí que advierte de que se financiará —punto 7.1 de los estatutos— a través de subvenciones, donaciones —como los 10 euros que cobra Puigdemont a través de su web— e incluso “testamentos y últimas voluntades”. Es decir, Puigdemont espera que los buenos independentistas le dejen sus herencias para la causa.

Respecto a las subvenciones, ya se advierte ­—punto 2.1— de que la asociación o sus representantes podrán mantener relación directa con poderes públicos “a todos los niveles, nacional, europeo e internacional”. Algo que contrasta con lo que siempre se ha declarado desde la Generalitat, que la financiación del Consell per la República respondería a fondos privados.

Entre las fórmulas de financiación que tiene prevista la asociación belga de Puigdemont, se encuentra el ser beneficiarios de herencias


Además, se advierte de que CATGlobal podrá “poseer inmuebles”, otro tipo de activos líquidos o prestar servicios, además de mantener relación con poderes públicos, personas privadas o participar en asociaciones que mantengan un objetivo compatible con el de este ente.

En junio de 2018, CATGlobal amplió su clasificación como “otras asociaciones”, una subclase que según la legislación belga incluye “la protección y defensa de los intereses de grupos especiales, por ejemplo, minorías o grupos étnicos” y que le permitiría acceder a la “concesión de subvenciones por parte de asociaciones u otras organizaciones”.

Hasta ahora, más de 28.000 catalanes han pagado 10 euros o más para registrarse como ciudadanos en la web del Consell per la República que preside Carles Puigdemont, según consta en la propia web del Consell, pero para recaudar esos fondos, Puigdemont necesitaba una estructura jurídica. Y esta es CATGlobal, una ASBL —que según la legislación belga es una asociación sin afán de lucro— y no una fundación, como se había planteado en un principio desde el independentismo. Esta entidad jurídica se creó el 13 de marzo de este año, según consta en los estatutos de constitución a los que ha accedido El Confidencial. Pese a que se había requerido esta información en diversas ocasiones a los promotores de esta iniciativa, estos nunca habían querido hacer públicos estos datos fundamentales. Se recaudaban fondos, pero sin ninguna transparencia.

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