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Matamala, el administrador de Puigdemont, dejó un impago de 600.000 € públicos
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Deuda de su primera empresa al ICF

Matamala, el administrador de Puigdemont, dejó un impago de 600.000 € públicos

En 1992, su empresa recibió un crédito del ICF por valor de 600.00 euros, 100 millones de pesetas de la época. Cinco meses después, Linel Industrial suspendía pagos por sorpresa

Foto: Josep Maria Matamala. (EFE)
Josep Maria Matamala. (EFE)

Tras cada gran fortuna siempre hay un crimen, sentenció el escritor francés Honoré de Balzac. En el caso de Josep Maria, 'Jami', Matamala, amigo de Carles Puigdemont, no se puede hablar de crimen pero sí de pufo, pues una de las primeras empresas de Jami Matamala dejó a deber al Institut Català de Finances (ICF) —la entidad de crédito pública de la Generalitat— la friolera de 600.000 euros, 100 millones de pesetas de la época, tras suspender pagos en una polémica operación empresarial, que acabó en una todavía más desordenada liquidación de la empresa. Matamala tiene un pasado, y ahora que Puigdemont lo ha nombrado candidato al Senado por Girona, ese pasado llama a su puerta.

En 1992, Matamala estaba al frente de la empresa Linel Industrial, dedicada al mobiliario de oficina. Ese año, recibió el crédito del ICF. Cinco meses después, a finales de 1992, Linel Industrial suspendía pagos. Por falta de liquidez no sería, dado el volumen del crédito recibido ese mismo año. Un total de 600.000 euros volatilizados, según ha explicado el 'Diari de Girona'.

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Foto: GironaNoticies.com

Hoy, Matamala no solo ejerce de mejor amigo de Puigdemont y futuro senador provincial. Jami Matamala es, junto con Jaume Cabaní, administrador de CATGlobal ASBL, la fundación impulsada por el entorno del 'expresident' para respaldar sus actividades en Bélgica. El esquema belga en el fondo es muy sencillo: Matamala administra los fondos y Cabaní, como jefe de operaciones, se los gasta en cuestiones como el Registro Ciudadano.

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Foto: GironaNoticies.com

En 1994, el escándalo del crédito del ICF llegó al pleno del Ayuntamiento de Girona porque Matamala era regidor de CDC en esa ciudad. Ya había conocido entonces a un joven periodista, Carles Puigdemont, que le había criticado en un artículo en 'El Punt'. Contra todo pronóstico, forjaron una amistad de hierro que dura hasta hoy y que primero encumbró a Puigdemont a la alcaldía de Girona y luego llevó a Jami Matamala a acompañar al 'expresident' en su trayecto por Europa.

Pero volvamos a 1994. Tras el escándalo en el pleno municipal, se anunció por sorpresa que La Caixa había cubierto la deuda a cambio de quedarse los activos de Linel Industrial. La alegría duró poco, porque en agosto de 1995 la planta de Linel Industrial en Riudellots de la Selva se quemó, con lo que la veintena de trabajadores de la empresa no pudieron recurrir ni a la liquidación de la maquinaria para cobrar los salarios adeudados. Un incendio oportuno en extrañas circunstancias, dado que la planta estaba vacía e inactiva, tal como publicó en su día el 'Diari de Girona'.

El nombre de una calle

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En 2011, su amigo Puigdemont accede de rebote a la alcaldía de Girona, también en un contexto forzado, ya que el candidato oficial de CiU, Carles Mascort, se retiró en medio de unas amenazas de muerte que llegó a investigar la Fiscalía. Entre las medidas que tomó Puigdemont, una menor pero que resulta curiosa con el tiempo: el darle una calle a Feliu Matamala i Teixidor, el padre de Josep Maria Matamala. Así es Puigdemont, un día le da una calle a tu padre, otro te pone de candidato al Senado. Se da la circunstancia de que Feliu Matamala era natural de Amer, el pueblo de pasado carlista del que también es la familia de Puigdemont. Es donde su familia todavía regenta una pastelería.

Hay pequeños detalles curiosos, como que Feliu Matamala contaba con pasado falangista y no era precisamente de los perdedores de la Guerra Civil. Así consta en los avisos a excombatientes en la prensa de la época. Sin embargo, en la placa del pasaje que lleva su nombre ya no se le llama Félix, sino Feliu, y se le destaca como “activista cultural”. Una evolución muy típica en la Cataluña y la España de la época. La memoria histórica solo se reivindica para algunas cosas.

Malos tiempos

Ahora vuelven los problemas económicos para la familia Matamala. Su mayor empresa, Incatis, ha sido expulsada del grupo Fòrum Gastronòmic SL, que organiza ferias gastronómicas en las ciudades de Barcelona, Girona y A Coruña. La propia hija de Matamala, Neus Matamala, confirmaba esta información que avanzó 'Crónica Global' en un tuit. Este era uno de los principales negocios de los Matamala.

En todo caso, Jami Matamala no es el principal financiador de Puigdemont, como se ha escrito. Es un amigo que colabora con la causa, en una alianza que se remonta al pasado familiar y a sus años de juventud. Un fino hilo que une Amer, el Ayuntamiento de Girona y la mansión de Waterloo. Y que cuenta, eso sí, con ese tipo de pasado incómodo que tanto fascinaba a Balzac.

Tras cada gran fortuna siempre hay un crimen, sentenció el escritor francés Honoré de Balzac. En el caso de Josep Maria, 'Jami', Matamala, amigo de Carles Puigdemont, no se puede hablar de crimen pero sí de pufo, pues una de las primeras empresas de Jami Matamala dejó a deber al Institut Català de Finances (ICF) —la entidad de crédito pública de la Generalitat— la friolera de 600.000 euros, 100 millones de pesetas de la época, tras suspender pagos en una polémica operación empresarial, que acabó en una todavía más desordenada liquidación de la empresa. Matamala tiene un pasado, y ahora que Puigdemont lo ha nombrado candidato al Senado por Girona, ese pasado llama a su puerta.

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