Puigdemont se erige en el último garante de la unilateralidad en el aniversario del 1-O

Ciudad de Illa en el sur de Francia, en el Roselló. Allí se ocultaron “durante semanas” en palabras de Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, buena parte de las urnas de la consulta del 1-O que luego fueron llevadas a Cataluña. Ante un público de algo más de 300 personas, la mayoría jubilados, se ha celebrado el cuarto aniversario de la consulta para declarar la independencia de Cataluña. El tono victorioso de los participantes fue especialmente marcado en Carles Puigdemont que no viajó a Francia pero habló por videoconferencia erigiéndose en el último garante de la unilateralidad: “El 1 de octubre es un camino de confrontación inteligente en el que podemos derrotar al Estado español y este es un camino que tenemos que seguir recorriendo”. Tenemos la obligación de legar este camino a las nuevas generaciones.

Todos los discursos fueron en la misma línea. Desobediencia, desafío al Estado y mucho acto simbólico. Jordi Cuixart y su “ho tornarem a fer”. Se organizó una caravana de Illa a Figueres y se cargaron las urnas en los vehículos a ritmo de procesión. En el acto estuvieron presentes la presidenta del Parlament Laura Borràs, y los exconsellers e indultados Jordi Sànchez Jordi Turull, el presidente de Demòcrates, Toni Castellà; además del senador el senador Jordi Martí (ERC) y los diputados de la CUP Dani Cornellà y Montserrat Vinyets.

En todo caso, muy poca gente y actos dispersos por toda Cataluña para disimular la escasa movilización del soberanismo cuatro años después. El pasado domingo se tuvo que desconvocar de tapadillo la manifestación de apoyo a Puigdemont en Barcelona por falta de asistentes. Si se trata de defender la unilateralidad, no parece que la mayoría del independentismo esté por esta alternativa. Si la calle es un termómetro de la vitalidad del movimiento, éste está muy lejos de su punto álgido.

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Los indultos no existen

Como si el Gobierno español no los hubiese indultado, Jordi Cuixart espetó a los presentes: “El Estado español no querría que estuviésemos aquí, ni Jordi Turull, y tampoco lo querría el Estado francés pero aquí estamos porque somos los Païssos Catalans”.

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“Ni mesa de diálogo, ni nuevo referéndum ni olvido ni perdón”, clamó la alcaldesa de Banys d'Arles, Marie Costa. Como todo el acto, había una descalificación implícita de la estrategia que defiende Pere Aragonès desde la Generalitat.

Por su parte Paluzie en su parlamento pidió “unidad”, lo mismo que antes había hecho Cuixart. En opinión de la presidenta de la ANC, la victoria del independentismo llegará con "persistencia, combate democrático y la mezcla de realismo e imaginación, como ya se demostró el 1 de octubre”.