Iglesias se coloca en el grupo de investigación que dirigía su ministro Manuel Castells
Al exvicepresidente del Gobierno le crearon un proyecto a medida, en el que trabajará a tiempo muy parcial, jornada del 25%
Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, regresa al ámbito universitario como investigador para analizar el discurso político en las redes sociales. El exvicepresidente del Gobierno, que abandonó la primera línea política tras el fiasco de las elecciones madrileñas del 4-M, arrasado por Isabel Díaz Ayuso, aterriza tras unos meses de 'impasse' como investigador en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Y, curiosamente, Iglesias se ha logrado colocar en un equipo de trabajo que hasta el año pasado estaba dirigido por Manuel Castells, al que precisamente designó ministro de Universidades, en la cuota de los comunes.
Tanta casualidad no puede ser fortuita, comentan en la comunidad de profesores. La UOC, según reconocen fuentes de esta entidad a El Confidencial, cuenta con 51 grupos de investigación y más de 500 especialistas. Tiene dos grandes paraguas que engloban toda la labor que en este terreno hace la institución: el Internet Disciplinary Institut (IN3) y el Health Center, además de un centro de innovación en el aprendizaje, el eLearn Center.
Manuel Castells, el ministro de Ada Colau, fue director del IN3 entre 2008 y 2013. Desde entonces, pasó a liderar el grupo de investigación Communication Networks & Social Change (CNSC) hasta que fue nombrado ministro en enero del año pasado. Y Pablo Iglesias, el que fue su jefe de filas moradas en el Gobierno, ha recaído, precisamente, en el último. Comenzará su nueva labor el próximo 15 de septiembre. Se encargará de un proyecto que lleva el título de ‘Análisis de discursos ideológicos en las redes sociales. El caso de la comunicación política en red en España’.
Trabajará solo en el proyecto
Según manifestaron fuentes de la UOC a este diario, el proyecto, con una duración de un año, “tiene como objetivo identificar diferentes discursos políticos en las redes sociales, analizar los significados y agentes clave de los mismos, situar ideológicamente estos discursos y analizar sus transformaciones y relaciones en el tiempo”. Pero en él solo trabajará el exvicepresidente. “Se ha previsto una sola persona para llevar a cabo el proyecto, por lo que no realizará el trabajo conjuntamente con otros investigadores. En todo caso, dada su incorporación a las dinámicas específicas del grupo CNSC, podrá cooperar e interactuar con otras especialistas que llevan años trabajando sobre la comunicación, la sociedad en red y los riesgos y posibilidades de la tecnología para la justicia social y la democracia”.
De esta situación es fácil deducir que el suyo fue un proyecto hecho a medida, lo que acrecienta la sospecha de que fue una ‘puerta giratoria’ la que abrió el exlíder de Podemos. No es que el suyo sea un salario estratosférico: su jornada será de un 25% y cobrará 8.400 euros, lo que no es mucho. Pero, como advierten fuentes universitarias a este diario, “podría acogerse al artículo 22 de la Ley de Investigación e ir renovando contrato durante cinco años y, además, complementar con otras colaboraciones anuales su salario en esta entidad, que también le permite la ley”.
¿Puede haber intervenido la mano de Manuel Castells en el camino recorrido por Iglesias a través de la puerta giratoria de la UOC? Es imposible afirmarlo con seguridad. Desde la universidad, subrayan que “la contratación de investigadores se produce a través de un proceso de selección, no a partir de recomendaciones”. Pero el debate en la comunidad universitaria está ahí, precisamente por la vinculación del ministro con el grupo de investigación que ha contratado al exvicepresidente.
El CNSC desarrolla investigaciones sobre los cambios sociales estudiando las nuevas formas de participación civil y de expresión política y analizando el papel de la comunicación móvil entre grupos sociales no centrales. Uno de los proyectos que tiene abiertos, en el que intervienen 13 personas, lleva el título ‘Participación ciudadana, desarrollo tecnopolítico y comunicación en red a través del Decidim’. El Decidim es la estrategia de comunicación puesta en marcha por Ada Colau en Barcelona y con la que justifica sus iniciativas. Fue a través de esa red por la que convocó a los barceloneses para que presentasen proyectos a los que destinar 30 millones de euros de los próximos Presupuestos municipales. Votaron unos 48.000 ciudadanos (menos del 3% del censo) en esa consulta que duró meses y algunas propuestas resultaron inasumibles. Pero con esa estrategia movilizó a las bases de los comunes que, de ese modo, aprovecharon para demandar iniciativas en consonancia con su ideario, sobre todo en materia de carriles bici, de 'pacificación de calles' (es decir, cerramiento al tráfico) y de creación de huertos urbanos.
Pablo Iglesias, exlíder de Podemos, regresa al ámbito universitario como investigador para analizar el discurso político en las redes sociales. El exvicepresidente del Gobierno, que abandonó la primera línea política tras el fiasco de las elecciones madrileñas del 4-M, arrasado por Isabel Díaz Ayuso, aterriza tras unos meses de 'impasse' como investigador en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Y, curiosamente, Iglesias se ha logrado colocar en un equipo de trabajo que hasta el año pasado estaba dirigido por Manuel Castells, al que precisamente designó ministro de Universidades, en la cuota de los comunes.