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El informe psicológico de los presos del 1-O: de depresión a bloqueo emocional
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REALIZADO POR LOS PSICÓLOGOS DE LA ANC

El informe psicológico de los presos del 1-O: de depresión a bloqueo emocional

Todos ellos han padecido depresión, angustia e irritación, y dejan entre interrogantes si pueden tener mayores secuelas psicológicas a largo plazo

Foto: Los siete dirigentes independentistas presos en la cárcel de Lledoners. (EFE)
Los siete dirigentes independentistas presos en la cárcel de Lledoners. (EFE)
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Los presos catalanes condenados por el 1-O han padecido en estos últimos años diversas dolencias provocadas por la “privación de libertad decretada injustamente”. Lo dice un informe de Psicólogos por la Independencia, la sectorial de psicología de la Asamblea Nacional Catalana, que ha redactado un extenso informe sobre el estado de ánimo y mental de los condenados, aunque trufado de reflexiones políticas claramente escoradas hacia el soberanismo.

Según los profesionales que analizan la salud psíquica de Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Jordi Cuixart, Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Forn, Raül Romeva, Carme Forcadell y Dolors Bassa, todos ellos han padecido depresión, angustia e irritación, y dejan entre interrogantes si pueden tener mayores secuelas psicológicas a largo plazo, aunque apuntan que pueden haber pasado por el fenómeno conocido como ‘indefensión aprendida’, que llega a provocar “pesimismo crónico y bloqueo emocional”.

Foto: Los políticos catalanes procesados por el Tribunal Supremo. (Reuters)

El informe en cuestión, titulado ‘Impacto psicológico del cierre en la prisión agravado por una privación de libertad decretada injustamente’, lleva fecha de finales de agosto pasado. Parte de la supuesta base de que puede haber condenas o privaciones de libertad erróneas (pone como ejemplos los de Arnaldo Otegi o el expresidente del Barça Sandro Rosell) y espeta: “Por estos motivos, los profesionales de la psicología nos mostramos preocupados por lo que esto comporta a la persona que lo padezca. La primera pregunta que nos podemos hacer es: ¿cuál ha sido el objetivo de esta privación de libertad? ¿Ha sido justa y de acuerdo con parámetros jurídicos? ¿Es coherente y adecuada para resocializar conductas inapropiadas?”.

Advierte el informe de que algunas de las medidas penales en los últimos años han sido dictadas “para castigar y no para rehabilitar y resocializar las conductas que marca nuestro marco jurídico”. Y sienta las bases de una calificación vista a través de un prisma ideológico cuando subraya que “en la misma línea, corroborada por numerosos juristas, argumentan que nuestros presos políticos han tenido una prisión preventiva desproporcionada, un juicio injusto, en el que no les han garantizado sus derechos y la consiguiente sentencia que refleja la ignominia de todo ello”.

Foto: Imagen tomada de la señal institucional del Tribunal Supremo durante la 52ª y última sesión del juicio del 'procés'. (EFE)

Así, los psicólogos de la ANC advierten: "La vivencia de restricción de derechos fundamentales y de un proceso judicial sin garantías es un riesgo para la integridad física y, a menudo, mental de la persona (…) Nuestros presos políticos defendieron pacíficamente sus ideas y las de los ciudadanos que los escogieron, de manera democrática, por mayoría, y ahora se encuentran que han de vivir una vida paralela en prisión, privados de libertad".

Los procesos mentales y el autoconocimiento

El informe destaca algunas de las patologías que provoca la prisión a los reclusos, desde alteraciones en los ámbitos afectivo, cognitivo y emocional hasta la aparición de un sentimiento de miedo, de impotencia y de incerteza al estar apartado de su hábitat natural. Con la privación de libertad, un individuo está sujeto a la pérdida de autonomía, de calidad de vida en sus relaciones interpersonales, de intimidad sexual, o desajustes en su entorno más cercano. Asimismo, puede sufrir desregulaciones en el sueño y el apetito, la pérdida de sentidos sensoriales como el olfato y alteraciones visuales por el hecho de vivir en espacios muy reducidos. Hay, asimismo, normas estrictas que cumplir, registros frecuentes, interpretación diferente de la noción del tiempo, limitación de las comunicaciones, lejanía de los seres queridos y limitaciones varias.

“En este proceso, algunas de las presas y presos políticos experimentaron el padecimiento de la huelga de hambre [algunos de los condenados vinculados a JxCAT iniciaron una huelga de hambre que pronto abandonaron], de los traslados de prisión con humillaciones, vejaciones y deshumanización de la persona. De ninguna manera hemos de normalizar las situaciones de esta realidad injusta y desproporcionada, pero tampoco podemos menospreciar las posibles secuelas que podrían quedar una vez abandonen el estado de anormalidad al cual han estado expuestos”.

Foto: Juan Bautista Sanjuán.
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Aseguran los psicólogos que los presos catalanes del 1-O han hecho “un gran trabajo con respecto al crecimiento personal”. Pero subraya que “después de haber pasado por las diferentes etapas de depresión, angustia, irritación… han tenido la capacidad de atenuar el padecimiento psicológico que esta privación injusta de libertad les ha provocado, conectándose con el momento presente. Este hecho ha fortalecido sus principios, valores y derechos, contemplados en la Declaración de Derechos Humanos, y se han alineado para mantenerse en el compromiso de defenderlos e intentar vivir una vida lo más digna posible”.

Añaden, además, que algunos “factores interpersonales”, como el autoconocimiento y el autoconcepto, les ayudaron a pasar esas depresiones, al ser “factores de resiliencia”. Por otro lado, las intensas campañas en su favor por parte de plataformas, asociaciones y partidos, así como la frecuente concentración de piquetes independentistas frente a las cárceles para apoyar a los reclusos, sirvieron para que se mantuviesen conectados a la realidad de la calle y para sentirse apoyados psicológica y moralmente.

Foto: Manifestación a favor de la libertad de los presos del 'procés'. (Reuters) Opinión
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“Es preciso tomar conciencia, pues, de que sin el apoyo y el calor recibido por la mayor parte de la sociedad, la adaptación a esta situación tan injusta que están viviendo hubiese sido mucho más complicada y tendría secuelas psicológicas más graves”. Destaca, asimismo, el informe que en la esfera emocional el preso pasa por diferentes fases: “Tanto se puede mostrar optimista, con ilusión y entusiasmo real y sereno en la convicción en los propios principios y en la aceptación de los sacrificios que comporta, como, opuestamente, puede mostrar confusión emocional, en la cual afloran dudas y pensamientos que hacen temblar el día a día de todo este proceso adaptativo. Se produce el efecto de ‘indefensión aprendida’, uno de los mecanismos que pueden provocar una situación de pesimismo crónico y bloqueo emocional”. El informe subraya en negrita esta última frase.

La incógnita de daños a largo plazo

La sectorial de la ANC afirma en el texto que “vale la pena reflexionar, sin embargo, que si la privación de libertad es decretada judicialmente por un proceso justo, que garantice los derechos de los acusados, y acotado al marco jurídico vigente, será resocializadora y motivadora de cambio a fin de rehabilitar las variables desajustadas. Pero en el caso de nuestros presos y presas políticas, la privación de libertad es consecuencia de la ignominia, la venganza y la represión del Estado. La duda y la preocupación más grande es cómo afectará psicológicamente a largo plazo el impacto de esta situación injusta, tanto para los mismos presos políticos como para sus familiares. ¿Cómo y quién reparará este daño sufrido?”.

El informe realiza una alusión también a los fugados. “No querríamos acabar sin tener presente otra pérdida de libertad: el exilio. Unos daños difícilmente cuantificables y no menores, ya que se suman la incertidumbre de su duración y la posibilidad de no volver allá donde naciste”.

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Los condicionamientos políticos de que adolece el informe son consecuencia del prisma ideológico a través del que se redactan e interpretan los datos obtenidos. Pero cobran toda su relevancia en el último párrafo, donde Psicólogos por la Independencia se compromete a trabajar para “empoderar a la gente con las herramientas psicológicas necesarias para aguantar y vencer el embate de un Estado represivo, autoritario, que aplica el derecho penal del enemigo. También es preciso que tengamos conciencia de que el nuevo marco mental con el que hemos de trabajar es el de una república catalana ya declarada, desligándonos así del último vínculo con el Estado que nos mantiene subordinados, el represivo”. Conociendo estos mimbres, el informe es mucho más fácilmente comprensible y ubicable.

Los presos catalanes condenados por el 1-O han padecido en estos últimos años diversas dolencias provocadas por la “privación de libertad decretada injustamente”. Lo dice un informe de Psicólogos por la Independencia, la sectorial de psicología de la Asamblea Nacional Catalana, que ha redactado un extenso informe sobre el estado de ánimo y mental de los condenados, aunque trufado de reflexiones políticas claramente escoradas hacia el soberanismo.

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