El 'coladero' del Segrià: cien maneras de escapar del aislamiento en Lleida
El rumor de que el Govern decretará el confinamiento domiciliario cuando concluya la selectividad ha empujado a vecinos del Segrià a zafarse del blindaje policial por las pistas agropecuarias
Residentes del Segrià están burlando el cerco de los Mossos d'Esquadra utilizando los caminos vecinales que conectan el área confinada con Aragón y con las tres comarcas anexas catalanas que han quedado fuera del perímetro clausurado por la Generalitat para impedir la expansión del covid-19 (la Noguera, las Garrigas y el Pla d'Urgell). Hace más de tres días que se ha extendido el rumor de que el Gobierno podría decretar el encierro domiciliario de los 210.000 habitantes atrapados en la nueva zona cero del coronavirus tan pronto como, el viernes al mediodía, concluyan las pruebas de selectividad que se están celebrando en Lleida. Ello ha empujado a gente a dejar a toda prisa los municipios por temor a que le arruinen las vacaciones o, simplemente, porque no desean volver a pasar por la experiencia de un encierro forzoso.
Cuando el pasado sábado se decretó el confinamiento territorial de la comarca, se destinaron 200 policías y al menos un helicóptero a custodiar los 25 puntos de control que cierran los principales accesos a la comarca. Desde entonces, no es posible atravesar el cordón sanitario sin un permiso de trabajo. Claro que solo en teoría, porque el sellado de la zona dista de ser hermético. La comarca es vasta (1.390 kilómetros cuadrados) y de orografía poco o nada accidentada, lo que también la hace muy porosa. Serían necesarios muchos más agentes para blindar durante los tres turnos no solo las principales carreteras sino las pequeñas vías secundarias y las docenas de caminos de tierra agropecuarios que la surcan.
“La gente está hasta arriba”, dice la profesora Pilar Lacambra. “Todo el que tiene casa en la montaña o en la playa ha huido o está tratando de hacerlo. No hablamos solo de unos pocos. Muchos lo han hecho o están a punto de hacerlo. Ayer se fueron tres de mis vecinos. Hoy me escaparé yo junto a mi hija”. Lacambra, de hecho, consiguió zafarse del cerco policial dos horas después de nuestra entrevista, sirviéndose de uno de los caminos situados al oeste del perímetro confinado. Las fotografías que acompañan a este reportaje muestran el horizonte libre y despejado de cualquier obstáculo policial. A esas mismas horas, también los caminos que conectan con Belloch (Pla d'Urgell) estaban completamente expeditos, lo que ha sido aprovechado por los viajeros de otra media docena de vehículos para abandonar el área objeto de las restricciones.
Lacambra consiguió zafarse del cerco policial horas después de nuestra entrevista, sirviéndose de uno de los caminos al oeste del perímetro confinado
Estas pistas rurales no están siendo únicamente utilizadas para escapar al otro lado del cordón sanitario. Entre quienes viven en la periferia de ciudades como Lleida y el centro de los municipios, se interponen casi a diario estos controles que provocan colas kilométricas a la entrada y la salida. Los caminos están sirviendo también para zafarse de los Mossos y evitar los atascos que generan los bloqueos de las vías.
“Sabemos que la policía carece de efectivos para ocuparse de los accesos secundarios. El Gobierno juega con la buena disposición de los vecinos —añade Lacambra—. Muchos ya no saldrán, porque su mera presencia les persuade de hacerlo. Pero también hay mucha gente que acabó hasta las narices de estar en casa durante la cuarentena y que no tiene la menor intención de volver a quedarse atrapada mientras al otro lado del Segrià se circula sin restricciones. Todas las entradas a Lleida tienen caminos rurales alternativos que están siendo utilizados para huir de la ratonera. Me decían mis vecinos, tras burlar el cerco, que se sentían como fugitivos”.
"Sabemos que la policía carece de efectivos para ocuparse de los accesos secundarios. El Gobierno juega con la buena disposición de los vecinos"
Consultada acerca de estos hechos, la regidora de Educación y Derechos Civiles del Ayuntamiento de Lleida, Sandra Castro, indicó que carecía de información acerca de la supuesta huida de los residentes. “Lo que sí sabemos es que el confinamiento territorial ha provocado mucho enfado entre la gente que pensaba irse de vacaciones o que proyectaba mandar a sus hijos de colonias, y que no ha podido hacer ni una cosa ni la otra. El gran tráfico rodado va por autovías, autopistas y carreteras nacionales, y en esas vías hay controles policiales en todos los accesos. Lo que está claro es que si alguien quiere burlar la vigilancia, lo consigue”.
La primera de las grandes 'estampidas' se produjo el pasado fin de semana. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, anunció alrededor de las 11 del sábado que iba a confinarse todo el perímetro de la comarca, al tiempo que concedía un periodo de gracia hasta las cuatro de la tarde para que los no residentes abandonaran el área. Muchos lo hicieron sirviéndose del ferrocarril o abandonando el Segrià por carretera.
Residentes del Segrià están burlando el cerco de los Mossos d'Esquadra utilizando los caminos vecinales que conectan el área confinada con Aragón y con las tres comarcas anexas catalanas que han quedado fuera del perímetro clausurado por la Generalitat para impedir la expansión del covid-19 (la Noguera, las Garrigas y el Pla d'Urgell). Hace más de tres días que se ha extendido el rumor de que el Gobierno podría decretar el encierro domiciliario de los 210.000 habitantes atrapados en la nueva zona cero del coronavirus tan pronto como, el viernes al mediodía, concluyan las pruebas de selectividad que se están celebrando en Lleida. Ello ha empujado a gente a dejar a toda prisa los municipios por temor a que le arruinen las vacaciones o, simplemente, porque no desean volver a pasar por la experiencia de un encierro forzoso.
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