Torra aprueba los Presupuestos de la Generalitat y dar oxígeno a la legislatura

El presidente catalán Quim Torra logrará este viernes su mayor victoria política desde que llegó por sorpresa al Palau de la Generalitat: aprobar unos Presupuestos, algo que no se lograba en Cataluña desde 2017. Además, lo hace en plena pandemia, cuando la mayoría de las cámaras parlamentarias de Occidente están cerradas o han reducido al mínimo su actividad. Estos Presupuestos catalanes son un accidente, pero combinados con otro accidente, la plaga del coronavirus, provocan un tercero: que Torra, que iba a ser un presidente breve, casi pueda acabar mandato, siempre que el Tribunal Supremo no lo impida. Así, se suma la triple carambola: un presidente accidental, unos Presupuestos de chiripa y una legislatura completa con la que nadie contaba, ni el propio Torra.

La pandemia provocará que la sesión de este viernes sea maratoniana. Durará 12 horas, porque además de aprobar las cuentas y la Ley de Acompañamiento, que incluye muchos nuevos impuestos que ahora resultará difícil implementar, Torra también se someterá a una sesión de control para dar cuenta de su gestión de la crisis sanitaria. Con el bar del Parlament cerrado, la jornada se va a convertir en un 'tour de force' para la veintena de diputados que participarán de manera presencial.

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La portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, animó ayer a todos los grupos, incluidos los de la oposición, a votar a favor de los Presupuestos, que en este momento solo apoyan los comunes. "Hoy vivimos momentos de excepcionalidad. Por eso, pedimos al resto de partidos de la oposición que reflexionen y entiendan que mañana se debatirán y aprobarán los mejores Presupuestos posibles ante la emergencia sanitaria", ha lanzado Budó desde la rueda de prensa diaria de la Administración catalana.

Pero esta declaración es poco menos que un brindis al sol. En la misma rueda de prensa, Budó tuvo que reconocer que en estos días no se ha contactado con ningún grupo para recabar su apoyo y buscar una especie de Presupuestos de salvación nacional, en un momento en que ya han muerto más de 9.000 catalanes en menos de dos meses. Por mucho coronavirus que haya en Cataluña, la unión política es solo un deseo remoto.

Al contrario, ha habido una lucha soterrada por las cuentas, que en el fondo hace imposible cualquier acuerdo. Cs presentó una batería de enmiendas para destinar 165 millones de los Presupuestos a la reconstrucción de Cataluña tras la pandemia. Pero la iniciativa murió en la Mesa del Parlament, que ni siquiera aceptó que el partido de Inés Arrimadas presentase las propuestas, alegando que las mismas habían llegado fuera de plazo. Algunas fuentes apuntan a que uno de los problemas de la propuesta de Cs es que detraía esos 165 millones de gasto de partidas a favor de organismos que apuestan por la causa independentista.

Con los Presupuestos aprobados y sin que nadie cuestione su presidencia, Torra puede intentar agotar la legislatura. Ya ha dicho que ahora no convocará elecciones. El único escollo es que el Tribunal Supremo le inhabilite por la desobediencia de la pancarta. Pero con la Justicia paralizada, Torra podría acabar 2020 como presidente de la Generalitat. Lo que nadie preveía.

Rehacer las cuentas

Una vez que haya cuentas en vigor, el primer objetivo del vicepresidente, Pere Aragonès, es redirigir el foco del gasto hacia la epidemia y el relanzamiento económico de Cataluña. Pero, como siempre se ha defendido desde la Conselleria de Economía, es mejor hacer esto con unos Presupuestos nuevos que con los que hay en vigor ahora, que son de 2017. Los Presupuestos prevén un incremento de los gastos no financiaros de la Generalitat de 3.000 millones.

Una vez aprobadas la cuentas, la Generalitat redirigirá el foco del gasto para poder hacer frente a las necesidades provocadas por la pandemia

Aragonès denunció que solo el hacer frente a la epidemia supondría para las arcas públicas de la Generalitat 1.800 millones de euros de gasto adicional. El Gobierno quiere cubrirlo con incrementos del Fondo de Liquidez Autonómica, pero Budó, este jueves, exigió que “el Gobierno inyecte liquidez en la Generalitat”. Es decir, pidió dinero a fondo perdido.

Los comunes, perdedores

Si hoy toda va como está previsto, los paganos de la fiesta serán los comunes. Pactaron unos Presupuestos sociales que debían sobre todo favores al denominado tercer sector y subir los impuestos. Pero tras la pandemia, esos parámetros han cambiado de manera radical. Ahora, la subida de impuestos quedará muy lejos de obtener los ingresos fiscales previstos. Y el exceso de gasto será absorbido por Salut e investigación, mientras que partidas sociales como aquellas a que aspiraban los de Ada Colau se aparcarán por las necesidades de una reconstrucción y una economía destrozada, con sectores como el turístico que pueden pasar todo 2020 sin facturar un euro.