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JxCAT quiere servirse de la CUP para apretar a ERC y hacer España ingobernable
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Extrañas coincidencias entre ambos

JxCAT quiere servirse de la CUP para apretar a ERC y hacer España ingobernable

La reunión entre el líder de los republicanos, Gabriel Rufián, y la socialista Adriana Lastra hizo saltar todas las alarmas en las filas postconvergentes y en el cuartel general 'cupero'

Foto: La portavoz de JxCAT en el Congreso, Laura Borràs, y el portavoz en el Parlament, Eduardo Pujol. (EFE)
La portavoz de JxCAT en el Congreso, Laura Borràs, y el portavoz en el Parlament, Eduardo Pujol. (EFE)

Cartas y mensajes cruzados, avisos crípticos y desconfianza mutua. Todo eso, junto con mucha tensión, es el ambiente que se ha instalado en la galaxia independentista catalana este viernes. La reunión entre el líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, y la socialista Adriana Lastra hizo saltar todas las alarmas en JxCAT y en la CUP, que desenfundaron todas sus armas y apuntaron con su artillería hacia los republicanos. De hecho, los hombres de Puigdemont ya habían avisado a Esquerra de la necesidad de mantener una postura común ante la investidura para obligar a Pedro Sánchez a sentarse a negociar el derecho de autodeterminación y un referéndum de independencia. O eso o el caos: si no se produce la negociación propuesta, es preciso hacer España ingobernable. Y la reunión de alto nivel entre PSOE y ERC podía ser la avanzadilla de un pacto que no se puede permitir, al menos para un sector del independentismo.

Por eso, este viernes hubo tres cosas a destacar en la política catalana: primero, el toque de atención de la líder de JxCAT, Laura Borràs, llamando a una 'cumbre' de JxCAT, ERC y la CUP para pactar un frente común frente al pacto PSOE-Podemos. Ahí, los postconvergentes esperan poder doblegar la voluntad de los republicanos, con el apoyo entusiasta de los 'cuperos'. Luego, hubo un llamamiento de la CUP exponiendo exactamente los mismos argumentos que Borràs. Y, por último, una carta oficial de Rufián (que también firmaba Marta Vilalta, portavoz de ERC), en la que pedían un encuentro con JxCAT (y con ERC, y con Bildu, pero por separado) para consensuar la "unidad de acción".

"El que se salga del guion será maldecido", opina un dirigente independentista consultado por El Confidencial. Desde los sectores republicanos la lectura que se hace de la situación es muy sencilla: "¿Por qué JxCAT quiere una reunión a tres bandas? Muy sencillo: para presionar a Esquerra. Esa 'cumbre' sería una partida de dos contra uno", replica una fuente de esta formación.

Presión en la calle

Es, añaden, un eslabón más en la cadena de presiones con que los postconvergentes suelen atornillar a los republicanos. "Es que siempre que los sondeos demoscópicos les auguran resultados pobres, recurren al frente unitario y a la lista unitaria. En este caso, los electores hablaron en las urnas y las posiciones y preferencias quedaron claras, ¿no? ¿Por qué se empeñan entonces en seguir manteniendo posicionamientos minoritarios como si fuesen mayoritarios? Los electores dieron su confianza a ERC en las elecciones y ellos deberían aceptarlo", subrayan las fuentes.

A nadie se le escapa tampoco que la presión de JxCAT pasa por movilizar la calle contra sus rivales. Lo hicieron durante la campaña electoral, en la que las territoriales de la ANC llamaron a votar a la 'pinza' JxCAT y CUP frente a ERC. Y encima de la mesa está la amenaza de una campaña en la calle para acusar a ERC de 'botiflera' (traidora). "Hay gente capaz de enviar cada día a un destacamento de CDR o de 'tsunamis' a la puerta de la sede de ERC para hacer ruido, presionarnos y dañar nuestra imagen", critican desde las filas republicanas.

Foto: Ramón Cotarelo y Gabriel Rufián.

Laura Borràs había dejado caer en la mañana de este viernes que la reunión tripartita del soberanismo debía servir para adoptar una respuesta única a Madrid, después de que ERC rechazase tanto una lista unitaria como el grupo único en el Congreso. La dirigente de JxCAT hablaba de no dar un "cheque en blanco" al gobierno español y rechazaba el pacto de Pedralbes como marco de salida para hablar con el nuevo Ejecutivo. Su posicionamiento ahora va más allá y habla de amnistía, de garantía de derechos sociales y políticos y de referéndum de autodeterminación. Los pactos de Pedralbes ya están enterrados para los postconvergentes.

Las extrañas coincidencias

Un posicionamiento, curiosamente, mucho más cerca de los postulados de la CUP que del independentismo posibilista de Esquerra. En un documento aprobado por el secretariado nacional de Poble Lliure (el principal partido de los que componen la CUP) este viernes, se llama a boicotear el pacto entre PSOE y Podemos porque es "uno de los últimos esfuerzos para el blanqueamiento del régimen y el alargamiento de los privilegios de sus gestores".

Y se exponen en el documento los ejes principales de su estrategia: "Emplazamos a ERC, JxCAT y la CUP a mantener una actitud firme: no puede haber estabilidad sin una resolución democrática del conflicto entre el pueblo catalán y el Estado español". Para Poble Lliure, "el papel de las fuerzas independentistas ha de ser el de favorecer las condiciones para la Ruptura Democrática (sic), que en el contexto actual quiere decir trabajar para la agudización de la inestabilidad hasta que el Estado y los poderes fácticos se avengan a negociar una solución democrática al conflicto: Paz, Amnistía y Autodeterminación".

Dice también, parafraseando a Quim Torra o a la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie: "La movilización popular y la resistencia civil masiva y no violenta son la vía para la libertad, la ruptura democrática y la República Catalana. Los 'cuperos' acusan a Podemos de ser la 'muleta del régimen'".

Por si fuera poco, los dos diputados electos de la CUP, Mireia Vehí y Albert Botran (representante de Poble Lliure), emplazaron este viernes a los otros dos partidos a negociar un posicionamiento conjunto en materia de defensa de los derechos sociales, de la autodeterminación y de la amnistía. Exactamente el mismo mensaje (con esos tres ejes) que lanzaba Borràs a la misma hora.

"Una pinza en toda regla"

Ante ello, lo que entrevén los republicanos en esta oferta es "una pinza en toda regla. Nosotros estamos dispuestos a hablar con todos, incluso con otras fuerzas independentistas no catalanas". Gabriel Rufián no quiso añadir leña al fuego, pero sí retuiteó desde su cuenta dos opiniones paradigmáticas. Una, de Eduard Voltas, exsecretario de cultura de la Generalitat y voz de referencia para los republicanos: "Creo que los independentistas que quieren un bloqueo total tuvieron la oportunidad de votar a la CUP el día 10 y el resultado fue de 2 diputados de 23. Es posible que me equivoque, pero la gran mayoría del voto independentista ha dicho que rechaza tanto el bloqueo como la investidura gratis".

La otra, de Lluc Salellas, miembro del secretariado de la CUP: "Los que hemos padecido un 'pressing' con todas las malas artes del mundo (en aquel caso de los grandes partidos independentistas) podemos sentir empatía por lo que vive la gente de ERC estos días. Aprendí mucho de aquellas semanas, de los errores propios y de otros, y no se lo deseo a nadie". Un mensaje con carga críptica, que se refiere a la presión de PSOE y Podemos sobre ERC, pero que se puede entender de manera totalmente contraria si se enmarca dentro del 'pressing' postconvergente hacia los republicanos. Y así es como lo quieren leer determinados sectores de Esquerra.

De lo que no hay duda es de que, aunque desde JxCAT se insista en que el pacto de ERC con Podemos para bendecir al nuevo Gobierno de Pedro Sánchez ya está suscrito, lo único que parece claro, de momento, es una pinza ("¿Con pacto oculto?", ironizan desde ERC) de los postconvergentes con la CUP para atar en corto a Esquerra.

Cartas y mensajes cruzados, avisos crípticos y desconfianza mutua. Todo eso, junto con mucha tensión, es el ambiente que se ha instalado en la galaxia independentista catalana este viernes. La reunión entre el líder de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, y la socialista Adriana Lastra hizo saltar todas las alarmas en JxCAT y en la CUP, que desenfundaron todas sus armas y apuntaron con su artillería hacia los republicanos. De hecho, los hombres de Puigdemont ya habían avisado a Esquerra de la necesidad de mantener una postura común ante la investidura para obligar a Pedro Sánchez a sentarse a negociar el derecho de autodeterminación y un referéndum de independencia. O eso o el caos: si no se produce la negociación propuesta, es preciso hacer España ingobernable. Y la reunión de alto nivel entre PSOE y ERC podía ser la avanzadilla de un pacto que no se puede permitir, al menos para un sector del independentismo.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) Gabriel Rufián Pedro Sánchez Quim Torra
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