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Las ausencias en Sitges muestran el divorcio entre los empresarios y la Generalitat
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NUEVOS PLANES ECONÓMICOS DEL INDEPENDENTISMO

Las ausencias en Sitges muestran el divorcio entre los empresarios y la Generalitat

El 'procés' provocó la fractura política en la comunidad, hasta el punto de que los políticos de un color no se hablan con los de otro color, algo inaudito en la cámara

Foto: El presidente de la Generalitat. (EFE)
El presidente de la Generalitat. (EFE)

La XXXV reunión del Círculo de Economía que se celebró en Sitges (Barcelona) desde este jueves hasta el sábado es un termómetro de la deriva del Gobierno catalán y, especialmente, de las fuerzas vivas del soberanismo y su peculiar forma de actuar. En uno de los principales foros económicos de España, la reunión sirvió para poner negro sobre blanco el divorcio entre la economía y la actual cúpula de la Generalitat, inmersa en su particular conquista de la República.

El 'procés' provocó la fractura política en la comunidad, hasta el punto de que los políticos de un color no se hablan con los de otro color, algo inaudito en la cámara. Ahora le toca el turno a la economía: está a punto de culminar la fractura económica. Los grandes empresarios que representan al Ibex 35 comienzan a ser señalados y, por ello, expulsados de cualquier vinculación con el poder político.

Foto: Pedro Sánchez durante su intervención en el Círculo de Economía de Sitges. (EFE)

La Generalitat quiere crear su propio Ibex, un ejército de pequeños empresarios entregados a la causa y poniendo todos sus recursos al servicio de una estructura de poder. Ya han avisado en muchas ocasiones los líderes del 'procés' que cuando Cataluña sea una República "no olvidaremos" el papel que ha jugado cada uno. Una amenaza nada disimulada.

El cruce de mensajes entre el presidente catalán y el empresariado es una radiografía fiel de la tensión acumulada. Los empresarios quieren trabajar y que les dejen hacer. El 'president' Quim Torra quiere que le ayuden a implementar la República. Ya lo dijo a los suyos cuando llegó a la Generalitat hace un año: "Yo vengo a hacer la República. Y si no puedo, me voy". Una frase que incluso destacados líderes del 'procés' critican ácidamente en privado.

Un importante financiero explica a El Confidencial que "un 'president' normal hubiera aprovechado este foro para hacer un balance del año que lleva en la presidencia. Era el mejor lugar para hacerlo por la audiencia que tenía enfrente. Y podría haber presentado propuestas de futuro ilusionantes. Pero prefirió el mitin político estéril". En fin, una oportunidad de oro perdida para hacer política de verdad. Claro que poco hubiera podido explicar, puesto que en el año justo que lleva como 'president' no aprobó ni una sola ley.

Ausencias sonadas

La plasmación de esa fractura y el divorcio del empresariado y la política se vio estos días en la bella localidad barcelonesa. Solo hace falta echar una mirada a las ausencias y las presencias. El negativo de la fotografía de familia da una idea de por dónde van los tiros. La 'nueva burguesía', el empresariado del 'procés' más radical, el empresariado servil con la ruptura, no apareció por Sitges. El radicalismo no comulga con el sentido común. Estuvieron el presidente de la Generalitat, Quim Torra (fue el inaugurador del acto), el vicepresidente, Pere Aragonès, y la consejera de Empresa, Àngels Chacón. Era la exigua representación institucional.

Y hubo una pequeña representación del PDeCAT, al tiempo que una amplia representación del PSC. Pero de los demás, nada de nada. La cúpula de Esquerra, ausente. Y de JxCAT, ni que decir tiene que ni hubo representación.

Resultan curiosas otras ausencias en el foro: la cúpula del PP brilló por su ausencia. Ciudadanos también

Resultan curiosas otras ausencias en el foro: la cúpula del PP no apareció. Ciudadanos tampoco. No será por la ardua tarea de cerrar pactos a lo largo de toda España. En realidad, su ausencia está más justificada que la de los soberanistas, porque no tienen responsabilidades administrativas, como los independentistas. Pero tampoco se vio a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Y eso que pronunció una conferencia su jefe de filas, Pablo Iglesias. Sabido es que Colau no es amiga de estos actos. "Nunca me reúno con empresas", contestó airadamente en una ocasión. Eso, no obstante, es una verdad a medias, porque sí se ha reunido (en hermético secreto) con algunos representantes de grandes compañías. La obligación antes que la devoción.

Evidentemente, nadie de la ANC o de Òmnium Cultural acudió a la reunión. Estas organizaciones no acceden a un foro de estas características, aunque entre los clanes soberanistas se ha hablado ya sobre cómo asaltar ahora el Círculo de Economía. Tras conquistar la Fira de Barcelona con Pau Relat (un empresario con sentido de la realidad y la institucionalidad, todo sea dicho), el candidato apoyado por la soberanista Femcat, y las cámaras de Comercio (con la candidatura Eines de País y Joan Canadell a su frente), la ANC sueña ya con otros baluartes.

El intento fallido de asalto

Uno de ellos es el propio Círculo de Economía. Afortunadamente, su composición y su cometido no tienen nada que ver con instituciones como las Cámaras o la Fira. Xavier Faus será el próximo presidente de la entidad a partir del 24 de julio, mal que les pese a los independentistas. Las malas lenguas hablan de un adelanto del relevo en el Círculo para evitar que hubiese tiempo de armar una candidatura 'indepe'. Y eso que no se puede decir que Faus sea un unionista. De hecho, hace tiempo que el independentismo intentó aupar a Lluís Carulla al frente del Círculo. Demasiada significación en aquel momento. Falló el intento por el desequilibrio que hubiera supuesto el entonces empresario de referencia del 'procés'. En el Círculo hay independentistas, como es lógico. Pero, en su conjunto, la entidad cree que se han de respetar las leyes y las reglas democráticas. El fin no justifica los medios.

Pero en estos momentos está en las antípodas de otras instituciones, como la Cámara de comercio de Barcelona. El virtual nuevo presidente de esta, Joan Canadell, no figuraba en el listado del foro de Sitges. Eso quiere decir que no se había confirmado su presencia. Se podría disculpar porque aún no ha tomado posesión, pero la ausencia significa algo: la poca sintonía que puede haber en el futuro entre la Cámara y otras instituciones que no apoyan la ruptura radical. "Hasta ahora, las reuniones de la cámara eran interminables. Lo lógico era que duraran entre cuatro y seis horas. Y cuando había que hablar en términos serios, siempre había alguno que salía a poner sobre la mesa la necesidad de crear la República. Era una cantinela continua. Infumable. No quiero ni pensar cómo serán a partir de ahora. Quizá sería mejor olvidarse de la Cámara y seguir trabajando como si nada", explica a El Confidencial el representante de una de las grandes empresas de esta institución.

placeholder Joan Canadell durante una charla
Joan Canadell durante una charla

Los que faltaron en la cita de Sitges dibujan un inquietante panorama de la economía catalana. Los empresarios ya avisaron a Torra de que la economía pierde fuelle porque las instituciones no la acompañan con medidas. Pero Torra tiene sus propios empresarios que le quieren y arropan. "Curiosamente, en el minuto 1 recibió a los candidatos de Eines de País, cuando aún no se había ni acabado de contabilizar los votos", critica un empresario en conversación con este diario.

Es lógico: al poder político le interesan otras cosas, como el control de los resortes económicos y financieros de Cataluña. Ese control solo se conseguirá a través de una nueva generación de empresarios 'afines al régimen' que conforman lo que será el Ibex catalán. Es un Ibex más político que económico cuya misión es romper el monopolio de Fomento, la hasta ahora poderosa organización patronal catalana. El 5 de junio, se votarán los seis representantes de las patronales en la Cámara: seis son de Pimex; seis, de Fomento. Ya veremos cómo queda la votación.

El objetivo del independentismo es el control exhaustivo de las principales instituciones políticas, económico-financieras y sociales. Y el Círculo de Economía no es aún territorio conquistado. Hasta entonces, ni agua.

La XXXV reunión del Círculo de Economía que se celebró en Sitges (Barcelona) desde este jueves hasta el sábado es un termómetro de la deriva del Gobierno catalán y, especialmente, de las fuerzas vivas del soberanismo y su peculiar forma de actuar. En uno de los principales foros económicos de España, la reunión sirvió para poner negro sobre blanco el divorcio entre la economía y la actual cúpula de la Generalitat, inmersa en su particular conquista de la República.

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