El PDeCAT elige una dirección 'plana' bajo el control absoluto de Puigdemont
Los dos sectores mayoritarios no tuvieron problemas para superar a una lista sorpresa alternativa de última hora, liderada por el presidente local de Badalona
El PDeCAT eligió este domingo una dirección ‘plana’ ideológicamente hablando, sujeta a los intereses de Carles Puigdemont y con una meta definida a medio plazo: la disolución del partido dentro de la Crida Nacional per la República. En otras palabras, el PDeCAT es hoy una estructura con fecha de caducidad y destinada a la desaparición. Pero, en cambio, Puigdemont se garantiza la obediencia ciega a sus postulados dentro del grupo parlamentario de JxCat, del que el PDeCAT forma parte y donde se habían mostrado discrepancias graves entre las familias postconvergentes. Hubo, eso sí, voto de castigo, e importante: la nueva dirección salió elegida sólo con el 65,27% de los votos de los compromisarios, mientras que el 28,9% dio su apoyo a una lista alternativa. El 5,8% fueron votos en blanco.
El nuevo líder de la formación es David Bonvehí, hasta ahora coordinador organizativo, mientras que como presidenta oficiará la diputada en el Congreso Miriam Nogueras. Ambos son protegidos de Carles Puigdemont, que logró su objetivo de control absoluto del partido tras provocar el abandono de la anterior líder, Marta Pascal. Las presiones para que ésta no se postulase como secretaria general fueron enormes y el ‘expresident’ echó mano de todos los recursos a su alcance, desde amenazas hasta vetos rotundos como la prohibición al presidente de la Generalitat, Quim Torra, de aparecer por el congreso mientras Pascal no se retirase.
Aún así, los partidarios de Pascal pudieron pactar una ‘lista unitaria’ para repartirse los puestos en la ejecutiva. Marta Pascal no estará en la misma, al haber rechazado su inclusión en la misma. Los dos sectores mayoritarios no tuvieron problemas para superar a una lista sorpresa alternativa de última hora, liderada por el presidente local de Badalona, David Torrents, que propugna que las listas sean abiertas y que los militantes puedan votar persona por persona a cada miembro de la cúpula. “Queremos listas cerradas, pero desbloqueadas. Si salimos escogidos, se someterá a votación el poder votar a los miembros de la lista que se presente y entonces dimitiremos en bloque”, aseguró el impulsor de la candidatura. En resumen, ahora el PDeCAT tiene una dirección de bajo perfil ideológico y totalmente sujeta a los mandatos del ‘expresident’ fugado. Lo justo para una etapa de transición, ya que el partido está llamado a desaparecer dentro de las fauces de la Crida Nacional per la República.
Dar a la gente lo que pide
La clausura del congreso contó con la presencia de Alex Salmond, exprimer ministro de Escocia. Tomaron la palabra el mandatario escocés, el ‘expresident’ Artur Mas, el ‘president’ Quim Torra y el ya nuevo líder del PDeCAT, David Bonvehí. Y contó con la presencia de Puigdemont a través de un mensaje grabado.
El ‘expresident’ fue muy duro y justificó sus decisiones. “Las patrias no son nada si no se priorizan las personas . Debemos defender a las personas antes que al país. Eso es lo que queremos para Cataluña y para Europa. Que el poder se ponga al servicio de las personas”. Puigdemont reivindicó para el PDeCAT la herencia de Convergència porque una de las grandes contribuciones de ésta “fue no inhibirse de ninguna responsabilidad y tomar decisiones determinantes para el país. Siempre hemos hecho lo que tocaba y lo que mucha gente esperaba”.
El 'expresident' fue muy duro y justificó sus decisiones. “Las patrias no son nada si no se priorizan las personas"
Afirmó que “mucha gente pide a los responsables políticos que tengamos la máxima unidad posible, que hagamos de la defensa colectiva de Cataluña una prioridad”. De ahí que justifique la presentación de su Crida Nacional como la respuesta a esa petición. “Nuestra decisión [articulación de la Crida] va en la línea de lo que la gente nos pide”. Aprovechó para meter el dedo en el ojo al nuevo líder del PP, Pablo Casado, que habló de “reconquistar” Cataluña. “Las dificultades nos han ido haciendo más fuertes. Ahora nos quieren reconquistar los que nos daban por liquidados. Y los que decían que esto era un asunto doméstico de España se sorprenden ahora, se sorprende Europa, de la pervivencia legal franquista y de las taras de la monarquía española”.
David Bonvehí, en su primer discurso, fue en la misma dirección. Llamó a la unidad de acción de las fuerzas independentistas. “Hemos de dar pasos adelante inicialmente consensuados con otras fuerzas políticas. Hemos de encontrar espacios donde mínimamente pactemos cómo hacer efectivo el derecho de autodeterminación”. El primer llamamiento es a ERC, aunque deja luego la puerta abierta a pactos con los comunes o los socialistas. “La gente nos pide pasos adelante, que tengan consecuencias. Ya sabe la gente que no se puede hacer la independencia de repente desde el Parlament o desde el
Govern, pero sí sabe que se puede avanzar hacia ella para hacerla posible”.
☑️ #presidentMas: "El que va començar el 2012 tenia ple sentit. La meva resposta és que sí. Que té un sentit. No només la consecució de la llibertat, sinó com li podem donar totes les potencialitats en aquest país nostre"#AssembleaPDeCAT pic.twitter.com/9as12GIReU
— Partit Demòcrata (@Pdemocratacat) 22 de julio de 2018
Tocar la gaita a España
Advirtió que el independentismo “no ha de dejar de reclamar la autodeterminación al Estado español. Es más: hemos de tocar la gaita al Estado español”. Hizo una defensa a ultranza de su mentor Puigdemont (“Sólo hubo procés porque él continuó y el PDeCAT lo apoyó”) y llamó a los militantes del PDeCAT a “sumarse a la Crida Nacional. Animo a que todos participéis activamente en ella. Porque si eres del PDeCAT, has de ser también de la Crida y, por tanto, participad”. Un llamamiento a doblegarse ante la estrategia de Puigdemont y un preludio de la integración de esta formación en el nuevo ‘invento’ del ‘expresident’.
En su discurso, también mantuvo la línea dura del discurso del mentor: alabó la línea dura y de confrontación y elogió el 1 de octubre, la huelga posterior del 3 de octubre y las leyes aprobadas en el Parlament, incluida la Ley de Transitoriedad Jurídica, aquélla que no prevé división de poderes y establece autoridad casi ilimitada al ‘president’ de la Generalitat, más convertido en un caudillo que en un cargo democrático.
Aún así, en el PDeCAT ha quedado una herida abierta que tardará en cicatrizar. La aparición del ‘president’ Torra el domingo a última hora evidenció lo que todos saben pero que pocos se atreven a decir en voz alta: hay un sector del independentismo de JxCat cruelmente enfrentado a otro sector. Torra se deshizo en atenciones hacia Bonvehí y Nogueras –aún antes de que hubiesen sido proclamados- y le hizo el vacío a Marta Pascal. Si un gesto vale más que mil palabras, la actitud del mandatario es muy reveladora de cómo están las cosas.
El PDeCAT eligió este domingo una dirección ‘plana’ ideológicamente hablando, sujeta a los intereses de Carles Puigdemont y con una meta definida a medio plazo: la disolución del partido dentro de la Crida Nacional per la República. En otras palabras, el PDeCAT es hoy una estructura con fecha de caducidad y destinada a la desaparición. Pero, en cambio, Puigdemont se garantiza la obediencia ciega a sus postulados dentro del grupo parlamentario de JxCat, del que el PDeCAT forma parte y donde se habían mostrado discrepancias graves entre las familias postconvergentes. Hubo, eso sí, voto de castigo, e importante: la nueva dirección salió elegida sólo con el 65,27% de los votos de los compromisarios, mientras que el 28,9% dio su apoyo a una lista alternativa. El 5,8% fueron votos en blanco.