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Artadi corta amarras con Puigdemont y pide adelantar elecciones a septiembre
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Torra también marca distancias

Artadi corta amarras con Puigdemont y pide adelantar elecciones a septiembre

Pero la 'consellera' de Presidencia no puede convocar elecciones, solo puede hacerlo Quim Torra. El 'president' estaba abogando hasta ahora por adelantarlas, aunque después de mayo de 2019

Foto: Puigdemont, Torra y Artadi tras la reunión mantenida en un hotel de Berlín en junio. (EFE)
Puigdemont, Torra y Artadi tras la reunión mantenida en un hotel de Berlín en junio. (EFE)

La 'consellera' de Presidencia Elsa Artadi y el entorno soberanista del Palau de la Generalitat está cortando amarras con Carles Puigdemont, fruto de la suspensión de los seis diputados por parte del juez Pablo Llarena. Para conseguir la cuadratura del círculo: evitar acatar el mandato del Tribunal Supremo (TS) pero al mismo tiempo no incumplir la ley. Esta facción está presionando a Quim Torra para que, al calor del próximo 11 de septiembre, sorprenda a todos, sobre todo a ERC, y convoque elecciones autonómicas, según explican fuentes cercanas a los partidos soberanistas. Un planteamiento que ya no es el de Puigdemont, desde Hamburgo, cada vez más ocupado en las cuestiones de su defensa.

Así, ganarían tiempo, se irían de vacaciones y, a la vuelta del verano, Torra convocaría elecciones, con lo que ya no habría que plantearse desafiar al TS. Los estrategas que rodean a Artadi, entre ellos el historiador Agustí Colomines, defienden que además avanzar las elecciones mejorará la posición del PDeCAT cara a las municipales y frente a ERC, que está en posiciones más pragmáticas.

Foto: El expresidente de la Generalitat catalana Carles Puigdemont. (EFE)

El problema es que Artadi no puede convocar elecciones. Solo puede hacerlo el presidente catalán, Quim Torra. Torra estaba abogando hasta ahora por adelantar elecciones, pero después de mayo, una vez que se celebren las municipales, según apuntan fuentes cercanas a Palau. Estaría así alineado con lo que ahora defienden Puigdemont y los suyos desde Hamburgo.

Pero tampoco es así. De hecho, Torra está cada vez más distante con el expresidente catalán. A Quim Torra no le gustó que tras la reunión con Sánchez los partidarios de Puigdemont le obligasen a ir a Catalunya Ràdio a explicar una versión mucho más dura de cómo había sido el encuentro en Moncloa en realidad. Pero ya antes Torra había dado señales de querer desmarcarse de su valedor en Alemania. Tras salir de Moncloa, la primera llamada de teléfono de Torra no fue a Puigdemont sino a Artur Mas, en línea con el regreso al autonomismo que estaba suponiendo el encuentro. Esta versión de "¿a quién quieres más, a mamá o a papá?" ha corrido como un reguero de pólvora por diferentes entornos soberanistas. Y ha levantado más de una ampolla.

placeholder El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y su antecesor en el cargo, Carles Puigdemont en una imagen de junio. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, y su antecesor en el cargo, Carles Puigdemont en una imagen de junio. (EFE)

Hiperfragmentación

Pese la victoria de Puigdemont con la Justicia alemana, el frente soberanista sigue su fragmentación en grupúsculos cada vez más pequeños mientras todos sus protagonistas se llenan la boca con la palabra "unidad".

La cúpula del PDeCAT está en contra de adelantar tanto las elecciones y preferiría primero celebrar las municipales que tendrán lugar en mayor del 2019

Así, estos planes de avanzar las elecciones no son compartidos por la cúpula del PDeCAT que creen que no solo perjudicaría a los republicanos de Oriol Junqueras, sino que también dañaría los intereses del partido de Marta Pascal en las municipales. Con esos mimbres estos sectores piden prudencia y esperan decantar a Torra a su favor.

Árbitro a su pesar

Así que Torra se ha encontrado en una situación en la que ha de ejercer de árbitro a su pesar. Nunca fue una figura que uniese a todo el independentismo, desde el principio la propia ERC recelaba de su perfil de democratacristiano licuado por Reagrupament. Pero ahora ha de poner paz entre sectores enfrentados, mientras que los problemas legales de Puigdemont hacen que los planes que tenía este —el Consell de la República con sede en Bruselas, por ejemplo— tengan que ser aparcados de forma indefinida.

Con los presos en vía muerta, Puigdemont recurriendo ante el Constitucional alemán y los 'consellers' de ERC participando de los tratos ahora bilaterales, ahora multilaterales con el Gobierno central, el papel de Quim Torra como presidente de la Generalitat se complica por momentos.

La 'consellera' de Presidencia Elsa Artadi y el entorno soberanista del Palau de la Generalitat está cortando amarras con Carles Puigdemont, fruto de la suspensión de los seis diputados por parte del juez Pablo Llarena. Para conseguir la cuadratura del círculo: evitar acatar el mandato del Tribunal Supremo (TS) pero al mismo tiempo no incumplir la ley. Esta facción está presionando a Quim Torra para que, al calor del próximo 11 de septiembre, sorprenda a todos, sobre todo a ERC, y convoque elecciones autonómicas, según explican fuentes cercanas a los partidos soberanistas. Un planteamiento que ya no es el de Puigdemont, desde Hamburgo, cada vez más ocupado en las cuestiones de su defensa.

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