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El PDeCAT exige a Puigdemont que pague el apoyo a Torra mojándose en las municipales
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LA ESTRATEGIA DE UN PARTIDO VAPULEADO

El PDeCAT exige a Puigdemont que pague el apoyo a Torra mojándose en las municipales

Esa supeditación de Torra a Puigdemont, juntamente con el tacticismo del 'expresident' huido, ha provocado un hondo malestar en las filas del partido

Foto: El presidente de la Generalitat, Quim Torra (c), aplaudido por los diputados de JxCAT, al inicio de la reunión con presencia telemática desde Berlín de Carles Puigdemont. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Quim Torra (c), aplaudido por los diputados de JxCAT, al inicio de la reunión con presencia telemática desde Berlín de Carles Puigdemont. (EFE)

El PDeCAT ha sido el gran perjudicado en el desenlace de la formación de Gobierno en Cataluña. Para empezar, el nuevo ‘president’, Quim Torra, es un hombre íntegramente de Carles Puigdemont y no del partido. En realidad, el supremacista Torra era votante (nunca desveló si también militante) de Reagrupament, un grupo escindido ubicado en el segmento más derechista de ERC hace una década, bajo el ala del exconsejero Joan Carretero, que curiosamente acabó fusionándose con el PDeCAT en el congreso fundacional de este.

Además, su primera iniciativa como máximo mandatario catalán ya pone en entredicho la mismísima naturaleza del cargo de presidente de la Generalitat: no ha convocado a partidos y agentes sociales para comenzar un diálogo y cerrar la fractura social, sino que se traslada a Berlín… para dar novedades a Puigdemont.

Esa supeditación de Torra a Puigdemont, juntamente con el tacticismo del ‘expresident’ huido, ha provocado un hondo malestar en las filas del PDeCAT, que ha sido ninguneado y vapuleado reiteradamente los últimos meses. “El problema que tenemos es que aquí se ha jugado al tacticismo desde el año 2012 y hemos de cambiar esa dinámica”, se queja un alto dirigente de esta formación en declaraciones a El Confidencial. Y añade: “El PDeCAT financió la campaña de Puigdemont y movió el territorio para que Junts per Catalunya ganase las elecciones del 21 de diciembre. Ahora son Puigdemont y Junts per Catalunya los que han de ayudar al PDeCAT. Ahora nos toca a nosotros recibir ayuda para convertirnos en la primera fuerza municipal”.

Foto: El nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra, sale del edificio del Parlament ante la formación de gala de los Mossos d'Esquadra. (EFE)

Desde el partido posconvergente se admite que han de dar apoyo a JxCAT porque forman "parte de la candidatura. Pero ahora es el momento de tener personalidad propia, de marcar perfil. Y reclamaremos a Junts per Catalunya que arrime el hombro como nosotros hemos hecho antes”. O sea, favor con favor se paga.

El objetivo del PDeCAT, en estos momentos, es “centrarse en las elecciones municipales del año que viene. ERC no tiene a nadie en el mundo municipal y nosotros somos la fuerza mayoritaria. Tenemos que arrasar. Y en el año que nos queda, hemos de trabajar para crear una base sólida municipal y mayoritaria, con un discurso transversal e inclusivo sin renunciar a nuestros principios”.

No lo tienen fácil los herederos de Convergència, porque en las diferentes elecciones han ido ensayado varias marcas con las que concurrir y ninguna fue plenamente satisfactoria hasta que llegó Junts per Catalunya (JxCAT). No obstante, esta marca es más de Puigdemont que del PDeCAT y, de hecho, el partido es un integrante más (y con poco peso) dentro de esa candidatura. Para las municipales del año que viene, la formación que lidera Marta Pascal se parapetará, muy posiblemente, bajo un paraguas genérico en candidaturas que sean Junts per… y el nombre de la localidad. Con ello, esperan aprovechar el tirón que tuvo la candidatura de JxCAT en las últimas autonómicas.

Trillar el territorio

“No es extraño que en unas elecciones locales se utilicen otras siglas. De hecho, los socialistas han concurrido muchas veces en candidaturas bajo las siglas de Progrés Municipal; y ERC, como Acord Municipal. Nosotros podremos establecer listas similares bajo la marca Junts per…, porque además serán candidaturas no cerradas, no de un partido, sino abiertas”, argumentan desde el PDeCAT.

Lo que tienen claro es que “el PDeCAT ha de liderar la estrategia municipal en Cataluña. Seremos fieles a JxCAT en el Parlament, pero trabajaremos como partido las bases en los pueblos. Se han de poner en marcha las políticas en el territorio porque tenemos una gran presencia en él”. Para ello, cuentan con que tanto desde el Parlament como desde la Generalitat, JxCAT arrime el hombro, aunque muchos de los altos cargos no tengan carné del partido.

Torra afirma que estará encantado de tener una reunión con Rajoy si le llama

Desde el partido heredero de Convergència se admite que la situación sociopolítica es muy delicada. “Ahora hay que reconstruir los rotos antes de que se hagan más grandes. Y eso ha de empezar a hacerse desde los ayuntamientos. Si la fractura política que se evidencia ahora en el Parlament baja a nivel municipal, se hará irreversible. Y nosotros, como fuerza hegemónica, somos necesarios para recoser las costuras”.

Las prioridades del PDeCAT ante las municipales, además, pasan por “marcar perfil”. El tacticismo de Puigdemont dejó descolocados a los posconvergentes y les arrinconó, no solo en las listas sino que les relegó de responsabilidades en la toma de decisiones. Esa actitud ha molestado mucho en el partido, porque al PDeCAT no se le ha visto en ninguna de las decisiones tomadas los últimos seis meses. Como si no existiese.

“Pero Puigdemont no ha de olvidar que si no hubiese sido por nosotros, no hubiese ganado las elecciones. ¿Quién pateó los pueblos de Cataluña? ¿Quién hizo la campaña puerta a puerta? ¿Quién convenció a la gente? A partir de ahora, vamos a tomar las riendas para enfrentar las municipales del año que viene. Y seremos nosotros los que marquemos el ritmo. No serán Puigdemont ni las organizaciones civiles, que solo deben servir para movilizar a la gente en la calle y presionar, para defender derechos fundamentales. Estas organizaciones no son las que gobiernan. La política la hacen los políticos y eso es lo que nosotros queremos hacer: política. Y vamos a empezar por la base, por los pueblos”, auguran desde el PDeCAT. Falta por ver cómo se puede tomar Puigdemont (o su delegado en la Generalitat, Quim Torra) la imposición del PDeCAT.

El PDeCAT ha sido el gran perjudicado en el desenlace de la formación de Gobierno en Cataluña. Para empezar, el nuevo ‘president’, Quim Torra, es un hombre íntegramente de Carles Puigdemont y no del partido. En realidad, el supremacista Torra era votante (nunca desveló si también militante) de Reagrupament, un grupo escindido ubicado en el segmento más derechista de ERC hace una década, bajo el ala del exconsejero Joan Carretero, que curiosamente acabó fusionándose con el PDeCAT en el congreso fundacional de este.

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